Está todo listo: la cama calentita, la iluminación adecuada para conciliar el sueño e, incluso, has dejado todos tus aparatos electrónicos fuera del dormitorio; pero no te duermes. ¿Sabes que lo que cenas puede estar interfiriendo en tus horas de descanso? Algunos alimentos y bebidas pueden provocar que, a mitad de la noche, sientas la imperiosa necesidad de ir al ba��o, lo que interrumpirá tus horas de descanso. Pero es que también hay otros alimentos que perjudican la digestión, con el mismo resultado.
Para que esto no te pase, lo ideal es eliminar este listado de alimentos de tus cenas y optar por otros que te ayuden a invocar a Morfeo. También evitar las cantidades desmesuradas, que pueden perjudicar la digestión y provocar malestar. Asimismo, alimentos con tiramina o tiroxina, la cafeína y la teína, así como las bebidas diuréticas o el alcohol no son recomendables si lo que buscas es una noche de sueño reparador.
Hay otras muchas medidas que puedes tomar en tu día a día para conseguir descansar bien por las noches:
- Dormir las horas adecuadas: ni más ni menos. Tanto la carencia como el exceso pueden ser perjudiciales.
- Establecer hábitos regulares: lo ideal es irse a la cama y levantarse siempre a las mismas horas o, como mucho, con 2 horas de diferencias.
- Eliminar los dispositivos electrónicos: al menos 2 horas antes de dormir –y también evitar meterlos en el dormitorio–. La luz retrasa la secreción de melatonina, retrasa el inicio del sueño y disminuye nuestra capacidad por las mañanas.
- Cenar, como mínimo, 2 horas antes de irnos a la cama y evitar las cenas copiosas.
- La temperatura de la habitación es importante para conciliar el sueño. Al igual que el frío no es cómodo para dormir, un calor excesivo puede provocar sudoración y un mal descanso. Lo ideal es mantener la habitación a una temperatura entre 19 y 21 ºC.