Tu dormitorio, tu reino. Y, si compartes piso, además será tu refugio, tu rincón de lectura, tu espacio donde aislarte y desconectar de todo y de todos... !Y ya se puede caer el mundo! Que tú, de tu cuarto, ¡no sales!
Precisamente por esto, porque es probable que pases en él más horas de las que son estrictamente para dormir, es importante que esas cuatro paredes sean mucho más que eso. Decóralo con mimo y cuida todos los detalles hasta crear una atmósfera a tu medida en la que te sientas plenamente a gusto. ¡Y no estamos hablando de tirar la casa por la ventana! Inspírate en estas 10 ideas low cost con las que podrás personalizar tu dormitorio por poco dinero. Pero ojo, si las pones en práctica, es probable que no quieras salir de él...
1. Paredes: dales color y personalidad
Si el blanco no es tu color, ¿por qué sigues con él en tu dormitorio? Gris, azul, beige, un luminoso verde pastel... La paleta cromática con la que colorear las paredes de tu cuarto es enoooorme.
Elige un color con el que te sientas a gusto y observa cómo este obra el milagro: ¡parecerá otro! Y por muy poco dinero, sobre todo si lo haces tú mismo. Si no quieres pintar toda la habitación, valora pintar solo una pared, como la del cabecero. ¿Que lo de la brocha y el rodillo te da pereza? Apuesta por el papel pintado o por un vinilo.
2. Cabecero: el mejor compañero para tu cama
De madera, decapado, pintado, tapizado... Existen tantos cabeceros como dormitorios. ¡No te quedes sin el tuyo por una (simple) cuestión de precio! Sí, los hay de endiabladamente caros. Pero grandes superficies y firmas de decoración, como Leroy Merlin, Zara Home o Ikea, ofrecen cabeceros e incluso completas estructuras de cama por menos de 100 €. Y sino... ¿por qué no hacer tu propio cabecero?
3. Mesilla de noche: atrévete a marcar la diferencia
No pienses en la tradicional mesilla con un par de cajones o baldas. Haberlas las hay.
Pero si te apetece una pieza singular y no el típico mueble de siempre, hoy en día las posibilidades son enormes y a precios muy competitivos. Desde mini cajones empotrados a la pared que sirven de repisa con espacio para guardar hasta originales y livianas estructuras voladas en forma de cubo o hexágono, como la de la imagen. (Por cierto, ¿has visto la lámpara? Sí, es que el cobre está de moda).
4. Lámpara: ¡y se hizo la luz!
Si sigues con una triste y solitaria bombilla en el techo de tu dormitorio que sea porque este look entre descuidado y provisional te mola. Porque las excusas, se acabaron. ¿Sabías que por menos de 2 € puedes tener una lámpara? Lo dicho: bye bye excusas.
5. Ropa de cama: viste, decora y transforma
Es el gran comodín del dormitorio. Basta con renovar la ropa de cama para que tu cuarto parezca otro. ¿Vitalista? ¿Elegante? ¿Sofisticado? ¿Cálido? ¿Fresco? ¿Verdad que tú no te sientes siempre igual? ¡Deja que tu mood contagie también a tu dormitorio!
Una apuesta que nunca falla es elegir el blanco para la ropa de cama básica y reservar las notas de color para la funda nórdica, los plaids, las mantas... Son textiles que puedes ir renovando con el paso de las estaciones y de las modas sin necesidad de tirar la casa por la ventana.
6. Cojines: mucho más que confort
En El Mueble las camas nos gustan mullidas, confortables y muy muy gustosas. Por eso los cojines y cuadrantes nunca faltan en ellas. Si eres fan de este look, ya lo sabes: combina unos cuadrantes con cojines de formas, tamaños y diseños diferentes. Crea una composición a tu gusto con la que, no solo ganarás confort en la cama, sino que también decorarás. Y con el plus añadido de ser muy fáciles de renovar y por muy poco dinero. Cambias la funda y estrenas cojín.
7. Cortinas: grandes transformadoras del espacio
Si quieres, puedes. Olvídate de esos presupuestos de casi tres cifras para vestir la ventana del dormitorio. Hoy en día son muchas las firmas de decoración que ofrecen cortinas ya confeccionadas a precios muy económicos. Es comprar y colgar. Te sorprenderá cómo puede llegar a transformarse tu dormitorio por tener o no tener cortinas.
8. Alfombra: pisada amortiguada
Sí, puedes pasar sin ella. Incluso podrás pensar que es una inversión superflua e innecesaria. Pero en el dormitorio más que en cualquier otra estancia de la casa, una alfombra marca la diferencia.
La (enorme) diferencia entre salir de la cama y pisar un frío suelo de baldosas o hundir el pie en una gustosa alfombra. Piénsalo. ¿Verdad que ahora no te parece tan innecesaria?
9. Tu rincón personal
Si tu dormitorio es tu reino, ¡qué menos que hable de ti! Una silla del rastro que te encantó y que te va al dedillo para preparar la ropa del día siguiente, una cómoda recuperada que has pintado a tu gusto, ese espejo que te regalaron tus amigos por Navidad... Rodéate de piezas y detalles que te hagan sentir a gusto. Y no tengas prisa. Roma no se hizo en un día. Ves tejiendo tu refugio poco a poco y detalle a detalle.
10. Enmarca tus recuerdos
Una composición de fotos, una colección de láminas, una serie de retratos... No temas invadir las paredes de tu cuarto con los recuerdos que te hacen feliz y te dibujan una sonrisa en el rostro. Si quieres que el conjunto respire un look más informal y desenfadado, combina marcos de diferentes materiales y acabados.