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En el rellano de la escalera

En casa, no hay que dar ni un centímetro por perdido, y este coqueto rincón en el descansillo de la escalera así lo demuestra. Ya sea para revisar papeles o simplemente para decorar.

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Un armario extra que decora

Este distribuidor es tan agradable como bien aprovechado. Una alacena de herencia se ha reconvertido en librería y armario extra del baño. Y, para integrarse mejor en la decoración, se ha pintado a juego con las paredes. 

3.

Una librería empotrada

La arquitectura clásica de este amplio distribuidor se ha aprovechado con una librería empotrada entre los tabiques que dan acceso al comedor.

Es un diseño de Une Proyectos.

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Un agradable rincón de trabajo

Aprovechar el espacio bajo la escalera es siempre un acierto. Y, si como aquí, disfrutas de abundante luz natural, ¿por qué no habilitar una pequeña zona de trabajo?

Escritorio decapado, de Sacum.

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Un secreter multiusos

Aprovechar el acceso al dormitorio con un mueble con encanto, como este de Innova, es doblemente práctico: desahogas la habitación con una pieza para guardar y, a la vez, decoras un espacio que estaría desaprovechado.

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Un armario invisible

Empotrado, es un recurso 10 ya que ofrece mucho espacio para guardar sin restar ni un cm a la zona de paso. Con puertas de persiana resulta, además, muy decorativo.

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Un rincón especial

Una consola ligera, un pequeño ramo en flor y una composición de cuadros han bastado para crear un rincón personal y vivido en este pasillo de acceso al salón.

Consola, en el estudio de Meritxell Ribé.

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Adiós efecto tubo

En pasillos largos y amplios, un recurso para evitar el efecto tubo es distribuir algunas piezas de mobiliario que fragmenten el espacio, como se ha hecho con las consolas gemelas, de Brucs, y el armario.

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Estudio + biblioteca

Imposible sacarle más partido a esta zona de paso. La pared libre entre los dos dormitorios se ha aprovechado con una librería empotrada, diseño de Cuqui Olmedo, y en el rincón más luminoso se ha habilitado una completa zona de estudio.

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Un gran armario para la ropa de casa

Los pasillos pueden guardar pequeños grandes tesoros, como este completo armario de dos cuerpos perfecto para tener en orden toda la ropa de casa. Empotrado y pintado en blanco se camufla en la decoración. Es un diseño de Asun Antó.

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Un distribuidor muy letrado

El poco espacio disponible y la dificultad añadida del techo bajo y abuhardillado hacían de este distribuidor un espacio muerto. Convertirlo en una zona de lectura, que no requiere de mucha altura, fue una genial idea.

Alfombra de Shirvan y la lámpara de pie Bucke, de Mujika Interiorismo.

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Cómoda versus consola

Las consolas son las piezas más habituales en los recibidores: su esbeltez y poca profundidad las convierten en piezas prácticas y ligeras sobre todo en espacios pequeños. No obstante, a veces vale la pena sustituirla por una cómoda que incluya cajones e incluso armarios en toda su estructura y sumar mucho espacio de almacenaje y orden.

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Doble función

¿Quién no querría tener un armario en el recibidor? Es genial para guardar los abrigos, bolsos, fulares, paraguas y otros accesorios y así liberar gran parte del armario del dormitorio. Además, en este caso actúa también como elemento divisor del espacio, articulando parte de la distribución con su propia estructura.

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Librería de paso

Aprovecha el pasillo para colocar una librería y guardar allí todos tus libros. Basta con unos 20 cm de profundidad si es sin trasera y unos 30 cm si incluye trasera para tener tu superbiblioteca.

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Que no falten armarios

La interiorista Jeanette Trensig aprovechó un recodo de la pared del distribuidor en la zona de dormitorios para colocar un armario de suelo a techo, sin tiradores para que quedara más camuflado y perfecto para guardar la ropa de cama, las toallas, etc.

¿Cuántas veces has mirado con recelo el pasillo de casa acusándole por lo bajini de ser un "robametros"? Quien dice pasillo dice descansillo o distribuidor. Es una realidad: a las zonas de paso les precede la mala fama. ¡Y nada más lejos de la realidad! A veces basta con aparcar los prejuicios y mirarlas con otros ojos para descubrir sus posibilidades. Quién sabe, quizás donde solo había un pasillo ves la posibilidad de planificar un armario (que nunca está de más en casa...).

Más espacio para guardar

¿Quién no recuerda los altillos? En pasillos de techos altos era habitual planificar un altillo para guardar ropa de otra temporada, objetos que no se usaban en el día a día... Aunque es una opción que ha caído en desuso, pone de manifiesto la voluntad de convertir las zonas de paso en un espacio útil de casa, y no solo de tránsito o de paso, como indica su nombre.

- Un armario extra. Es una muy buena alternativa en la misma línea que el altillo, pero sin necesidad de rebajar el techo. Para que sea cómodo y puedas pasar sin problemas, se recomienda solo en pasillos amplios, de más de 130 cm de ancho. Llévalo hasta el techo, así ganarás más espacio para guardar. Y píntalo a juego con las paredes para que pase desapercibido. Valora cerrarlo con puertas correderas, aunque es una opción más cara que las batientes.

- Una librería muy capaz. Te bastará con un fondo de unos 30 cm. De suelo a techo será más completa y si los estantes son regulables podrás variar la altura según los libros que guardes. Si no quieres que los ejemplares estén a la vista, plantéate cerrarla con paneles móviles.

Nuevos usos a rincones en desuso

¿Tienes un distribuidor amplio desaprovechado? Si está cerca de la entrada, puedes aprovecharlo para habilitar un espacio para descalzarse al llegar a casa. Te bastará con un banco o banqueta y un pequeño mueble con cajones a modo de zapatero. Complétalo con una alfombra para que sea más agradable. Además, es un buen recurso para delimitar visualmente el espacio.

- Un agradable rincón de trabajo. Otra opción muy práctica, sobre todo si sueles llevarte trabajo a casa. Aprovechar el hueco de la escalera o un descansillo entre dos tramos de escaleras para este fin es siempre un acierto, ya que le das un uso a un espacio que, de otro modo, estaría desaprovechado.

Para crear un rincón de trabajo de mínimos, no necesitas mucho: será suficiente con una mesa y una silla confortable. Elígela sin brazos, así cuando no la uses podrás recogerla debajo de la mesa hasta prácticamente no restar espacio. Para que la mesa sea cómoda se recomienda que mida 1 metro de fondo, pero si solo vas a consultar papeles, con unos 70 cm tendrás suficiente. Los escritorios tipo buró que cuentan con una tapa son un recurso doblemente práctico. Por un lado, son piezas que por sí solas decoran cualquier rincón, y por otro, cuando no estás trabajando, basta con cerrarla para que el contenido quede oculto a la vista.