Es una de las plantas más resistentes en la temporada de invierno. Cuando llegan las temperaturas extremas, permanece en buen estado. Así es el pensamiento, la planta con flor más vistosa que habrás visto en muchos jardines y balcones. Aunque se parece a la viola, no es la misma planta. Te enseñamos algunas de sus características y cuidados básicos.

Características del pensamiento

Descripción del pensamiento

El pensamiento, o también conocido por su nombre científico como Viola x wittrockiana, es una planta que cuenta con cinco pétalos redondeados, con los dos superiores a menudo erguidos y los tres inferiores apuntando hacia abajo. Es una planta nativa de Europa y Asia, aunque ya se ha cultivado extensivamente en muchas partes del mundo debido a su adaptabilidad y belleza.

Variedades del pensamiento

  • Delta. Es conocida por su resistencia al frío y su floración uniforme. Cuenta con una amplia gama de colores sólidos y bicolores, incluyendo amarillo, azul, púrpura, rojo y blanco.
  • Matrix. Es una planta de gran tamaño y buena resistencia al calor. Tiene una floración uniforme. 
  • Sorbet. Se trata de una variedad compacta y de crecimiento denso, ideal para bordes y macetas. Varios colores y patrones, incluyendo caras y manchas.

¿Cómo se cuidan los pensamientos?

pensamiento flor planta
Istock

Riego adecuado

El pensamiento es una planta que necesita un riego regular de aproximadamente 2-3 veces por semana en climas templados. En climas cálidos, puede ser necesario regar más a menudo.

Luz y ubicación ideal

Los pensamientos prefieren pleno sol a sombra parcial. En climas cálidos, pueden beneficiarse de algo de sombra durante las horas más calurosas del día. Elige un lugar que reciba al menos 4-6 horas de luz solar directa al día.

Suelo y maceta adecuados

Son plantas que prefieren suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. Si cultivas en macetas, es importante asegurarse de contar con un buen drenaje. Usa una mezcla de tierra para macetas de buena calidad.

Dónde plantar los pensamientos

Los pensamientos son plantas que se pueden cultivar en prácticamente cualquier zona del exterior. Se pueden plantar en jardines y bordes de caminos o senderos para agregar color. También son plantas excelentes para añadir en colgantes, jardineras y macetas.

Cómo plantar los pensamientos

Preparación del suelo

Lo primero que hay que hacer antes de cultivar cualquier pensamiento es preparar el suelo. Para ello, toca eliminar las malas hierbas y escombros. Y por supuesto, añadir algo de compost o materia orgánica para mejorar las condiciones del suelo.

Espaciado y colocación de las plantas

Se recomienda plantar el pensamiento a una distancia de 15-20 centímetros entre cada planta para asegurar un buen flujo de aire. Es importante plantar a la misma profundidad que estaban en sus macetas originales.

Técnica de plantación adecuada

Después de contar con un buen sustrato, cava un hoyo suficientemente grande para acomodar las raíces. Luego, coloca la planta en el hoyo, rellena con tierra y presiona suavemente. Riega bien después de plantar.

Riego

Frecuencia de riego

En la temporada de primavera-verano, se recomienda regar dos o tres veces por semana. Mientras que en la temporada de otoño-invierno, al menos una vez a la semana o cuando el suelo esté seco.

Cantidad de agua por riego

No hay una cantidad estipulada. Lo recomendable es siempre asegurarse de que el agua llegue a las raíces y así evitar el encharcamiento. 

Poda

Técnica de poda

Retira las flores marchitas regularmente para fomentar una floración continua y también las amarillas.

Mejor momento para podar

El mejor momento para podar esta planta es durante la etapa de crecimiento. La poda debe ser siempre ligera y regular durante toda la temporada de primavera-otoño. La poda es esencial y con ella se consiguen retira las flores marchitas y las hojas amarillas regularmente. Esto no solo mejora la apariencia de la planta, sino que también estimula la producción de nuevas flores.

Cómo prolongar la floración

Para prolongar la floración del pensamiento se recomienda mantener un buen riego. Mantener el suelo constantemente húmedo pero no encharcado. El riego regular es esencial, especialmente durante los periodos de calor.

Métodos de reproducción

Existen dos métodos muy comunes. Por un lado, a partir de semillas y, por otro, con esquejes.

Propagación a partir de semillas o esquejes

Propagación a partir de Semillas

  1. Recoleta las semillas: Recoge las semillas de las cápsulas maduras en la planta.
  2. Prepara el sustrato: Llena una bandeja de semillas con una mezcla de tierra y arena o perlita.

  3. Siembra las semillas. Esparce las semillas sobre la superficie del sustrato y cúbrelas ligeramente con una fina capa de tierra.
  4. Germina. Mantén la bandeja en un lugar cálido y con luz indirecta. El sustrato debe permanecer húmedo pero no empapado.
  5. Trasplanta. Cuando las plántulas tengan 2-3 hojas verdaderas, trasplántalas a macetas individuales o directamente al jardín.

Propagación a partir de esquejes

  1. Selección el tallo que quieres reproducir. Elige un tallo saludable de aproximadamente 10-15 centímetros de longitud.
  2. Prepara el esqueje. Corta el tallo justo debajo de un nudo de hoja. Retira las hojas inferiores dejando solo las superiores.
  3. Espera a que salgan las raíces. Coloca el esqueje en agua limpia o en una mezcla de tierra y arena. Si usas agua, cámbiala cada pocos días para evitar el estancamiento. Si usas tierra, mantenla húmeda.
  4. Trasplanta. Una vez que el esqueje desarrolle raíces (después de 2-3 semanas), plántalo en una maceta con tierra bien drenada.

Enfermedades más comunes de los pensamientos

Los pensamientos, como cualquier otra planta, pueden tener algunas enfermedades. Estas son algunas de las más habituales: 

  • Moho polvoriento. Aparición de un polvo blanco en las hojas. Aplica fungicidas específicos y mejora la circulación del aire alrededor de las plantas.
  • Moho gris. Manchas grises en las hojas y flores, y descomposición. Retira las partes afectadas, mejora la ventilación y evita el riego excesivo.
  • Raíces podridas. Hojas amarillentas y marchitamiento. Mejora el drenaje del suelo y reduce la frecuencia de riego.
  • Pulgones. Hojas enrolladas y pegajosas, presencia de insectos pequeños. Utiliza insecticidas adecuados o métodos orgánicos como el jabón insecticida.