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1.

Bajo el ventanuco

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Techos recuperados, sillas de mimbre y una mesa de madera maciza. El comedor de esta masía aprovecha todos y cada uno de los rayos de sol que entran por las ventanas gracias a las paredes blancas y la ausencia de otros muebles. Tan solo unos estantes en los que está colocada la cristalería. 

Mesa, de Brocante Rocamora. Sillas, en India&Pacific.

2.

Un comedor rústico y mágico

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Si al tono rosa empolvado del mantel sumamos el color tostado de las paredes y la lámpara de techo que cuelga con ligereza, el resultado es un comedor rústico envolvente y muy acogedor. ¿Sabías que las velas de la lámpara no son todas de verdad? Lo cuenta su propietaria –y ya de paso ves el resto de esta mágica casita de montaña–. 

Sillas, en Heaps&Woods. Mesa diseñada por Paula Masana y realizada por Fustería Pere Vidal.

 

3.

Verde que te quiero verde

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Para aligerar el peso de la madera –en el suelo y las vigas del techo–, en esta casa de montaña se optó por el verde para las paredes y también para la cocina que se ve al fondo, haciéndola más luminosa. Y es que esta casita está entera decorada en verde, inspirado en la delicada vajilla que decora la mesa.

Sillas y vajilla, de Pomas. Lámparas de techo, en Cado. Alfombra, de Matèria.

4.

Una antigua cuadra

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La piedra original a la vista y las vigas de madera del techo absorben toda la luz que entra por las puertas y ventanales de esta antigua cuadra. Sí, como lo lees, una antigua cuadra que presume ahora de acogedor y fresco comedor. Y en el suelo, la toba cuadrada, le dota de ese aire a antaño que desprende la vitrina de madera y las sillas de ratán y bambú. Mira aquí el resto de esta masía recuperada.

Sillas, mantel y bajoplatos, de Taller de las Indias. Vajilla, copas y jarrón, de Muy Mucho.

5.

Exterior y muy cálido

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Si la madera es una de las señas de identidad de los comedores rústicos, ¡este se lleva la palma! En las paredes, en la mesa, los bancos hechos con troncos o el baúl a medida. Y para potenciar la luz, la madera del techo se ha pintado de blanco. Por cierto, ¿te has dado cuenta de que es un comedor en exterior? Mira el resto de este viejo pajar transformado en casa rústica.   

6.

Sobremesas a la luz de la luna

Comedor en casa de montaña con techo de madera y paredes en gris_ 00447307

En esta cabaña de montaña todo respira a madera. Y para conseguir aligerar el ambiente, la mesa se sitúa bajo una de las ventanas abuhardilladas para dotarla de toda la luz natural posible. Y por la noche, los astros bañarán la mesa con su halo de luz.

Mesa del comedor, diseño de Luderna, realizada por Era Carrola. Alfombra, de Benutta. Sillas, de Vittyd. Lámparas de techo, de Lámpara y luz.

7.

Con suelos claros

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Perfectos para equilibrar el peso visual y calidez de la madera, la mesa, las lámparas de fibra y los textiles de lino. Y para evitar que el blanco del suelo resulte algo frío, se emplea una colorida alfombra.   

Mesa, diseño de Jean Pierre Martel. Mantel, de Gancedo. Alfombras de colores, de Tailak.

8.

Con vistas al bosque

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Con ese paisaje, ¿quién quiere cortinas? Y este sencillo comedor rústico no las necesita: el toque de color entra por la ventana y se ve completado con el kilim, con suficiente capacidad decorativa para realzar el conjunto. Mira cómo es el resto de esta casa en medio del bosque.

Mesa realizada por el carpintero Vicenç Torrent. Sillas y lámparas de techo, en Superstudio.

9.

Una caja de luz

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Este comedor con extra de luminosidad destaca por sus vigas de madera de roble y, entre ellas, el cristal que deja que la luz se filtre hasta la mesa, de corte clásico. Una combinación perfecta para esta casa de campo de la interiorista Sophia Wadsworth

Mesa y alacena, de Oka. Lámpara de techo, de Maisie K.

10.

Un regalo de madera

Un regalo de madera

La clave de este comedor rústico está en la madera recuperada del techo abuhardillado y con vigas. Las sillas de cuero y las lámparas negras llevan el toque más actual y moderno. ¿Quieres ver el resto de esta acogedora cabaña?

11.

Olor a campo

Olor a campo

En este comedor todo huele a bosque, a jardín y a playa. A techos de otras épocas y mesas que han visto generaciones comer en ellas. Para darle un toque ecléctico, la preciosa lámpara de fibras y las sillas de corte industrial. 

Mesa, de Antonio Ordines. Sillas Tolix y lámparas de techo, de Catalina House.

12.

Las sillas también tienen algo que decir...

