Decorar estanterías: 15 veces en que una estantería y una balda fueron la mejor idea para aprovechar el espacio

Si tienes pocos libros y objetos decorativos que exponer, bastará con colocar unos sencillos estantes en la pared. En este caso, la arquitecta de interiores Ángeles Rodes aprovechó un hueco detrás del sofá en el que apoyó una mini estantería de 4 baldas. El blanco de la pared y el tapizado contrasta con la madera de pino ¡y nos encanta!

Si cada vez eres menos partidaria de agujerear las paredes para colgar cuadros, fija un único estante en el recibidor, el salón o tu dormitorio y apoya en él láminas, fotos o espejos, como aquí. Antes de sobrecargarlo, asegúrate cuánto peso es capaz de soportar.

¿Más ideas? Hazte con un tablero alargado de una sola pieza y en forma de U invertida: podrás utilizarlo como banco descalzador o como zona de almacenamiento extra para dejar zapatos o guardar los juguetes de los niños con unas cestas debajo. 

¿Tu recibidor es tan pequeño que apenas hay sitio para una consola donde dejar las llaves, el móvil o el bolso cuando llegas de la calle? Prueba con esta fórmula: espejo + balda volada.

El primero ampliará su espacio mientras que la superficie de la segunda será suficiente para dejar todos tus accesorios nada más entrar por la puerta. Pinta la pared y el estante de blanco para multiplicar su luminosidad, como en la imagen.

Si últimamente te has dedicado al teletrabajo, habrás tenido que improvisar una zona específica en casa para montar tu escritorio. Mira qué fácil es encontrar hueco en el salón, la cocina o el dormitorio sin restarles espacio: coloca una balda rectangular lo suficientemente ancha para que el portátil quepa desahogado.

¿Sois dos los que vais a utilizarla? Entonces prolóngala de pared a pared y disponla bajo la ventana para tener buena iluminación, como aquí.

¿Dónde puedes dejar accesorios como bufandas, gorros y manoplas en invierno o sombreros y gorras en verano para no sobrecargar demasiado el perchero?¡Tenemos la solución!

Fija una balda en la pared del recibidor y dispón sobre ella dos o tres cajas de almacenamiento. Guarda en orden todos los complementos, así los tendrás a mano cuando vuelvas a salir. También puedes poner cestos en el suelo que hagan la misma función pero sin entorpecer el paso.

¡Te encanta desayunar en la cocina! La escena sería perfecta si tuvieras un office para poder sentarte tranquilamente y saborear tu café con tostadas, pero la falta de espacio te lo impide. ¿Seguro? Crea en una pared vacía tu propia barra de desayuno con una balda volada y un par de taburetes de diseño. Quedará tan bien como este proyecto de la interiorista Jeannette Trensig, con taburetes Tolix y lámpara Tolomeo, de Cado. 

No te descubrimos nada nuevo si te decimos que los armarios abiertos son tendencia. Planifica tu propio ropero a medida con una zona para colgar y baldas de diferentes tamaños donde depositar camisetas, jerseys, bolsos o zapatos. ¡Y empieza a beneficiarte de todas las ventajas de este tipo de almacenamiento!

¡Decidido! Prefieres tener en tu dormitorio una cama king size aunque ello implique renunciar a las mesillas de noche a ambos lados. ¡El espacio es el que es! Es cierto, pero hay otras opciones. Por ejemplo, utiliza la superficie de tu cabecero de obra a modo de repisa, coloca sobre la almohada una balda de pared o, como aquí, crea unas hornacinas con estantes incluidos donde depositar tus lecturas nocturnas, el móvil, la crema de manos... ¡Son otros modelos de mesillas de noche diferentes!

¿A qué te suena esta escena? Sales de la ducha, coges la toalla y haces malabares para secarte los pies a la pata coja con el riesgo de caerte. Si quieres acabar con esa mala costumbre, hazte con accesorios prácticos, como un taburete, o bien coloca una balda ancha y gruesa a modo de asiento, fija o abatible.

Ahora sí que podrás sentarte tranquilamente, secarte a fondo y aplicarte tu crema hidratante sin miedo a trastabillar, mientras escuchas tus canciones preferidas. 

Todas soñamos con una cocina amplia, luminosa con isla, office, despensa… Luego aterrizamos en la realidad y ¡no siempre coincide! Ya has visto cómo convertir una balda de pared en superficie de trabajo o barra de desayunos. Ahora te mostramos cómo también puede transformarse en despensa organizada.

Aprovecha un rincón de la cocina y coloca en la pared varios estantes del material que mejor se adapte al espacio: madera, metal, mármol, cristal, microcemento... Almacena a la vista botes de especias en uno, frascos de cristal en otro y, si te cabe, ¡hasta un botellero para admirar tu colección de vinos! 

¿Utilizas la mesa de comedor como zona green cuando no estáis sentados en ella? Te encanta verla llena de flores vistosas pero lo que no te gusta tanto es quitar y poner las macetas cada dos por tres. Reserva una zona, cerca de la ventana, para instalar tu pequeño oasis. ¿Qué tal unos estantes de pared a modo de jardinera? Para realzarlos aún más, coloca unos apliques led y ¡tus plantas lucirán espectaculares también por la noche, como estos jacintos!