Pasar el aspirador es una de las tareas del hogar más sencillas. Montas el aparato, lo enchufas –si no es inalámbrico– y aspiras la estancia que quieres limpiar. Parece sencillo, ¿verdad? Y lo es, pero para un resultado de profesional, te recomendamos que compruebes esta lista. Solo los pros la cumplen entera. ¿Comprobamos?
1. Aspirar antes de limpiar el resto de la casa
Obvio, ¿verdad? Pero puede que las prisas y querer terminar lo más pronto posible nos invite a pasar el aspirador antes de terminar de pasar el polvo. Y es que, al limpiarlo puede caer al suelo, lo que arruinaría el trabajo ya hecho, aunque no se perciba a primera vista. Lo ideal es limpiar primero el polvo y dejar el suelo para lo último.
2. No retirar los objetos más grandes con la mano
Si ves una moneda, horquillas, un clip o un juguete de tus hijos, lo mejor es que lo quites con la mano. Los objetos pequeños, pero duros pueden obstruir el aspirador o, lo que es peor, estropearlo. Para evitarlo haz un repaso primero por la habitación y retira todo lo que veas.
3. Ir demasiado rápido
Para aspirar bien cada estancia, hay que tomarse su tiempo. Primero recoge del suelo todo lo que pueda ser un obstáculo, desde las zapatillas hasta monedas, objetos minúsculos o juguetes pequeños. Y tampoco vale solo con pasar por las zonas que se ven. Para limpiar DE VERDAD empieza por las esquinas y no te olvides de limpiar previamente los rodapiés. Después, tienes que hacer las pasadas despacio, permitiendo que el aspirador absorba todo el polvo y pelos.
4. No mover los muebles
Es que si no los mueves siempre quedará polvo y, en cuanto ventiles, verás cómo empiezan a salir bolas de polvo de lugares insospechados. Para una limpieza efectiva tendrás que mover los muebles y aspirar debajo y por detrás de ellos, ya que en las traseras también suele acumularse el polvo.
5. Aspirar en una sola dirección
Especialmente las alfombras. Las alfombras se componen de bucles, por lo que el polvo se acumula en todas partes, no solo en un sentido. Por ello, empieza aspirando la alfombra de izquierda a derecha y después de arriba hacia abajo. Así aspirarás las fibras en todas las direcciones y la alfombra se mantendrá como nueva durante más tiempo.
6. No planificar tu 'estrategia'
Piensa primero qué estancias vas a aspirar y ve una a una, después de haberlas limpiado, y en orden para no llevar la suciedad de un sitio a otro. Y antes de encender el aparato retira los posibles obstáculos: sillas, muebles, puffs... Al final ahorrarás energía y el resultado será de diez.
7. Esperar a que la bolsa esté llena para vaciarla
Lo ideal es que, cada vez que termines de utilizar el aparato, vacíes la bolsa. De hecho, obtendrás mejores resultados si la bolsa de polvo de tu aspiradora está vacía. No solo mejorará el rendimiento de la máquina, sino que alargarás su vida útil.
8. Creer que los filtros duran para siempre
Comprueba las instrucciones del fabricante para ver hace cuánto tendrías que haber cambiado el filtro. ¿A que no lo hiciste? Y es que tienen una vida útil determinada y, a partir de ese momento, el aspirador pierde efectividad y poder de absorción. Si tienes, renuévalo. Si no, chequea si el fabricante sigue vendiéndolos.
Si son reutilizables, límpialos y lávalos debajo del grifo cuando notes que la máquina pierde potencia de succión. Suelen estar fabricados con espuma. Espera a que se sequen bien antes de volver a colocarlos.
9. No limpiar la aspiradora
Un error más habitual de lo que piensas. ¿Cada cuánto usas el aspirador? Si es mucho, tendrás que limpiar el aparato al menos una vez al mes. Emplea un trapo húmedo para pasar la parte exterior. Mientras, los filtros y el depósito de la aspiradora debes lavarlos con agua fría y según las instrucciones del fabricante.
10. No usar los accesorios adecuados
Emplea el accesorio para rincones para que poder limpiar cómodamente las esquinas de cada habitación, incluso con suelos de madera. Si no lo haces con frecuenta puede que el polvo y la suciedad se acumulen hasta tal punto que se casi imposible retirarlos.
11. Utilizar el aspirador solo para el suelo
Y es que puedes usarlo también para aspirar cajones, estantes, techos y esquinas, rejillas y conductos de ventilación, los raíles de las puertas y ventanas –fundamental si quieres limpiarlas bien y evitar que se atasquen con el tiempo–, el interior del coche... Y seguro que a ti se te ocurre algún que otro sitio más.
12. Trasladarse de habitación con la aspiradora encendida
Aunque actualmente los aspiradores que se comercializan cuenta con etiqueta energética, hasta 2014 estos electrodomésticos podían llegar a tener mucha más potencia de la necesaria, lo que conllevaba un gasto mayor. Evita siempre dejar el aparato encendido si paras a quitar algo del suelo o cuando cambies de habitación, especialmente si tu aspiradora tiene ya varios años. Y, si piensas renovarla te dejamos los mejores consejos sobre cómo elegir aspiradora. ¡Acertarás seguro!
13. Aspirar cosas que no deberías
Los cristales rotos, las cosas húmedas, las cenizas de la chimenea o el polvo de obra pueden dañar el aspirador, ya sea obstruyéndolo o estropeando los filtros. Para los cristales, mejor hacerlo con papel de periódico, con mucho cuidado. Las cosas húmedas, con un trapo o papel de cocina, y las cenizas o el polvo de obra es preferible hacerlo con una máquina especial para ello, ya que las partículas son tan minúsculas que pueden estropearlo.