Si eres del tipo de persona que cuando suena el despertador (si es que aún no has abierto los ojos antes) da un brinco de la cama y siente como la energía le corre por su cuerpo, ¡eres una 'morning person'! Vamos, lo que describiríamos como una persona matutina de toda la vida.
¿Por qué es bueno ser una 'morning person'?
La verdad es que las personas que se levantan más temprano aprovechan más el día y se levantan con mejor humor. ¿Quién no quiere sentirse bien y aprovechar al máximo el día? Según un estudio hecho por diversas universidades, se puede afirmar que las personas matutinas (también llamadas alondras) acostumbran a estar mucho mejor física y mentalmente durante las mañanas y a partir del mediodía empiezan a quedarse sin pilas y se acuestan temprano.
Qué ocurre si no soy una persona matutina
Si por el contrario las mañanas se te hacen cuesta arriba y las sábanas se te pegan, es que seguramente eres una persona vespertina. Este tipo de personas, también llamados búhos, necesitan más tiempo para sentirse despiertos y llenos de vitalidad (incluso con una buena taza de café a veces no consiguen "despertarse" del todo hasta pasado un rato). Los expertos consideran que los búhos acostumbran a ser más impulsivos, estar abiertos a nuevas experiencias y a ser más creativos.
7 hábitos para convertirse en una persona matutina
Puede que te preguntes si una 'morning person' se nace o se hace, ya que cada quien tiene su biorritmo. Según los expertos puede ser una mezcla, y aunque la genética influye, no hay que olvidar que también estamos determinados por el ambiente y otros factores.
Por eso, si te gustaría ser una persona matutina intenta adquirir las siguientes 7 rutinas:
- Evita las cenas copiosas: opta por cenas ligeras y no vayas a dormir sin hacer antes la digestión. Dormirás mejor.
- Di adiós a los dispositivos móviles: esto incluye cualquier tipo de pantallas. Evitarás el odiado insomnio tecnológico
- Establece una rutina: levántate siempre a la misma hora. De ese modo, el cuerpo se acostumbrará a tus nuevos hábitos.
- Duerme lo necesario: entre 6 y 8 horas. Para ello necesitarás descansar bien así que decora tu dormitorio para que por la noche se convierta en el país de los sueños
- No negocies con el despertador: no a los 5 minutos más y más y más. Cuando suene la alarma, levántate poco a poco, desperezándote, pero sin pensártelo dos veces.
- Haz estiramientos: activa tus músculos (puedes hacerlo sentándote en la cama)
- Desayuna: tómate un vaso de agua y come algo, aunque sea una pieza de fruta. Tu cuerpo y organismo se irá despertando.
Y por último, olvídate del mal humor y cansancio matutino para afrontar las mañanas con energía y optimismo. Antes de salir de casa échate un piropo en el espejo. Un pequeño gesto, ¡que te ayudará y te arrancará una sonrisa!