Las manchas son las grandes enemigas de la ropa. Da igual su naturaleza, si son más grandes o más pequeñas, en cuanto ves una cuando te vas a poner a hacer la colada, te pones las manos en la cabeza: todas cuestan la misma vida de quitar, incluso, algunas no conseguimos eliminarlas del todo y terminamos tirando la prenda porque se vuelve inservible.
Pues bien, ¿sabías que el truco definitivo para eliminar estas manchas está en la temperatura del agua que usamos para lavarlas? Si quieres saber para qué manchas es mejor usar agua fría y para cuáles agua caliente, sigue leyendo porque hemos recopilado información valiosa al respecto de los mejores expertos en limpieza.
¿Cuándo lavar una mancha con agua fría?
Según Hyacinth Tucker, CEO de The Laundry Basket, LLC, usar agua fría en los lavados tiene muchísimos beneficios para nuestras prendas. Además de que consume menos energía y nos reduce la factura de la luz, evita que ciertas manchas se fijen en los tejidos de la ropa, impide que los colores se destiñan o que las telas se encojan y, al ser más suave que el agua caliente, mantiene las prendas como nuevas por más tiempo. Por fría se refiere a un agua con una temperatura por debajo de los 30ºC, lo ideal sería entre 15ºC y 30ºC.
Tucker, junto a Maria Mooney, experta en limpieza no tóxica de Truly Free Home, aconsejan lavar con agua fría manchas más comunes y livianas, como las siguientes:
- Manchas de comida y bebidas.
- Manchas de fluidos con proteínas, como orina, sangre o leche.
- Cuando las prendas manchadas son de tejidos delicados.
- Cuando la ropa tiene colores que corren el riesgo de desteñirse.
¿Cuándo quitar una mancha con agua caliente?
Mooney también dice que las manchas más profundas y grandes, como las de aceite o las de grasa, requieren un ciclo de lavado con agua caliente. La recomendación de ambas expertas para usar agua caliente en manchas difíciles es sencilla: el calor del agua ayuda a disolver los elementos que componen estas manchas y eliminan las sustancias orgánicas presentes las mismas. Además, para no pasarnos de caliente, recomiendan que el agua esté a una temperatura de entre 37ºC y 49ºC.
El agua caliente a altas temperaturas, además, abre las fibras de los tejidos, permitiendo que el propio agua y el detergente usado en el lavado penetren mejor y desintegren la mancha desde dentro. Por último, estas manchas difíciles de eliminar suelen tener olores más fuertes, por eso, lavarlas con agua caliente también les viene ideal para eliminarlos.
Ante la duda: siempre agua tibia
Para elegir entre usar agua fría y agua caliente para eliminar una mancha, además de las recomendaciones anteriores, es también fundamental tener en cuenta el tipo de tejido y las instrucciones de cuidado de la prenda establecidas por el fabricante. Por eso, ante cualquier mínima duda sobre la mancha o el tejido, lo mejor es no arriesgarse y optar por un lavado con agua tibia, tu prenda estará protegida y la mancha también se irá.