Decora la cocina con cuadros y triunfa: 15 consejos de interioristas para que te queden per-fec-tos

"No me gustan los cuadros cerca de la zona de cocción, afirma Asun Antó. Los suelo poner alejados del área propia de la cocina, por ejemplo, en el office. En este proyecto, Asun dispuso un bodegón sin marco en la zona de la península. 

"Los cuadros en la cocina siempre han de llevar cristal por un tema de limpieza —aconseja Chone de la Sotilla, de Deulonder Arquitectura Doméstica. Sólo prescindiría de cristal si los cuadros se ubican en el office, por ejemplo".

"El mejor lugar para poner cuadros en la cocina es en la zona del office, si la hay —explica Pia Capdevila—. Si no es así, siempre aconsejo buscar una zona que no esté ni muy cerca de los fuegos ni de la zona de aguas para que el cuadro no sufra el calor o la humedad".

Aquí Pia ha colocado el cuadro en una estantería frente al office.

¿Y en cuánto al número de cuadros que hay que poner en la cocina? ¿Es mejor uno grande o varios pequeños? Hay opiniones para todos los gustos. Asun Antó prefiere "colocar dos o tres de la misma colección o uno grande, si la pared nos lo permite". 

"Depende del espacio —interviene Chone de la Sotilla, de Deulonder—. A mí me encantan los cuadros pequeños pero en la cocina no los pondría. Pondría mejor uno o dos cuadros grandes". Tendencia a la que se suma Pia Capdevila: "Si puedo, prefiero dos cuadros grandes a 4 pequeños".

"Si hay papel pintado en el office, me encanta que los cuadros vayan combinados con él —sugiere Asun Antó—. O que armonicen con el color del mobiliario de la cocina, los cuadros deben ser de los mismos tonos o un poco más subidos".

En este office pegado a la cocina, Asun Antó eligió un par de cuadros de la misma colección enmarcados en madera clara, a juego con el mobiliario.

"Yo aconsejaría poner cuadros con marco y protegidos siempre con cristal por un tema de practicidad en la limpieza" —afirma Pia Capdevila. En este proyecto suyo colocó un cuadro decorativo en el estante del que sale la península.

"A mí los que llevan cristal me gustan con marco pequeño —apunta Chone de la Sotilla— de roble o haya natural que quedan muy bonitos. Aunque dependerá del estilo de la cocina: si es muy minimalista, puedes colocar un marco fino de hierro o de madera negra. Y si el cuadro está en el office, no en la propia cocina, entonces los lienzos sin marco quedan ideales"

¿Más lugares dónde colocar cuadros en tu cocina? Pia Capdevila sugiere estos: "Si dispones de una repisa o una balda, puedes colocar en ella dos o tres cuadros creando un conjunto decorativo en una medida de aproximadamente 40 x 30 cm. O si van expuestos en un rincón pequeño, por ejemplo en un pilar, me gusta cómo queda la composición de dos cuadros en vertical". 

En este proyecto, Pia se decantó por un cuadro abstracto en blanco y negro, con cristal y marco de madera.

Aquí hay opiniones variadas. A Asun Antó le encanta poner temas de comida. "Hay unos muy divertidos de frutas, verduras o pescados y gambas. Paisajes no me gusta poner en cocinas". En este proyecto suyo de la imagen, colocó unos originales cuadros de crustáceos, a juego con los motivos del papel pintado de Coordonné que decoran el office.

La temática botánica en los cuadros, tendencia en los últimos años, se coló también en la cocina. Chone de la Sotilla apuesta por dar un paso adelante y cambiar un poco este look. "Hay que pensar en la cocina como si fuera un salón. No porque sea una cocina hay que poner temas botánicos o propios de cocina. Podemos poner una litografía, fotos familiares...".

En esta cocina de la imagen, Chone apostó por un cuadro abstracto en acuarela, de Kristina del Baño, que da categoría y personalidad al espacio.

La interiorista Sylvia Preslar ha preferido para esta cocina una entrañable composición de fotos familiares en blanco y negro. Acristaladas y en diferentes tamaños, los marcos son de madera natural o lacados en blanco. Las ha dispuesto sobre la pared de la península pintada en un verde aceitunado.

¿Apliques o focos? Aquí también hay opiniones dispares. "Los apliques particularmente no me gustan en cocinas porque las pantallas se ensucian— confiesa Asun Antó—. Sí los pongo en pasillos o baños. Prefiero focos en el techo dirigidos a los cuadros o que sea la propia lámpara del office la encargada de iluminar el conjunto".

En cambio, Jeanette Trensig eligió en este proyecto, un par de apliques metalizados para iluminar el divertido lienzo, con harina y un huevo, que decora la pared de la superficie de trabajo.