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...y las lámparas, y el suelo. Al menos en este comedor rústico y con una calidez extra gracias a la decoración de las sillas y el toque natural de la mesa. El techo de madera, las paredes de piedra y la impresionante luz que entran por los ventanales hacen el resto. 

Lámparas de techo, de catalina House. Sillas de mimbre, de Sacum. Mantas, de Ikea.

13.

Una visita al anticuario

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Cuando hay que amueblar una estancia con esos techos de madera y una chimenea de obra original como la de la imagen, no hay más alternativa que pasarse por un anticuario, mercadillo o rastrillo de muebles. En ellos siempre hay alguna pieza que ayuda a conseguir la calidez de lo rústico. Mira el resto de esta casa andaluza.

14.

Beige y madera

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Este es uno de esos ejemplos en los que los artificios sobran. Si el rústico se caracteriza por el uso de la madera y los tonos neutros, este comedor lo consigue con tan solo esos dos recursos.

Alfombra, de Gra. Lámpara de techo, de Mercader de Venecia.

15.

Segundas vidas

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En este pequeño comedor rústico, las puertas, las vigas y los muros son los originales. Para evitar que el espacio quede saturado, se ha sustituido la vitrina o el armario para guardar la vajilla y cristalería por unos estantes a lo largo de la pared. Con una decoración ligera y los adornos justos consigue equilibrar la pared. Mira el resto de esta coqueta casita.

Sillas y manteles, en Becara.

16.

Una gran lámpara de fibras

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Unos techos tan altos como los de la imagen y, además, de madera, piden una gran lámpara. Pero para no saturar, se ha elegido una de fibras que también aporta calidez y frescura al ambiente.

Mesas y bancos, de Merc&Cia. Lámpara de techo, de La Maison. Alfombra, en Gra.

17.

El rústico no tiene por qué ser oscuro

El rústico no tiene por qué ser oscuro

También puede ser blanco y luminoso, como en el comedor de la imagen. Para compensar el peso del suelo de toba, se han pintado no solo las paredes sino también la madera de las vigas de blanco para propagar la luz.

Alfombra, de Ikea. Estores, con tela de Gancedo, confeccionados por Francisco Sánchez. Cojines, en Biombo y Pepe Peñalver. 

18.

Una vitrina de otro tiempo

Una vitrina de otro tiempo

Para darle todo el protagonismo a esa hermosa –y grandísima– vitrina se ha optado por unas paredes en blanco y una lámpara ligera, aunque con un toque moderno.

Mesa, de Vical, de Taller de las Indias. Lámpara de techo, en Aromas del Campo.

19.

Rústico en dos alturas

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Este comedor rústico es el centro de la casa y taller de Neus Iserte, creadora del canal de YouTube Crea, Decora, Recicla. Y en él todo destila aires de otra época. El pavimento de toba, las vigas de madera, los muros de piedra. ¿Y cómo conseguir que la pasarela superior no impida el paso de la luz? Con un suelo acristalado que deje que inunde la mesa.

Mantel, de El Meu Coixí. Camino de mesa de lino, de Tessa&Co.

20.

El rústico no solo es para el monte

El rústico no solo es para el monte

Esta buhardilla ha empleado algunos de los recursos rústicos más tradicionales, como las columnas de madera y las fibras vegetales y se las ha llevado a la ciudad. El blanco y los cuidados detalles naturales ayudan a hacer el espacio más luminoso.

Mesa, en Los Peñotes. Sillas, de Taller de las Indias, en India&Pacific. Lámpara de techo, en Mercantic.

El estilo rústico es uno de esos que no pasan de moda. Siguen siendo acogedores, actuales, cálidos y, sobre todo, ¡nos encantan! Hay varios elementos que caracterizan a un comedor rústico. La madera suele ser la principal protagonista. En el techo, en la mesa, en los estantes… Y mucho mejor si es maciza y al natural, de esas de las que cuando las tocas sientes la sinuosidad de la veta y su cálido tacto.

Otros elementos arquitectónicos como los suelos de toba, las paredes de piedra o las vigas son también características. También mejor si son recuperadas: dotarán a tu comedor de un aire auténtico y muy muy de campo. Como si vinieran de otra época. También las fibras naturales tienen algo que decir. Para aligerar el peso visual que tiene la madera oscura, tradicional en las casas rústicas, es mejor decantarse por sillas de mimbre y ratán. Las lámparas de este material ayudan también a realzar la calidez y aportar frescura.

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CAMPESTRE Y ROMÁNTICO

Las 11 claves del estilo provenzal

Y no valen solo para casas en el campo o en la montaña, en las que el estilo rústico es casi obligatorio. Una casa de ciudad también puede presumir de comedor rústico. Más actualizado, más light, pero con la misma calidez, el mismo encanto y la misma sensación de acogimiento.