Las manchas amarillas en las almohadas son más comunes de lo que parece y su explicación sencilla: con el tiempo, el sudor, la saliva, los aceites naturales de la piel, restos de cremas faciales y la humedad se acumulan en el tejido, provocando ese tono amarillento tan poco estético. Eliminar estas manchas amarillas no es solo una cuestión de estética sino también de higiene, ya que de esta retención de residuos pueden proliferar ácaros y bacterias.

Además, esta falta de higiene también afecta a la calidad de nuestro sueño e, incluso, una almohada sucia puede causar reacciones alérgicas o problemas respiratorios. Por eso, mantenerlas limpias y blancas no solo prolonga su vida útil, sino que también garantiza un entorno de descanso más saludable.

Sin embargo, aunque los dos primeros productos que se te vengan a la mente para blanquear almohadas sean la lejía y el amoníaco, estos dos productos no son nada recomendables ya que dañan los tejidos y son muy fuertes. En su lugar, te recomendamos que utilices este otro que es mucho más seguro, económico y efectivo.

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¿Por qué no es recomendable usar lejía para blanquear las almohadas?

Aunque la lejía es un producto de limpieza conocido por su poder blanqueador, no es muy recomendable para eliminar las manchas amarillas que salen en las superficies de las almohadas, ya que es un producto demasiado agresivo para los tejidos, especialmente en almohadas hechas en materiales como algodón, microfibra o plumas. Si este tipo de almohadas se limpian con lejía frecuentemente, sus fibras se pueden debilitar y perder suavidad y durabilidad.

Además, la lejía no elimina los residuos de sudor y grasa completamente, solo los blanquea, lo que significa que la suciedad aún se queda incrustada. También puede dejar un olor fuerte y persistente que resulta molesto al dormir. Por otro lado, los restos de lejía mal aclarados pueden provocar irritaciones en la piel y problemas respiratorios.

Almohada con manchas amarillas
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Trucazo de limpieza para blanquear las almohadas sin dañarlas

Por todos los motivos anteriores, es mejor no usar la lejía para blanquear almohadas y optar por productos más suaves y efectivos que limpien en profundidad sin dañar los tejidos ni comprometer la salud. Un buen remedio casero y económico para blanquear almohadas sería usar agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) la cual, además, tiene propiedades desinfectantes que eliminan bacterias y ácaros acumulados con el uso.

Para ello, haz lo siguiente:

Ingredientes que vas a necesitar

  • ½ taza de agua oxigenada (preferiblemente al 3%)  
  • 3 litros de agua caliente

Modo de preparación

  • Paso 1. Llena un barreño grande o la bañera con los 3 litros de agua caliente.
  • Paso 2. Añade el agua oxigenada y mezcla bien para distribuir el blanqueador natural.  
  • Paso 3. Sumerge la almohada en la solución y déjala en remojo durante 1 hora.
  • Paso 4. Pasado el tiempo de remojo, lávala en la lavadora con un ciclo suave y detergente neutro.  
  • Paso 5. Aclara bien para eliminar cualquier residuo y sécala al aire libre o en la secadora con temperatura baja.

 

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