El ombligo de Venus se encuentra entre la lista de plantas suculentas que, aunque no te suene de primeras por su nombre, seguro que estás harta de verla ya que está presente, durante todo el año, en entornos de sombra y humedad como las grietas de los muros, las paredes, las rocas, los troncos de los árboles, ruinas, techos, tejados. Su nombre más conocido, ombligo de Venus, lo recibe no solo por una curiosidad de la forma de sus hojas, sino también porque, al parecer, los romanos utilizaban esta para realizar hechizos de amor y, como Venus es la diosa romana del amor, de ahí su nombre.
Características del ombligo de Venus
El ombligo de Venus, científicamente conocido como Umbilicus rupestris, presenta hojas carnosas, redondeadas, brillantes, con el borde ondulado y dispuestas en rosetas, hojas que, a su vez, tienen un pequeño hoyuelo de forma umbilical en su centro con una apariencia similar a la de un ombligo humano, de ahí su curioso nombre. Tanto sus hojas como sus tallos son capaces de almacenar agua, de ahí que pertenezcan a la familia de las crasuláceas.
Cuidados del ombligo de Venus
El ombligo de Venus es una planta de interior fácil de cuidar, pero requiere atención para prosperar, aquí te dejamos sus cuidados más básicos:
Luz
Prefiere la luz indirecta brillante ya que es amante de los entornos sombríos.
Suelo
Al ombligo de Venus le gusta el sustrato bien drenado y detesta el agua estancada, de hecho, podría estropear sus raíces.
Riego
A la hora de regarla, espera a que el sustrato esté bien seco ya que demasiada agua podría ser perjudicial para esta suculenta.
Temperaturas
Tolera temperaturas moderadas y prefiere climas cálidos. Intenta protegerla de las heladas.
Cómo es su flor y todo lo que debes saber sobre ella
La floración del ombligo de Venus suele ocurrir entre la primavera y el verano, épocas del año en las que sus tallos se llena de muchas flores con forma de pequeñas campanillas de color verde claro y que, con el tiempo, pueden adquirir tonalidades más rojizas, como rosa o púrpura.
Propiedades medicinales del ombligo de Venus
Y es que, además de ser conocida como ombligo de Venus, otro de los nombres comunes de esta planta es “curalotodo”, debido a sus grandes propiedades medicinales entre las que destacan sus efectos calmantes, desinfectantes y antiinflamatorios. Por ejemplo, se usaba fresca a modo de tirita vegetal para cicatrizar y curar heridas y otras afecciones de la piel como quemaduras, llegas, sabañones, eccemas, dermatitis, etc. Otro uso muy curioso del ombligo de Venus es que con ella se preparaba una infusión con la que se lavaban a las mujeres después del parto para desinfectar.
Curiosidad sobre el ombligo de Venus: es comestible
Una de las características más curiosas de la planta del ombligo de Venus es que sus hojas son comestibles. De hecho, se dice que son muy crujientes y sabrosas y, por eso, son ideales para comer crudas en ensaladas (son muy parecidas al pepino). Nutricionalmente, destaca por ser rica en vitamina c, hierro, calcio, potasio, ácidos grasos omega 3, tocoferol, polifenoles, mucílagos, clorofila y taninos.
Cómo se propaga el ombligo de Venus
La propagación del ombligo de Venus es sencilla y se puede realizar mediante dos procesos:
- Esquejes: Para ello, corta una hoja sana y déjala secar durante unos días antes de plantarla en tierra húmeda.
- Semillas: En este caso, debes recolectar las semillas de las flores una vez que hayan madurado y plantarlas en un sustrato bien drenado.
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