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Un cuarto de juegos para tres

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En casa de la arquitecta Sandra Dachs y sus tres hijas todo es práctico y bonito. Sobre todo el cuarto de juegos donde cada armario tiene su función. Todos se hicieron a medida: uno para esconder tele, otro para guardar los disfraces y algunos más para los juguetes... ¡Un sueño hecho realidad!

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Unas camas colgadas para vivir mil aventuras

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En habitaciones con literas es muy fácil hacer volar la imaginación y convertirlas en castillo o un cohete a la luna. Y más en este caso donde las camas colgantes invitan mucho más al juego. Son un diseño de la interiorista Bárbara Chapartegui de roble natural colgadas de cuerdas. El papel pintado y la ropa de cama ponen el toque final de color y diversión.

3.

Con una gran mesa como protagonista

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En esta sala de juegos la mesa es la gran protagonista del espacio y, además, tiene truco. Es una mesa de comedor de adultos de Muebles Lufe a la que el carpintero le cortó las patas para que quedara a la altura de los niños. Las sillas de colores y la gran lámpara de fibras ponen el toque de estilo final. Es un proyecto de Paula Duarte. 

Mesa de Muebles Lufe. Lámpara de Sareka. Sillas de Sillatea. Papel pintado de Sandberg, en Pepe Peñalver.

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Diversión y aprendizaje

Decora su cuarto de juegos con elementos lúdicos que creen un ambiente propicio para el juego, con guirnaldas o detalles de llamativos colores, pero dale cabida también a los juegos o pósters educativos que les ayuden a desarrollar sus aptitudes y con los que, además, puedan aprender. Tipi y butaca de Nobodinoz.

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Su primera ludoteca

Reservarles, de bien pequeñitos, una zona de juegos para ellos es una decisión muy acertada, ya que es un espacio que podrás habilitar a su medida: con una alfombra mullida para mitigar caídas, cojines y almohadones para que se acomode (y tú también), estantes a su altura para que se acostumbre a coger sus cuentos...  

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Con una litera tipo tren

36. Habitación infantil con literas y zona de juego bajo una de ellas 472462

En este dormitorio se juega y se duerme gracias a su litera tipo tren que deja un amplio espacio debajo para jugar y dibujar en sus paredes de pizarra. Además tiene espacio para un tipi y un papel pintado claro, que llena de luz el dormitorio. Es un proyecto de Juanma Alfonso de Ludema Design.

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Una buhardilla con varios usos

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La buhardilla de esta casa reformada por Pia Capdevila es una estancia polivalente. El hijo de la familia juega aquí con sus amigos a la Play, pero también es zona de despacho y puede ser un dormitorio auxiliar. ¿El secreto para que funciones para todos? Dos sofás ultra cómodas y una buena alfombra; un mueble a medida para mantenerlo todo en orden cuando no se usa y una decoración neutra. 

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Una zona de estudio y de diversión

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Sofía e Isabel comparten dormitorio y tienen cada una su propia zona de estudio que, también se convierte en zona de juegos o mesa para pintar muchas veces. La combinación de papeles pintados le dan color y un aire muy acogedora. 

Los escritorios-tocadores, los espejos y las sillas azules son de Maison du Monde. 

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Con dos zonas independientes

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Inés la madre de Tomás, Mauro y Bosco decidió que durmieran todos juntos en la misma habitación y dejó el cuarto contiguo como zona de juegos amplia y luminosa. Para aprovechar el espacio en su dormitorio tuvo la idea de colocar dos literas en 'L'. Y la zona de juegos tiene un arrimadero que protege las paredes y una mesa para pintar. 

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Una buhardilla para adolescentes

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La buhardilla de esta casa es el territorio de las más jóvenes de la familia. Unas puertas correderas separan las dos zonas de estar. Las niñas tienen aquí su espacio, entre colchonetas y alfombras. Es un proyecta de Marta Tobella, de Sacum.

