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1.

Un salón que da paz

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“Está en la Costa Dorada, ¡hasta se ve el mar por las ventanas!, pero parecía inspirada en las construcciones del norte, con maderas oscuras y mucha pizarra”, nos cuenta María Just, la interiorista encargada de reformarla. En el salón, vemos un ‘sello El Mueble’: tonos neutros, fibras, madera y muebles a medida, en este caso diseñados por María Just y ejecutados por Fusteria Ramón Cornellà.

Butacas mod. Reva de Taller de las Indias. Cojines de lana ecológica de Matèria. Puf de Calma House. Jarrones de Little House.

2.

Tonos neutros mandan

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Para unificar maderas, María optó por un elegante y cálido roble cepillado y barnizado en mate, incluso en los pilares, en los muebles a medida o en los frontales de la cocina. Las piezas escogidas para esta intervención son de altas firmas. "Son pocas, pero bien escogidas, como las sillas Thonet, las lámparas de Santa&Cole, o los sofás Ralph de Atemporal, que son siempre un acierto", explica la interiorista.

Sofás mod. Ralph de Atemporal. Lámparas de pie de Santa & Cole. Mesas auxiliares de Zeitraum. Alfombra de Cotlin. Macetero de Catalina House con olivo de Bossvi.

3.

El material para una casa moderna

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La madera es imprescindible para dar calidez. Aquí la vemos en el suelo de roble, en las escaleras, en las puertas correderas, en las vigas y también en los muebles a medida, nuevos y de estilo moderno, pero con madera natural.

Escritorio de Ethnicraft, en Casamitjana. Mueble y estantería realizados por Fusteria Ramon Cornellà. Silla de Carl Hansen & Son.

4.

Una cocina muy funcional

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Donde antes estaba el porche a la casa, ahora está ni más ni menos que la cocina, cómoda y práctica, gracias a detalles geniales. Casi todos los electrodomésticos se han camuflado: la campana y la nevera están encastradas en roble, la misma madera noble de los armarios.

Diseño de Maria Just, elaborada por Fusteria Ramón Cornellà. Encimera de Neollith.

5.

Una cocina con office

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Para aprovechar la privilegiada ubicación de la actual cocina (¡y sus vistas!) se instaló una práctica mesa para desayunos y comidas del día a día.

Sillas modelo Kunfu, manteles de lino y quesera de Taller de las Indias. Lámpara mod. 265 de Flos. Jarrón de Catalina House.

6.

La madera, tal como era

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“Dedicamos mucho esfuerzo a decapar las maderas originales, ocultas tras capas de tintes; pero en las vigas del comedor no fue posible: así de oscura era la casa antes de la reforma”, prosigue Just.

Mesa de Mobles 114. Sillas Thonet originales. Lámpara de techo de Marset. Aparador de Sangiacomo y alfombra de Cotlin.

7.

Una escalera muy teatral

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Además de oscuras, las maderas originales eran dispares. Por ejemplo, los peldaños de la escalera son de una madera tropical que matificaron para darle un color marfil. “Tiene las cualidades del blanco, pero es más cálido”, apunta la interiorista.

Mesa de Taller de las Indias, alfombra y jarrón de Calma House y ramo de Bossvi.

8.

Un dormitorio amaderado

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Llegamos a un dormitorio amplio y acogedor: el truco ha sido apostar por el blanco roto como hilo conductor, con un súper armario hasta el techo, lacado y con tiradores de cuero italiano.

Cama de Sangiacomo y armario diseño de María Just, confeccionado por Fusteria Ramon Cornellà, con tiradores de Ferretería Bolibar. Butacas de Carl Hansen & Son. Mesa de tronco y lámpara metálica blanca de Catalina House.

9.

La casa táctil

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En la planta baja, el suelo es de una cerámica que imita la madera de arce, mientras que arriba vemos el suelo original de roble, tan cálido como la ropa de cama de lino. ¡Muy El Mueble!

Mesa auxiliar de Zeitraum y lámpara de pie de Santa & Cole. Manta de Bekume y plaid y cojines de Teixidors. Alfombra de Maua.

 

10.

Una interiorista que despunta: María Just

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La encargada de reconvertir en moderna, cálida y acogedora esta vivienda ha sido la prometedora María Just, poseedora de un estilo atemporal y muy elegante.

He aquí una vivienda de aire moderno que consigue ser serena y cálida. ¿Cuál es su secreto? Apostar por la madera y por muebles de líneas simples. Pero no es una casa de obra nueva. Al contrario, tiene 40 años y la idea era vivirla muchos más. Se construyó en los 80 y, aunque no es demasiado vieja, estaba desfasada. ¿La solución? Un toque actual y mucha, mucha calidez.

Una curiosidad: María Just, la interiorista encargada de esta maravillosa reforma, trabajó en este proyecto con los arquitectos Olga Twose y Christian Twose, que son hijos del arquitecto que levantó esta casa en 1984. En una generación han cambiado muchas modas, pero algo permanece: una buena madera es para siempre.

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