Si tu colchón es de diez, te acuestas temprano y aun así no descansas como deberías, seguramente el origen de tu problema resida en cómo haces la cama. Y es que, si no la haces a diario o cometes alguno de estos errores, serás vivo ejemplo del refrán popular que dice "Cuerpo triste, que por donde entraste, saliste". Comprueba esta lista y verás cómo, poniendo solución, dormirás como un bebé.

1. No colocar la sábana ajustable correctamente

Si te despiertas en mitad de la noche completamente absorbido por un burruño de sábanas, lo más seguro es que tengas un problema con las sábanas bajeras. Asegúrate de que está bien ajustada cada vez que la hagas. Si te preguntas cómo hacer la cama perfecta, deberías empezar por ahí.

2. No prestar atención a las esquinas

Si alguna vez te has fijado en las camas de los hospitales, verás que es dificilísimo que las sábanas se salgan por abajo. Y es que tienen truco: primero hay que meter la parte de los pies de la cama y, después en cada lado, subir la manta y sábanas hacia arriba e introduce el pico sobrante debajo del colchón. Finalmente, mete bien los laterales. Verás cómo no se vuelven a salir las sábanas (ni aunque patalees).

3. Utilizar sábanas de baja calidad

Parece una tontería, pero lo cierto es que unas sábanas de mala calidad interferirán en tu descanso. Y no solo eso: al llevar ciertos lavados verás que les salen bolitas, encogen o se deforman, lo que hará que tu cama, además de incómoda, sea cada vez más difícil de hacer. Lo mejor es elegir sábanas materiales naturales que ayuden en la traspiración, como el algodón, la seda o el lino, tejidos frescos en verano y que mantienen la temperatura en invierno.

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4. No usar los cierres de la funda del nórdico

Los lazos o botones de la funda del nórdico tienen una función: evitar que el relleno se salga y mantenerlo en la posición correcta. Si, cuando te levantas por las mañanas, el relleno de tu edredón está muy abajo, comprueba si has utilizado los cierres.

5. No seguir los consejos de El Mueble para poner el nórdico

Si no pones la funda del nórdico bien, cada vez que hagas la cama quedará raro. Y lo peor es que, cuando vayas a dormir, tendrás un rebujo de tela, formado a partir de la parte de arriba de la funda. Si quieres saber cómo se pone la funda de forma rápida y cómoda, te lo explicamos en este vídeo (por cierto, comprobado que funciona).

6. Usar unas sábanas que no encajan con el colchón

Y no, no estamos hablando del tamaño de la cama y las sábanas (que también). Nos referimos a la altura del colchón. Si es muy alto, necesitarás unas sábanas bajeras con una costura igual al menos del mismo tamaño para que lo abarque por completo y no se suelte en mitad de la noche.

7. No estirar bien las sábanas al hacer la cama

Es un básico. Al hacer la cama por las mañanas, no eches el edredón por encima y lo des por hecho. Retíralo primero y estira bien la sábana bajera. Si usas superior, haz lo mismo con esta.

8. No sacudir las sábanas

Cuando estires la sábana de abajo, aprovecha a darle un par de sacudidas (después tendrás que barrer). Así se mantendrán más frescas y suaves cuando te metas la noche siguiente.

9. Simplemente, no hacer la cama

Es el error de los errores. Además de que es un estupendo hábito para ser más ordenado y empezar el día con buen pie, si haces la cama al levantarte, cuando llegues a casa del trabajo lo agradecerás enormemente. Y cuando te acuestes, ¡aún más!

10. No planchar las sábanas

Si, como te hemos aconsejado, tus sábanas son de algodón, lino o seda (tejidos naturales), sabrás que se arrugan muchísimo y por tanto hay que plancharlas. Hacerlo será clave para poder disfrutar de su suavidad y confort al cien por cien y descansar como un angelito.

11. Y no guardarlas bien

Doblar las sábanas y guardarlas como Dios manda es básico para que se mantengan nuevas, sin deformarse y listas para ser utilizadas en cualquier momento. Mira este vídeo para aprender cómo lo hacen los profesionales del orden.

12. No cambiar las sábanas con la frecuencia que deberías

Si lo haces al menos, una vez a la semana, vas bien. Pero si esperas más a cambiar las sábanas, estarán cada vez más arrugadas (y sucias) y tu descanso (y olfato) lo notarán. De hecho, en verano deberías hacerlo un par de veces a la semana.

13. Poner las sábanas del revés

Si te gusta utilizar sábana superior, al hacer la cama pon el estampado hacia abajo, así cuando la dobles sobre la manta o el edredón se verá el bordado o detalle decorativo que tenga en el borde.

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