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Dos habitaciones en una

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Duermen y estudian separadas pero a la hora de jugar lo hacen en un gran espacio amplio y luminoso. Y todo gracias a sus grandes puertas correderas que permiten modular el espacio y ganar un espacio para jugar. Ambos espacios mantienen el mismo suelo lo que crea sensación de continuidad entre ellos. Además, los muebles gemelos arrimados a la pared despejan una gran zona central. Es un proyecto de Meritxell Ribé. 

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Una casa de juegos

Esta propuesta realizada a medida por Olga Gimeno, de Bona Nit, da muchísimo juego: cuenta con dos zonas de asiento, la superior, con un balcón con contraventanas para disfrutar de mayor intimidad, y otra inferior equipada con un colchón que puede servir, además, de cama. Y la guinda en el pastel: el tobogán por el que bajar de la planta superior. 

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Aquí duerme una bailarina

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A la hora de decorar la zona de juegos de los niños es importante tener en cuenta sus gustos. En este dormitorio infantil decorado en blanco y beige y con toques en rosa la pasión por el baile de la pequeña de la casa está presente en la decoración, que cuenta con espejo y barra de ballet. 

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Una cama-zona de juegos

Es posible, sobre todo con las camas bajas tipo casita, estilo Montessori, que los peques pueden transformar en su rincón especial de juegos. En habitaciones pequeñas, donde no sea posible destinarles un espacio amplio para jugar, son una buena solución. Aquí, además, se ha completado con una mesita de juegos, junto a la ventana, para disfrutar de luz natural. La mesa y las sillas son de Vitra. 

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Todo en orden

En esta habitación, proyectada por la decoradora Asun Antó, todo tiene su sitio. Cestas y cajas para juguetes, estantes para sus cuentos y una zona de armarios para puzzles y demás juegos de mesa. La cama a modo de sofá sirve de completa zona de asientos y los originales puffs confeccionados con palets, dan mucho juego. Todo, diseñado por la decoradora. 

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Para pequeños granjeros

 Una gran idea para pequeños amantes del campo: darle a su zona de juegos, aire de granja. Aquí, Olga Gimeno, de Bona Nit, lo ha conseguido con unos paneles de madera, con pizarras, todo de verde y con espacio para sus plantas y sus libros.

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Territorio comanche

Si cuentas con espacio, no lo dudes: una tipi les encantará. Se convertirá en su fuerte y en su escondite privado. Y con una alfombra mullida, incluso podrá echar una siesta en ella. Aquí, además, se ha reforzado la atmósfera lúdica con un gran mural de un árbol, que decora la pared. Los estantes son de Ikea. 

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Con una gran pizarra

 En este cuarto, todo está pensando para que Marcela, su pequeña inquila, dé rienda suelta a su imaginación desbordante. Una gran pizarra para colorear, una mesita de juegos donde dibujar con sus lápices de colores y la escalera que lleva al altillo, sirve, además, para colgar sus dibujos. Los huecos bajo las ventanas se han aprovechado para guardar, con cestas y cajas para tener en orden sus juguetes. La pizarra es de Canexel Construcciones. 

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Para peques... y no tanto

 Esta habitación de juegos, proyectada por Meritxell Ribé y Josep Domènech, es perfecta para que los niños jueguen con sus primeros juguetes y para que, camino a la adolescencia, se reúnan con sus amigos para compartir confidencias en los confortables sofás. 

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Jugar, leer, ordenar

 Al planificar la zona de juegos es importante que dejes un área despejada en el centro de la habitación. Una alfombra puede delimitarla. Si colocas muebles cerca, donde puedan organizar sus juguetes y cuentos, les estarás enseñando a mantener el orden. Estantería roja y librería blanca, de Ikea. Alfombra, taburete, cojines y colchoneta, en Filocolore. Cesta grande, de El Drapaire del Passatge.

