Una casa en Cantabria con toques modernos y encanto rústico: su cocina abierta enamora a todos los que la ven

Mi mejor amiga de la infancia y yo llevábamos tiempo deseando ser vecinas. Paseando por un camino en Cantabria, vimos que se vendía un terreno cerca del mar y de un pueblo, aunque en plena naturaleza, ¡enseguida decidimos comprarlo y construirnos en este sitio tan especial una casa cada una!", nos cuenta la propietaria.

En la foto, vemos un segundo salón con cerramiento y puertas plegables, que se puede convertir en porche y entrada a la casa. Además, los cojines son románticos, con textiles y papeles pintados, que intentan mantener la esencia campestre de la casa. 

Se creó un rincón de trabajo con muebles de madera, haciendo un escritorio para leer, escribir o trabajar. Es una zona que sirve de refugio para todos, que gracias a los sillones y el sofá, se puede compartir momentos de intimidad y con amigos.

Salón, comedor y cocina comparten un gran espacio diáfano, donde vemos algunos trucos de espacio y decorativos: a la propietaria le encanta el banco de obra junto a la chimenea y, por su parte, Joaquín el constructor, adora la cocina: “Abierta al salón, en negro queda muy elegante”.

“Hay dos salones, el principal con la cocina abierta, que nos sirve para compartir. Y abajo, el íntimo, para leer y trabajar”. El banco y el sofá se complementan a la perfección, y los colores suaves combinan con las el azul y el verde de los textiles. 

Para esta casa que sería su segunda residencia familiar, contó con el constructor Joaquín Díaz, un experto en los materiales y tradiciones de la zona que quería en su casa, y la arquitecta Belén Serrats. “Es muy típico en Cantabria hacer toda la estructura de la misma madera, desde el porche hasta el salón”, explica Joaquín. Él eligió la siempre infalible madera de roble para toda la casa.

La cocina destaca por estar integrada en el salón. Tiene una gran isla que sirve como área de cocción, preparación y estar, gracias al mármol que sobresale. Se ubican unos taburetes altos para poder disfrutar hasta el último centímetro. El suelo cerámico es un sí rotundo.  

En la parte derecha encontramos la zona de lavado y unos cajones muy amplios para utensilios y otros objetos destinados a la cocina. Tiene una ventana que da al porche, que cuenta con una mesa para disfrutar de las comidas al aire libre. 

“Busqué y recuperé tejas típicas en casas antiguas. En el porche, pusimos columnas y vigas de roble macizo (pintado de oscuro en columnas, patinado en blanco en el entrevigado) y suelo de piedra campaspero gris que cubre las bases de los pilares, para protegerlos de la humedad”, explica Joaquín.

El constructor, Joaquín Díaz, y la arquitecta, Belén Serrats, son los encargados de haber transformado esta casa maravillosa de Cantabria, cerca de la playa y rodeada de acantilados. "Esta es una casa de nueva construcción, práctica y también con encanto". 

“Aquí es típico que la carpintería sea de madera pintada de colores verdes, grises, azules... Elegimos un verde empolvado que destaca sobre el blanco crudo de las paredes (es el RAL 9010) y los papeles pintados de los dormitorios”.

En el dormitorio, con un completo vestidor hecho a medida, la decoradora Bárbara Maldonado aconsejó elegir un romántico papel pintado que queda ideal con la mesita de mimbre y el cabecero forrado en color crudo. “Querían un estilo confortable y familiar”, resume Bárbara. ¡Bien elegido!