A ninguna nos gustan las manchas de ningún tipo y nos llevamos un buen disgusto cuando las descubrimos en alguna prenda de vestir o textil del hogar, pero si hay dos manchas que se llevan el premio de ser las dos peores del mundo, esas son, sin lugar a dudas, las manchas de lejía y las manchas de cloro. Y es que, en cuanto nos encontramos una mancha de lejía o cloro, se nos echa el mundo encima porque la prenda o textil manchado va directo a la basura.
¿El motivo? Fácil: estas manchas tienen el gran inconveniente de que se comen el color, lo que quiere decir que se cargan la prenda al momento. Menos mal que existen soluciones para todo en esta vida y hasta la decoloración por lejía o cloro la tiene. A continuación, te enseñaremos un par de trucos para despedirte de estas manchas y recuperar la apariencia impecable de tus textiles.
¿Qué causan las manchas de lejía o cloro en la ropa?
Muchas veces, al realizar tareas de limpieza en el hogar, sufrimos un derrame accidental de lejía o cloro en la ropa que llevamos puesta o los textiles que, justo en el momento del accidente, teníamos alrededor. Este derrame es una faena, y de las grandes, ya que a ciertos tejidos y fibras no les viene nada bien entrar en contacto con estos productos químicos.
Y es que, tanto la lejía como el cloro, son agentes de decoloración potentes debido a su acción corrosiva, lo que significa que pueden desvanecer los colores y dejar manchas antiestéticas en nuestras prendas. Esto ocurre porque, cuando entran en contacto con las fibras de los tejidos, pueden provocar una reacción química que descompone los pigmentos de color y deja manchas pálidas o blanquecinas en la tela. Aunque este proceso de decoloración siempre se ha pensado que es irreversible, venimos a decirte que no es así y que tiene solución.
Cómo quitar manchas de lejía o cloro
Aunque las manchas de lejía o cloro en la ropa pueden ser especialmente difícil de eliminar, existen dos trucos, efectivos y fáciles de seguir, que te ayudarán a deshacerte de ellas y que salvarán tus prendas favoritas:
Con vinagre blanco
El vinagre blanco es un producto multiusos que puede ser utilizado para limpiar, desinfectar y también para eliminar las manchas de lejía o cloro. La ventaja de utilizar vinagre blanco es que no solo ayudará a eliminar las manchas, sino que también puede restaurar el color original de la prenda. Eso sí, debido a que su naturaleza es ácida, podría debilitar ciertos tejidos, así que es recomendable que pruebes este método primero en un área pequeña antes de tratar la mancha en su totalidad.
Para utilizar el vinagre blanco para deshacerte de las manchas de lejía o cloro en la ropa, simplemente mezcla partes iguales de vinagre blanco y agua. Luego, sumerge un paño limpio en la solución y frota suavemente la mancha. Es importante enjuagar bien la prenda después para eliminar cualquier residuo de olor a vinagre.
Con bicarbonato de sodio y jugo de limón
El bicarbonato de sodio y el jugo de limón son dos ingredientes naturales que, cuando se combinan, pueden ser muy efectivos para eliminar las manchas de lejía o cloro, ya que la mezcla resultante entre ambos ingredientes actúa como un blanqueador natural y puede ayudar a desvanecer la decoloración causada por la lejía o el cloro. Al igual que con el vinagre blanco, el jugo de limón puede debilitar las fibras de algunos tejidos, por eso, pruébalo antes de aplicarlo en toda la prenda.
Para poner en práctica este truco, debes hacer una pasta utilizando una cucharada de bicarbonato de sodio y una cantidad de jugo de limón suficiente para formar una pasta espesa. Aplica esta pasta sobre la mancha y déjala actuar durante unos 15 minutos. Luego, frota suavemente con un cepillo suave o un paño limpio y enjuaga con agua fría.
Otros consejos
Sabemos que las manchas de lejía son las más odiosas y temidas, ya que son de las más difíciles de deshacer. Sin embargo, hay algunos pasos que puedes seguir para que tus prendas no se conviertan en material de descarte a primeras. Ya sea que te has manchado camiseta favorita o tus tejanos cómodos de estar por casa, sigue estos consejos que te asegurarán un éxito rotundo.
- Enjuagar inmediatamente con agua fría. Apenas notes la mancha de lejía, enjuágala con abundante agua fría. Esto ayuda a diluir la lejía y detener su efecto de decoloración. Aunque no elimina la mancha, puede evitar que se extienda.
- Neutralizar la lejía con vinagre blanco. Aplica vinagre blanco diluido en agua sobre la zona afectada para neutralizar el efecto de la lejía. Esto no restaurará el color, pero detendrá el daño químico adicional.
- Lavar con bicarbonato de sodio. Lava la prenda con agua fría y bicarbonato de sodio para eliminar cualquier residuo de lejía que quede. El bicarbonato también ayuda a suavizar la prenda y puede reducir la rigidez en la zona manchada.
- Frotar con detergente para ropa. Frota la mancha con un detergente líquido fuerte o un quitamanchas especial. Enjuaga bien y lava la prenda como lo harías normalmente. Aunque no restaura el color, puede eliminar los residuos de la lejía.
- Sumergir en peróxido de hidrógeno (agua oxigenada). Mezcla peróxido de hidrógeno con agua (en una proporción de 1:1) y sumerge la prenda en la solución. El peróxido de hidrógeno es un blanqueador suave que puede ayudar a atenuar la diferencia de color en la zona afectada.
- Lavar con un detergente especializado en manchas. Existen detergentes específicos que están diseñados para tratar manchas de decoloración y lejía. Estos productos pueden no ser infalibles, pero pueden ayudar a minimizar el daño.
- Baño de agua con sal. Llena un balde con agua fría y añade una taza de sal. Deja la prenda en remojo durante varias horas. Este método puede ayudar a reducir el impacto de la mancha en algunos casos.
- Usar glicerina. Aplica glicerina sobre la mancha y déjala actuar por unos minutos. Luego lava la prenda como de costumbre. La glicerina puede ayudar a suavizar la zona afectada.
- Aplicar alcohol isopropílico. Moja una bola de algodón con alcohol isopropílico y frota suavemente el área afectada. Esto puede ayudar a difundir el color de las áreas circundantes sobre la mancha, haciendo que sea menos visible.
- Lavar con leche. Llena un balde con leche fría y sumerge la prenda en él. Deja reposar durante varias horas y luego lávala como de costumbre. Aunque no es un remedio infalible, la leche a veces ayuda a restaurar el color en tejidos dañados por lejía.
Recuerda que el éxito de estos trucos puede variar según el tipo de tela y la cantidad de daño causado por la lejía.