Que los gatos van a la suya es un hecho. Sin embargo, esto no quiere decir que no necesiten mimos y atención para ser felices, simplemente, son animales independientes. Esto es algo que suele chocar bastante a las personas que siempre han tenido perros y de repente deciden adoptar a un gato. Aunque también es cierto que todo depende de la raza de gatos, ya que algunas son de lo más cariñosas y dependientes (como por ejemplo, el esfinge). En cualquier caso, si acabas de estrenarte en el cuidado de un gato, seguro que necesitas un poco de ayuda, y por eso estamos aquí, para contarte cuáles son las 4 cosas que nunca debes hacer para que tu gato siempre esté feliz. ¡Y es que a veces es más importante saber qué no hacer que saber qué hacer! 

Gato feliz con su dueña

Un gato feliz junto a su dueña.

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1. No subestimes su necesidad de estimulación mental y física

Aunque es cierto que a los gatos les encanta dormir y descansar en su rincón favorito, también necesitan estar activos y estimulados. Si tu gato no tiene suficientes cosas para hacer, podría aburrirse, y cuando un gato se aburre, no suele terminar bien: puede que empiece a rascar los muebles, a comer de más, ¡o incluso a volverse un poco gruñón! Lo ideal es que dediques un ratito todos los días a jugar con él. No hace falta que te compliques, a veces, una simple cuerda o una caja de cartón pueden ser todo lo que necesita para divertirse. También puedes plantearte colocar rascadores o estantes donde pueda trepar. Así se mantendrá en forma y, lo más importante, ¡se sentirá feliz!

2. No descuides su alimentación

La alimentación es clave para que tu gato esté sano y contento. Sabemos que es difícil resistirse a esos ojitos que te piden un bocado extra, pero darle más comida de la que necesita puede traerle problemas, ya que un gato con sobrepeso es más propenso a tener enfermedades, y eso es lo último que queremos. Lo mejor es seguir siempre las recomendaciones del veterinario sobre qué y cuánto debe comer tu gato. Recuerda que algunos alimentos que nosotros disfrutamos no son buenos para ellos, así que mejor evitar darles sobras de nuestra comida. De este modo te asegurarás de que esté bien nutrido y lleno de energía para sus travesuras diarias. ¡Todo son ventajas!

3. No fuerces las caricias ni ignores su lenguaje corporal

A todos nos encanta mimar a nuestros gatos, pero ellos también tienen sus momentos y necesitan su propio espacio personal. Forzarlos a recibir caricias cuando no están de humor puede estresarlos y hacer que se alejen. ¡Lo importante es aprender a leer sus señales! Por tanto, si ves que tu gato se aparta, mueve la cola de forma rápida o baja las orejas, es su manera de decirte que necesita un respiro. Déjalo tranquilo y, cuando esté listo, te aseguramos que él vendrá a buscar tus caricias. En definitiva, respetar su espacio es una de las mejores maneras de demostrarle cuánto lo quieres.

4. No te olvides de su bienestar emocional

Los gatos también tienen sentimientos, y su bienestar emocional es tan importante como su salud física. Si hay cambios en casa –como la llegada de un nuevo miembro a la familia o una mudanza–, o si notas que está más retraído, es probable que tu gato esté lidiando con un poco de estrés. Para ayudarlo a sentirse seguro y tranquilo, trata de mantener una rutina constante y dale un lugar especial donde pueda refugiarse cuando lo necesite.