Nuestros perros son más que simples mascotas, son compañeros leales, miembros de la familia que no dudan en brindarnos todo su amor y alegría. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué pasa por la mente de tu perro? Por ejemplo, en esos momentos en que se te queda mirando fijamente, o cuando lo regañas y se marcha cabizbajo. Gracias a los avances en la neurociencia, ahora podemos tener una idea más clara de los pensamientos y emociones de nuestros amigos peludos. ¿Preparada para descubrirlos? ¡Te van a fascinar!
¿En qué piensan los perros?
Estudios recientes han comenzado a desentrañar (al fin) los misterios del cerebro canino. Utilizando técnicas avanzadas como la resonancia magnética funcional (fMRI), los científicos han podido observar cómo reaccionan los cerebros de los perros a diferentes estímulos. Estos estudios han demostrado que los perros procesan las emociones de manera similar a los humanos, lo que sugiere que sus experiencias emocionales pueden ser más complejas de lo que pensábamos hasta el momento. Pero si estos datos te sorprenden, espera a conocer el estudio del neurocientífico Gregory Berns...
Un perro pensativo.
El estudio de Gregory Berns
Uno de los investigadores más destacados en este campo es Gregory Berns, un neurocientífico de la Universidad de Emory que, junto a su equipo, ha llevado a cabo numerosos estudios utilizando fMRI para explorar la mente canina. En uno de sus experimentos, los perros fueron entrenados para permanecer inmóviles dentro de un escáner de fMRI mientras se les mostraban diversas señales y estímulos, como el aroma de sus dueños y el de algunos extraños. Los resultados fueron impresionantes: los cerebros de los perros exhibían una mayor actividad en el cuerpo estriado –una región asociada con la anticipación y el placer–, cuando olían a sus dueños. Este hallazgo sugiere que los perros, además de reconocer y preferir el olor de sus propietarios, también experimentan una sensación de felicidad al hacerlo.
En otra parte del estudio, se descubrió que los perros también responden positivamente a las señales verbales de sus dueños, activando áreas del cerebro relacionadas con la recompensa. Esto implica que los perros no solo reconocen las palabras que les decimos, sino que también comprenden el tono emocional detrás de ellas. Pero eso no es todo, parece ser que los perros pueden contar figuras geométricas básicas, y entienden que aunque un objeto desaparezca de su vista, no significa que haya dejado de existir.
Un perro con un juego de inteligencia
Los perros sienten empatía
Aunque era de esperar, estos estudios también han confirmado que los perros experimentan una gama de emociones que incluye alegría, miedo, y amor. Por ejemplo, cuando un perro ve a su dueño, su cerebro libera oxitocina, la misma hormona que se libera en los humanos cuando sentimos amor.
Otro experimento superinteresante que nos ha tocado la fibra sensible, analizó la capacidad canina de sentir empatía. En este estudio, situaron a dos perros en jaulas contiguas y enseñaron a uno de ellos a activar una palanca que proporcionaba comida a la jaula del otro perro. Cuando había premio, el perro alimentador no fallaba en activar la palanca. A falta de recompensa, casi nunca lo hacía, excepto si el otro perro era un compañero de juegos, en cuyo caso activaba la palanca sin recibir nada a cambio. Con esto, queda claro que dos perros pueden ser grandes amigos, incluso habiendo comida de por medio.
Dos perros dándose mimos.
Los perros reconocen las expresiones faciales
Los perros también son expertos en interpretar nuestras señales emocionales. Muchas investigaciones han demostrado que pueden reconocer las expresiones faciales humanas y ajustar su comportamiento en consecuencia. Esto se debe a que los perros han evolucionado junto a los humanos durante miles de años, desarrollando habilidades únicas para entendernos. Así, cuando te sientes triste, tu perro puede captar esa tristeza y tratar de consolarte con su presencia, mismamente, tumbándose junto a ti.
Un perro con su dueña en el sofá.
Los perros recuerdan experiencias pasadas
La memoria y la capacidad de aprendizaje de los perros son aspectos igual de sorprendentes que sus pensamientos, y es que los canes no solo aprenden comandos y trucos, sino que también pueden recordar experiencias pasadas. Esto se conoce como "memoria episódica", e indica que los perros poseen de un nivel de conciencia que antes se creía exclusivo de los humanos.
Un perro observando a través de la ventana.
Llegados a este punto, suponemos que habrás comenzado a mirar a tu peludo con otros ojos (llenos de orgullo, por supuesto). ¡Como para no hacerlo!