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Atrévete con el color

 En la zona de juegos puedes permitirte añadir más color. Pero, para no saturar, es mejor reservarlo para los muebles pequeños y complementos. Así no te cansarás ni tendrás sensación de caos o desorden. Es el consejo de la interiorista Meritxell Ribé, autora de este espacio.

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¿Zarpamos?

 En esta habitación azul, con un arrimadero para proteger la pared, todo está diseñado para que forme parte del juego. La cama, de GBZ Arquitectura, es como un barco. En alto, permite aprovechar la zona inferior para seguir jugando o dibujar. Las sillas Kritter son de Ikea, y la alfombra de foam, de Imaginarium.

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Todo a su altura

 Enséñales a ordenar de bien pequeñitos colocando las estanterías y los books a su altura. Si escribes o dibujas sobre la madera lo que contiene cada cajón o cada arcón, les ayudarás todavía más. Estantería en DM lacado con cajoneras y pizarra, de Dijous. Silla y Alfombra, de Ikea.

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Teenagers, only

Si los más pequeños de la casa necesitan su espacio para jugar y desarrollar su imaginación, a medida que van creciendo también agradecen contar con su espacio privado. Esta habitación, decorada con colores sobrios, y con un punto informal con las colchonetas superpuestas a modo de asiento, es un proyecto de Jeanette Trensig. Las colchonetas están confeccionadas con telas de Linum, los puffs son de Woodontes y la alfombra de Francisco Cumellas. 

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Con una casita móvil

Esta original casita es una pequeña ludoteca móvil. Cuenta con ruedas, y tiene dos espacios diferentes: el inferior, a modo de escondite, y el superior, con una colchoneta, que puede servir de zona de lectura. El dormitorio es un proyecto de Neus Casanova y la casita está hecha a medida por De-Goma.

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Dos ambientes

 Si tienes metros, crea un espacio para dormir y otro para jugar. En la sala de juegos se ha pintado un arrimadero de pizarra para que las niñas puedan pintar y, a la vez, proteja la pared. La mesita es de The Room&Co y la lámpara de pie, de Ikea. El pavimento de tarima flotante es de Parket Cobas.

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Un árbol mágico

 Pinta en la pared un mural con el que jugar, como este árbol, donde guardar sus pequeños tesoros o sorpresas que quieras darles... El espacio se ha completado con mesas antiguas de Baby Deli, una alfombra y cajones gaveteros donde mantener el orden.

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Un paraíso del juego

 Decorada por Bona Nit, los muebles son muy prácticos porque son modulares, pueden moverse e integran juguetes como la cocinita. Al tener metros, la habitación cuenta con zonas distintas: una dedicada al juego y otra, detrás, para hacer los deberes.

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En el salón

 ¿Por qué no convertir el salón en un espacio compartido donde los niños tengan su rincón? Mesas nido, la silla y la alfombra de Coco-Mat. Sofá de Cottage Little House. Cojines de Filocolore. La pizarra, de Ikea y cuadro de Cado.

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En una buhardilla

 El arquitecto Eduardo Campoamor decidió recuperar la buhardilla de esta casa para convertirla en una zona de juegos con una librería de Ikea, un puf de Nobodinoz y la alfombra de Nani Marquina. 

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Una pizarra como separador

 A un lado, la zona de juegos-estudio. Al otro, la de descanso. Todo el mobiliario está hecho a medida por Dijous. Pizarra con imprimación magnética de Arts&Claus, como la pintura mural de la pared. Los estores son tipo paqueto.

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Estimula su imaginación

Crea un ambiente en que no falte la luz natural. Prioriza muebles y textiles de materiales naturales para crear un ambiente más saludable que ayude a estimular su imaginación. Cojines colchoneros de Roche Bobois y alfombras redondas, de Ikea. Taburete verde de Filocolor, columpio de Didacmanía y móvil de Jardin d'Ulysse.

