Si te encanta disfrutar de un baño limpio, ordenado y estiloso, necesitas un cesto para la ropa. Este tipo de complementos no solo son decorativos, sino que son comodísimos. Los miembros de la familia pueden depositar ahí su ropa sucia y cuando se vaya a poner la lavadora, tenerlo todo a mano.   

En esta selección de El Mueble, hemos elegido aquellos que no solo son funcionales, sino que además aportarán un toque deco a cualquier rincón de tu casa. Ya sea de fibras naturales, o aquellos con diseños más modernos y minimalistas, hay un cesto para cada estilo y necesidad. Las fibras naturales, como el ratán o el mimbre, son ideales si buscas un aire cálido y acogedor, mientras que los diseños de líneas rectas y colores neutros, como el plástico reciclado, encajan a la perfección en hogares de estética contemporánea.

Además, muchos de estos cestos no solo sirven para el baño; también son perfectos para otros espacios de la casa, como la lavandería o incluso el dormitorio. Los hay con tapa, para mantener la ropa fuera de la vista, o con compartimentos separados, perfectos para clasificar las prendas claras, oscuras o delicadas. Algunos modelos incluso incorporan ruedas, facilitando el transporte hasta la lavadora.

Porque un baño ordenado empieza con detalles prácticos y bonitos, estos cestos para la ropa serán tu mejor aliado para mantener el estilo y la funcionalidad en equilibrio. ¿Listo para encontrar el que mejor se adapta a ti? ¡Sigue leyendo!

De la misma manera que guardas la ropa en un armario (incluso la ropa de casa), también debes guardar la ropa sucia en algún lugar.

  • Elige un pequeño rincón en el cuarto de baño, en el dormitorio o incluso en el cuartito de la lavandería junto a la lavadora y coloca un cesto para la ropa sucia. Ya has visto que existen cestas de todos los tamaños (incluso plegables) y estilos.
  • Acostúmbrate a separar la ropa que necesita un repaso de plancha, la que puedes doblar y guardar en el armario y la que después de usarla debe ir directa a la lavadora. Pero no las tengas mezcladas y apiladas (y mucho menos dejadas) en cualquier rincón.
  • Aprovecha esta nueva rutina para incorporar otra parecida: cada vez que organices la maleta o la bolsa para ir al gimnasio, usa fundas para organizar la ropa. Todo te quedará más ordenado y aseado. Vamos, que si lo viera Marie Kondo estaría superorgullosa. Y tu madre, también.

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