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Cómo podar un olivo correctamente en 3 simples pasos para mantenerlo fuerte y con frutos

El olivo debe crecer de manera saludable para proporcionar un aceite de oliva de alta calidad. Para ello, la poda del árbol es un factor clave. Te damos 3 reglas básicas para hacerla

Sonia Dorado

Periodista especializada en lifestyle

Actualizado a 14 de octubre de 2024, 16:15

Unsplash

El olivo es un árbol perenne conocido, principalmente, por su fruto, las aceitunas. Sus hojas son pequeñas y de color verde plateado, crece en suelos pobres y sobrevive a los climas más áridos, pero no puede prescindir de la poda, ya que es clave para su crecimiento y la productividad de sus frutos. Para tener una cosecha de aceitunas más abundante, te aconsejamos que pongas en práctica estas 3 reglas básicas para podar un olivo correctamente.

La poda del olivo no solo mejora la producción de aceitunas, sino que también contribuye a la salud general del árbol. Al eliminar ramas muertas, enfermas o en exceso, se permite que la luz y el aire penetren mejor en la copa, favoreciendo un crecimiento más equilibrado y evitando enfermedades. Además, una buena técnica de poda puede ayudar a dar forma al árbol, facilitando el acceso a las aceitunas durante la cosecha.

Es importante recordar que el momento de la poda es crucial. La mejor época para realizarla es a finales del invierno o principios de la primavera, cuando el árbol está en estado de reposo. Esto minimiza el estrés en el olivo y asegura una recuperación más rápida con el inicio de la temporada de crecimiento. Al seguir estas recomendaciones, podrás disfrutar de un olivo saludable y productivo durante muchos años. Sigue leyendo que te contamos todo lo que tienes que saber para no fallar.

3 reglas básicas para podar correctamente un olivo

La poda del olivo es un proceso clave para mantener la salud y productividad del árbol. Siguiendo estas tres reglas básicas, y utilizando un serrucho de poda de pértiga, es posible podarlo correctamente, fomentando su crecimiento y evitando problemas de sobrecarga o sombra innecesaria: 

Regla 1. Eliminar los tallos altos

Las ramas altas de los olivos, conocidas también como sombreros, obstaculizan el crecimiento de las ramas inferiores y es necesario eliminarlas antes de que estén más avanzadas. Suelen ser ramas que crecen en dirección recta pero que no aportan mucho al árbol, aunque sí que debes conservarlas si tienen brotes nuevos que van en buena dirección. Es importante hacer los cortes lo más a ras posible al tronco para que cicatricen bien.

Regla 2. Retirar las ramas bajeras

Las ramas que cuelgan demasiado cerca del suelo, o que ya casi lo rozan, deben ser eliminadas dejando solo las que estén más altas para garantizar una mejor estructura del árbol. Aquellas ramas que tienen mucho tronco pero pocas hojas verdes también deben ser cortadas.

Regla 3. Aclarar el centro

Por último, para evitar que el olivo se vuelva demasiado denso y no haya tanta espesura, es importante podar con cuidado sus ramas interiores. Intenta no hacer agujeros que sean muy difíciles de reparar y ten cuidado con las ramas con troncos principales para que el árbol no se queme. En definitiva, al aclarar el medio del olivo, recibirá más luz, lo que hará que mejore la circulación de aire y pueda disfrutar de un crecimiento más saludable.

El Mueble

¿Cuándo se debe realizar la poda del olivo?

Lo más recomendable es podar el olivo justo después de la recolección de la aceituna, periodo que se conoce como la parada vegetativa del árbol. Pero aquí hay que tener en cuenta el tipo de aceituna que se ha recolectado, ya que cada una tiene una parada vegetativa diferente:

  • Si el fruto se ha recolectado como aceituna de mesa, el olivo se debe podar entre los meses de noviembre y diciembre. 
  • Si la oliva se ha recogido para producir aceite de oliva, el periodo de poda del árbol se deberá realizar en los meses de febrero, marzo y abril. 

En ambos casos, hay que tener en cuenta las condiciones climatológicas de cada entorno ya que es necesario podar cuando no haya riesgo de heladas.

Por último, en cuanto a la frecuencia e intensidad de la poda, ambas dependerán del estado en el que se encuentre el olivo, aunque lo ideal es que no pasen más de dos o tres años. Tampoco es bueno podar en exceso porque el árbol perdería productividad.

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