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El reino de los juegos

Si tienes la suerte de contar con una buhardilla, destinar ese espacio a los niños es un gran acierto: sus techos inclinados no suponen tantos problemas para los más pequeños de la casa y, además, al estar más independientes del resto de la casa, tienen más sensación de autonomía.  

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Con aire rústico

 La zona de juegos cuenta con una estructura de DM con books de almacenaje muy prácticos, con ruedas que permiten moverlos para recoger los juguetes cómodamente. La estructura, al ser ligera, también da la opción de moverla y convertirla en mesa. Todo, de Bona Nit.

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Dos espacios en uno

 La decoradora Fátima Vilaseca organizó esta habitación juvenil en dos zonas separadas por una gran corredera, que une los dos ambientes o los separa según necesidades. El que cuenta con luz natural se reservó como zona de ocio. Cama de Fusteria Vilobí y puffs de Tapicería Quadratto.

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Organizada para jugar

En esta buhardilla, las camas se han arrimado a la pared y se han dispuesto en línea, para dejar un espacio central despejado donde poder jugar con libertad de movimientos. Una alfombra acota visualmente la zona y garantiza un asiento más mullido. Una pequeña estantería permite tener sus juguetes preferidos al alcance de la mano. Mesita y sillas de Ikea y alfombra de Kenay Home. 

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Para jugar y estudiar

 Sí, sí, porque por un lado está la pizarra para hacer mil dibujos y por el otro, un muro en el que colgar notas y una mesa de estudio. Es un diseño de Ana Parés Canadell. La gran librería es perfecta para guardar sus juguetes y, más adelante, para sus colecciones de libros. 

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Mi primer rincón de lectura

No son necesarios muchos metros para disfrutar de un rincón especial para los niños. Aquí, se ha aprovechado una pequeña galería para habilitar un banco con grandes gaveteros donde guardar sus juguetes. La butaca, para leer sus cuentos, se ha completado con una decorativa embocadura de chimenea que da mucho encanto a este rincón de juegos. El espejo es de Little House. 

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Pensada para crecer

 Esta zona de juegos se ha planificado para adaptarla a medida que crezca el niño. Cuando empiece a estudiar, el mueble pizarra podrá convertirse en una estantería, y la mesita en un escritorio más capaz. ¡Una idea muy práctica y decorativa! Todo, de Bona Nit.

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Para adolescentes

 Esta habitación está pensada para que los chicos tengan su espacio. El sofá, de Altavista, está tapizado con tela de Osborne&Little, y está en Estudi Jardí. La lámpara de pie es de Corium Casa, y la alfombra de Filocolore. La mesa de centro, la cajonera, el puf y los cuadros son de Cottage Little House.

Si tienes hijos y los metros no son un problema, no lo dudes: resérvales un espacio para que puedan jugar a sus anchas. Será una de las habitaciones de la casa más y mejor aprovechadas. Con el plus que, a medida que vayan creciendo, puedes transformar ese cuarto de juegos en zona de estudio o de ocio, con su play, la tele y demás equipos tecnológicos.

Al planificarlo, es importante que busques soluciones que puedan crecer con él. Por ejemplo, una estantería podrá acoger sus juguetes guardados en cajas o cestas durante los primeros años y, más adelante, servirá para tener su colección de libros o cómics. Si va a ser su primera zona de juegos, conviene proteger el suelo con una alfombra mullida para amortiguar caídas, y aliarte con las cestas de almacenaje, cajas o books con ruedas, para que puedan coger y dejar sus juguetes ellos mismos. En este sentido, si colocas unos estantes especiales para cuentos –con una pequeña repisa a modo de tope– hazlo a su altura.

A medida que van creciendo sus juegos también lo van haciendo. Por lo que convendrá adaptarse a sus nuevas necesidades: más estantes y armarios y menos cestas, unas colchonetas a modo de asiento informal, unos pufs para dar cabida a más amigos...