Las interioristas, decoradoras y estilistas que han pasado estos días por la Casa de Navidad de El Mueble coinciden en la importancia de crear centros de mesa para realzar el ambiente navideño de una manera sutil, pero elegante. Aunque se pueden crear composiciones en bandejas - jugando con la altura de jarrones con flores, cajitas, libros y algún pequeño detalle que aporte el toque navideño - los reyes indiscutibles son los centros de mesa naturales.
En la Casa de Navidad de El Mueble, hemos tenido el placer de recibir a las especialistas de Fronda, que nos han guiado en un inspirador taller sobre cómo elaborar uno de estos magníficos centros de revista en un sencillo paso a paso.
Si quieres ir más allá del tradicional centro de Navidad en tus comidas y cenas estas fiestas, opta por un centro basado en elementos naturales: ramas de abeto y de eucalipto de distintas variedades, flores y bayas. Combinarlos requiere su particular estrategia y te lo desvelamos a continuación.
¿Qué herramientas necesitamos?
Antes de comenzar, asegúrate de tener a mano los siguientes materiales:
- Base para el centro de mesa
- Espuma floral: También conocida como ‘Oasis’ en las floristerías. Facilita la fijación de los elementos en la base. Humedécela ligeramente para mantener las flores frescas.
- Pequeñas tijeras de podar: Para cortar tallos y ajustar tamaños.
- Guantes de jardinería: Protegen tus manos durante el montaje.
¿Qué ESPECIES funcionan mejor?
- Abeto: Es el elemento principal y el que va a marcar es esqueleto del centro. Proporcionan una base verde y aromática, evocando la esencia del bosque navideño. Una de sus variedades es el pinsapo.
- Thuja: de hoja verde, plana y brillante
- Acebo: Sus hojas perennes y bayas rojas aportan un toque tradicional y festivo.
- Otras ramas y flores: Eucalipto, brunia, esquimia, esparraguera, miscanthus, escaramujo, hortensias...
- Elementos decorativos: Piñas, naranjas, bayas, algodones, bolas, velas, lazos...
¿Cómo se estructura la base del centro de mesa?
- La clave principal es ir haciendo capas desde la base. Después iremos dándole volumen y levantando el centro “hacia arriba”. ¡Imagina que es como un hojaldre!
- Utilizaremos pinsapo, una clase de abeto endémico del sur, de la zona de la Sierra de Ronda, y su color tiende a verde azulado.
- Con las ramas de este abeto haremos todo el esqueleto del centro de mesa, creando una estructura verde que servirá de base para el resto de ramas y flores.
- Comenzaremos colocando las ramitas de abeto en los laterales. Escogeremos dos ramas bonitas y largas para cubrir la anchura de la bandeja.
- Para cubrir la largura de la bandeja, utilizaremos unas ramitas más cortas. A partir de aquí, iremos creando “estratos”, intentando que la composición coja volumen y un poquito de aire.
- Entre los huecos libres meteremos el resto de ramitas sin necesidad de seguir un orden. Es el momento de comenzar a poner ramitas de thuja, que le darán volumen.
- Después podemos introducir las ramitas de eucalipto, súper característico de esta época del año. Como tienden a ser ligeramente arqueadas, es mejor que miren hacia abajo. Nos va a aportar movimiento.
- Los últimos que se pinchan arriba serán más chiquititas, para que una vez terminado no rocen con la vela que pondremos en el centro. Es importante que lo de arriba no oculte lo de abajo.
¿Qué pondremos en las capas superiores?
Una vez creada la base, pasaremos a decidir qué estilo queremos darle y qué flores y adornos utilizaremos para la superficie. Más rústico, más natural, más invernal… Os detallamos algunas especies con las que es imposible fallar.
- Brunia: es una flor que seca muy bien porque son de climas semiáridos. Existen modalidades más grises, que le da un punto invernal, y otras tirando hacia el granate. Cogeremos el ramillete y lo iremos clavando en la esponja. Con un toque o dos será suficiente.
- Esquimia: es un arbusto de sombra y tiene unas bolitas que se ponen rojas en Navidad. La hoja cae y el fruto aguanta. Funcionan muy bien en la zona de Madrid, en terrazas que miran al norte.
- Esparraguera: Aunque son verdes, en este caso, hemos traído esparragueras teñida de burdeos. Son especies muy bonitas y plumosas, que aportan ligereza al centro de mesa. Poner tan solo un toque en diagonal.
- Miscanthus: es una herbácea, como un plumerito. Es una planta vivaz muy de moda últimamente por el efecto que produce.
- Escaramujo: es el fruto pomáceo de los arbustos del género Rosa. Es silvestre y le dará un toque alocado al centro de mesa. Si os gusta tener una composición más ordenada, es preferible no ponerlo.
- Hortensias: inconfundibles, son flores que tienen una larga vida y un secado muy bonito, perfecto para este tipo de centros. Podemos dividir una flor y alambrarla en pequeños ramilletes para no sobrecargar.
El penúltimo paso será añadir los detalles naturales y decorativos: piñas, rodajitas de naranja seca, algodones… ¡lo que más os apetezca! Eso sí, en pequeñas dosis. Por último, pondremos la vela en el centro.
Recuerda que para mantener nuestro centro de mesa en perfectas condiciones durante el mayor tiempo posible basta con aplicarle agua con un vaporizador de vez en cuando. “Todo lo que se hace con las manos tiene nuestro sello y siempre es bonito”, aseguran las expertas de Fronda.