Dicen que más pronto que tarde Isabel Allende llevará otro Premio Nobel a su Chile querido. Ganadora de varios premios en su país, como el Premio Nacional de Literatura de Chile, y en el mundo entero (del Ayuntamiento de Barcelona o de Las Letras Estadounidenses, entre otros), no sabemos si ganará el Nobel o no, pero sí sabemos que la autora de 'La Casa de los Espíritus', 'Paula' o 'Inés del alma mía' es la autora más leída en lengua castellana, con 50 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Allende conecta como nadie con el alma humana y lo ha demostrado hablando, precisamente, de su casa. Ha vivido en Chile, Venezuela, y desde hace más tres décadas reside en EEUU, donde hoy nos asomamos a su casa en California.

Isabel Allende tiene casi 99.000 seguidores en su Instagram. ¿Lo mejor? Contesta periódicamente a través de vídeos a sus seguidores las preguntas que le hacen. Suelen ser preguntas centradas en sus novelas, pero, hace poco, un lector le preguntó: "Ahora que usted está encerrada en su casa, descríbame cómo es su casa". A la autora de 'Largo pétalo de mar' le hizo gracia y no dudó en contarle la historia de donde vive ahora:

"Yo tuve una casa muy grande antes, cuando estaba casada con Willy, mi segundo marido [los lectores de Isabel Allende sabemos que es el protagonista de su novela 'El Plan Infinito']. Pero cuando nos divorciamos, vendí mi casa pensando que iba a tener que vivir el resto de mi vida sola. Compré una casa muy chiquita, con un solo dormitorio y que tiene un ático arriba. Lo tenía destinado a guardar cosas. Pero, como la vida es muy rara, me cayó un tercer marido que se llama Roger y él trabajaba antes fuera de casa, pero ahora estamos los dos encerrados [por el Covid-19] en esta casa pequeña. Él trabaja online en el comedor y yo me voy arriba, al ático. Ahí organicé mi pieza [habitación] para escribir. La vida es bien agradable, porque aunque la casa es pequeña tiene mucho vidrio y da a una laguna [...] Es como una especie de luna de miel que Roger y yo no tuvimos antes, pero esto me da que pensar que soy muy privilegiada", explica Isabel Allende.

En este vídeo lleno de sabiduría y palabras amables con sus lectores, verás cómo habla de su casa:

Gracias a Instagram, hemos podido sacar varias conclusiones sobre los gustos decorativos de Isabel Allende:

  • A la escritora chilena le gusta el color blanco. Lo usa en el sofá, en las estanterías, en las butacas, en los muebles a medida que usa y en los estores
  • Elige suelos de madera y muebles de corte clásico, que gracias al blanco nunca pasan de moda
  • Isabel Allende cultiva cierto 'aire Hamptons', con molduras, madera, un aire clásico actual, sereno y también femenino
  • Usa estores plisados blancos, más que de cortinas de telas. Una buena elección, porque dejan pasar la luz y dan una luz blanca
  • Le gustan las orquídeas, vemos varias repartidas por toda la casa
  • El color lo pone precisamente con ramos de flores
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Como no podía ser menos, la chilena decora con recuerdos personales. Lo vemos en esta máquina de escribir y en la cantidad de cuadros y fotografías que salpican su casa. Basta con echar un vistazo a su despacho para comprobar que es práctico, pero también muy personal. Aunque Isabel vive en California, sin duda hay pedacitos de Chile en su mesa y su estantería:

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La escritora comentaba en su explicación sobre cómo es su casa que se trata de un ático pequeño, solo con una habitación. En esta imagen que colgó en su Instagram vemos de fondo las escaleras, intuimos de fondo la cocina, y de nuevo vemos que le encanta decorar con cuadros. Y con blanco y madera (fijaos en los peldaños de la escalera). Las carpinterías y las molduras de la casa así lo atestiguan:

Y aunque el piso sea pequeño, como ella dice, tiene una pequeña chimenea, con ladrillo pintado de blanco. Isabel, como buena hispanoamericana, es amante de la familia y tradiciones como la Navidad. Se ve que disfruta con todas las postales que recibe:

Seguramente, antes del confinamiento y de subirse al ático para trabajar, esta mesa de comedor era donde trabajaba ella. De nuevo, blanco y madera, una combinación infalible. ¡Nuestras lectoras y la super escritora lo saben! Sobre la chimenea, por cierto, distinguimos un trocito de un espejo sol.

Isabel Allende se declara activista en favor de los derechos humanos, las mujeres y la protección de los niños, y ahora se ha unido para concienciar sobre la importancia de quedarse en casa contra la pandemia. Lee qué bonito lo que ha escrito sobre la solidaridad de sus vecinos:

En esta emergencia del virus se prueban los países y las personas, sobre todo se prueban los gobiernos y los sistemas políticos y económicos. Lo peor y lo mejor de cada uno de nosotros se manifiesta al desnudo. Mientras en Italia abren las ventanas para cantar a voz en cuello y darse ánimo, en otras partes hay quienes acaparan productos esenciales y compran armas. Ayer un vecino vino con máscara y guantes de goma a preguntarme si necesitaba algo del supermercado. Recorrió la calle ofreciendo ayuda a los viejos, los enfermos y las mamás con niños chicos. Apenas pase la crisis voy a hacer una docena de empanadas chilenas para llevarle de regalo. -- -- The Coronavirus is testing countries and people; it is specially testing governments and political and economic systems. The best and the worst of each one of us is exposed in plain sight. While in Italy people open their windows and sing to cheer up the neighbors, in other places some people hoard essential products and buy guns. Yesterday one of my neighbors came protected with a mask and rubber gloves to ask me if I needed something from the supermarket. He has been offering help to the old, the sick and disabled, and mothers with young children in our street. As soon as the crisis is over I will make a dozen Chilean empanadas for him.

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Como el aporte decorativo no nos puede faltar, en la foto anterior de fondo vemos la cocina, con cajones, de aire campestre, paredes de ladrillo y suelo de madera. ¿Y el color? Blanco, por supuesto.

Nos despedimos con esta foto, con todo el color de su ramo de peonías y, al otro lado, un precioso mueble antiguo de madera, seguramente lleno de historia, como las que cuenta su dueña:

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