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1.

La ventana mirador

Carmen, la propietaria de esta cabaña en el Valle de Arán, coordinó ella misma la reforma: “Necesitaba esav entana porque por ahí entra el sol de la mañana”, nos cuenta.

2.

Tarea titánica

El gran acierto de la reforma, nos cuenta, fue elegir bien al contratista, carpintero y demás oficios en el propio Valle de Arán, muy detallistas, aunque alguna vez dudaron de sus ideas...

Toda la casa tiene madera de pino de Flandes recuperada. Diseño de la propietaria, ejecutado por MyM Contrucciones (familia Manero, en Vielha) y Pintores Laguna (Juan Laguna).

3.

Troncos únicos

“Me costó convencerles de los tres troncos de abedul que ayudan a sostener la planta de arriba, ¡y acabaron haciendo fotos orgullosísimos de su trabajo!”, prosigue la propietaria.

Sobre la mesa, individuales, boles y platos de Luderna Design, cubiertos y bandeja de Catalina House, servilletas Carolina Blue y jarra de Zara Home.

4.

Vistas 360

Desde cualquier rincón se ve el resto de la casa, por ejemplo, desde el dormitorio en la buhardilla puedes asomarte y ver la cocina.

En la ventana, cojines de Zara Home, Gancedo, Filocolore, La Maison, Maisons du Monde y Leroy Merlin. Bandeja de Matèria. Boles de Luderna Design. Faroles de Catalina House, piel de Laponia. Sofá de Hypnos y butacas A Loja do Gato Preto. Alfombra de Zara Home. Puf de Matèria con plaid de Zara Home.

5.

¡Más madera!

Las maderas que recubrían la casa estaban oscuras y eran muy poco atractivas. “Yo les pedí dos máximas: que la naturaleza entrara en casa y que recuperaran la madera, para mí no tiene sentido venir a una cabaña así para pintarlo todo de blanco, ¡quiero sentir que estoy en la nieve!”, explica la propietaria

Sofá, mesa de centro y manta de pelo de Luderna Design. Cojines de La Maison, Matèria, Carolina Blue, Catalina House y Gancedo. Vasos de Filocolore.

6.

La cocina refugio

Aunque la inteligente distribución en varias alturas hace parecer lo contrario, la casa no es demasiado grande. Por eso la cocina tiene dimensiones reducidas y está en mitad del salón, cuya línea estética (tablones de madera) conserva sin desentonar.

Muebles de M&M en Vielha, electrodomésticos de Balay. Trapos y floreros de Carolina Blue. Madera de cortar y bol de Luderna Design.

7.

Dormitorio recuperado

Retirar las capas de barniz para dejar las maderas originales lo más mate posible fue lo más costoso de la reforma, tanto en tiempo como en inversión económica.

Banco y alfombras de Luderna Design, espejos de Carolina Blue. Bolso de Gancedo. Zapatillas y batín de Zara Home.

8.

Original baño

El baño en suite se separa del dormitorio por una pared de madera, para no desentonar con el resto de la casa. La sensación de estar en un refugio de montaña no nos abandona en ningún momento.

Cabecero y mesitas de El Corte Inglés. Lámparas de Espaço Casa. En la cama, nórdicos de Filocolore y La Maison. Piel de terciopelo de Catalina House.

9.

Por dentro

El cuarto de baño, muy equilibrado e inspirado en una sauna finlandesa, está realizado todo con piezas de Leroy Merlín. Toallas de Catalina House. Neceser de Matèria.

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Literas amaderadas

Las literas y armarios son de Jordi Fuster. La escalera es la original. En todas las habitaciones convirtieron las ventanas en puertas con acceso al jardín.

Sábanas de Filocolore, cojines, estrella y mantitas de Zara Home. Alfombra de Luderna Design. Sillas antiguas, tratadas por Juan Laguna.

Carmen, la propietaria de esta cabaña en el Valle de Arán no es decoradora, pero tiene un gran instinto, ¡y es una voraz lectora de El Mueble! "Yo soy muy de feelings”, nos cuenta sobre cómo compró una casa sin encanto y la xonvirtió en un refugio mágico. “La casa estaba horrible: en 40 años no había tenido reformas,
así que era muy antigua, con todo tabiques y madera muy oscura. No entraba por los ojos, pero la estructura, ventanas, ubicación y la madera me enamoraron”.

El feeling, como ella dice, fue instantáneo. Vive en Madrid con su hija y su marido, de modo que tardan seis horas cada vez que vienen (de hecho, cuando no están disfrutando de la casa, la alquilan a través de luderna.com/es), pero su marido la dejó hacer. “La decoración es 100% mía. He subido solo un par de fines de semana a supervisar la reforma. Lo coordinaba desde Madrid mandando fotos y unos power points y los obreros alucinaban”, nos cuenta.

¿Lo más complicado? Recuperar el aspecto de la madera natural (solo la cubierta mide 22 metros de madera tratada palmo a palmo). Pero viendo el cálido e impresionante efecto, Carmen demostró que acertaba al querer conservarla. Lo mismo que cuando pidió más y más ventanas. Especialmente ese ventanal en la fachada donde ahora hay un banco de lectura, todo un desafío técnico y burocrático.

Nos queda claro que su obsesión era abrir espacios, ya que el dormitorio principal, en la planta de arriba, tiene cristal en lugar de un tabique. “La casa gana mucho, porque no es enorme, pero con esta amplitud de espacios lo parece”. Para decorar, eligió una gama cromática neutra y la repitió en toda la casa, “así sé que si he comprado algo que no encaje en una habitación me sirve en otra”. ¡Tomamos nota!

House tour de la casa

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