Cabeceros tapizados: el secreto del éxito de un dormitorio bien decorado (con shopping)

El cabecero de tu cama es la clave para dar carácter y estilo a la estancia. Y, entre las muchas opciones disponibles, los tapizados son una alternativa cálida, que decoran por sí solos, protegen la pared y encajan en cualquier estilo. Pero lo mejor es que son la opción ideal si te gusta leer o ver una serie en la cama, ya que ofrecen un extra de confort (y calidez) que no aportan los cojines. Si estás en el proceso de elegir cabecero de cama, estos consejos y propuestas te inspirarán.    

Los cabeceros de capitoné son una apuesta segura si buscas una alternativa atemporal para decorar tu cama. Cierto que tienen cierto halo clásico, pero encajan a la perfección también en dormitorios más modernos o, incluso, vintage. Su especial tapizado surge entre finales del siglo XVIII y principios del XIX en el tapizado de los sofás de los clubs ingleses. Es característico por la manera en la que cuenta con botones salpicados por toda la superficie, creando un particular relieve.  

Si buscas un estilo clásico, pero quieres algo más discreto, huyendo de la poderosa presencia de los tapizados de capitoné, elige uno con tachuelas en el marco. Ayudan a tensar la tela y marcar la zona del borde con un relleno más grueso.   

Es una alternativa perfecta si quieres disfrutar de la frescura que aporta este tejido en verano y la calidez que regala en invierno. Además, son una opción sencilla y delicada que puedes hacer tú mismo. ¿Quieres saber cómo? Te explicamos cómo hacer un cabecero tapizado de lino.

Son la mejor opción para poder lavarlo cómodamente y lo usas a menudo como respaldo para leer o ver la televisión desde la cama. Y, aunque no lo hagas, será más cómodo para limpiarlo que si es una sola pieza, cuya limpieza es en seco. ¿Otra ventaja? Que podrás cambiar de funda tanto como quieras o según la época del año, dando a tu dormitorio un look diferente con cada uno. 

¿Te ha salido un pequeño devorador de libros? Elige entonces para su dormitorio un confortable cabecero tapizado que le sirva de apoyo cuando quiera leer cómodamente. Si, además, es desenfundable, será muy fácil lavarlo cuando se ensucie. 

Si no quieres que el cabecero robe el protagonismo del dormitorio, bien porque las vistas son espectaculares e invitan a dirigir la mirada, o bien porque prefieres destacar la zona de la cama decorando la pared del cabecero, elige un modelo tapizado de un tejido con un color neutro. Nuestra recomendación es que huyas del blanco puro, pues se ensuciará muy rápido y, si no es desenfundable, será difícil quitar la suciedad. Por eso es mejor un tono neutro, como beige, greige, topo o, incluso un ocre suave.  

Todo lo que tiene de grande este cabecero lo tiene de "discreto". Y es que a pesar de que la decoradora Asun Antó quiso enmarcar la cama con un gran cabecero para darle protagonismo y un punto de descaro, optó por el mismo color de la pared tanto en el marco de DM como en el tapizado.

Los cabeceros tapizados XL siguen de moda. Y es que apostar por un diseño de grandes dimensiones te permitirá decorar por sí solo la pared sin necesidad de añadir nada más. Además de sumar estilo, un punto de descaro y mucho encanto. Este, además, al ser orejero, parece abrazarte en tus sueños. 

No hay duda: en este dormitorio el gran protagonista es el cabecero, un diseño de aire retro tapizado en terciopelo de un rosa empolvado muy de moda. Da carácter y viste por sí solo el ambiente, una opción idónea en dormitorios pequeños. 

¿Te atreves con un cabecero estampado? Sin duda será la estrella del dormitorio. Para evitar que te canse, lo mejor es optar por motivos y colores poco estridentes y estampados atemporales, como las flores de esta propuesta. ¡Nos encantan los cabeceros originales!

La elección de un cabecero tapizado va más allá de la estética –hace más acogedor el espacio–, porque resulta muy agradable para apoyarse cuando se está sentado en la cama, sobre todo si tienes la costumbre de leer antes de acostarte. Este, tipo orejero, da un plus de confort visual gracias a su diseño.

Apostar por un cabecero tapizado y rematado con tachuelas dará estilo y personalidad a cualquier dormitorio, sea de corte más clásico, como este, o moderno. 

Calidez y confort. Es lo que transmite este dormitorio gracias a la gama cromática elegida por la decoradora Natalia Gomez Angelats, dominada por los tierra. Para el cabecero eligió un personalísimo color topo con matices berenjena que contrasta con el papel pintado con el que se ha revestido la pared. 

Un cabecero tapizado de lana es, sin duda, un gran acierto para una casa de montaña, donde un extra de calidez y confort se agradece, sobre todo durante los meses de invierno. 

Esta propuesta de la decoradora Eva Baena es estilosa y de lo más chic. Y es que si buscas darle un toque de sofisticación y sensualidad a tu cama, no lo dudes: apuesta por un cabecero tapizado en terciopelo. Además, aquí, el gris marengo le da un plus de elegancia. 

Los cabeceros de capitoné vuelven a marcar tendencia. Si buscas un efecto más clásico y que el cabecero destaque, apuesta por un diseño con los botones bien marcados, como este, donde el efecto acolchado es mucho más pronunciado.

Este cabecero tapizado en lino y de color blanco encaja a la perfección en este dormitorio con sabor natural. Además, al ser un diseño liso, perdurará por encima de modas. Siempre puedes añadir motivos o estampados con la ropa de cama, que es fácil de cambiar cada temporada.

En dormitorios pequeños, como este, donde el mobiliario es más bien escaso, convertir al cabecero en el protagonista de la decoración es todo un acierto, porque es una pieza que enmarca la cama, viste y sin necesidad de restar apenas espacio. Este, por ejemplo, es un diseño orejero, que le da un punto romántico, y se ha tapizado con una tela de saco recuperada que le da un extra de carácter. 

En dormitorios de base neutra, como este, apostar por un cabecero de color creará contraste y dirigirá la mirada hacia la cama. Aquí, se ha optado por un azul profundo casi negro que resulta sobrio y elegante. Se ha jugado, además, con la ropa de cama y los detalles en azul, como la serie de cuadros, para crear un ambiente muy conjuntado. 

Optar por un cabecero de polipiel ofrece varias ventajas respecto a uno natural: su resistencia frente al desgaste y su precio más económico. Y, respecto a los de tela, su fácil limpieza, ya que basta con pasar un paño húmedo para eliminar las manchas. Un consejo: si apuesta por una piel sintética, elígela de calidad para que te dé unos resultados óptimos.