El color beige en decoración: cómo utilizar el neutro más cálido y versátil
Es el gran rival del blanco en decoración. Su mayor ventaja es que le gana en calidez. Y eso es un gran punto a favor cuando la luz escasea o llega el invierno
El color beige en la decoración consigue un efecto luminoso y cálido. Mira cómo utilizarlo.
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¿Cómo podemos definir el color beige? Es el rey de la calma, del estilo natural, de la calidez, de la sensación de espacio, de la luminosidad. Es el marco ideal para muchos estilos y materiales. En resumen, es un dechado de virtudes, un todoterreno decorativo. Pero bajo este nombre caben muchos matices de tonos que van cambiando sutilmente con la luz y las tendencias, pero que podríamos decir que recorren desde el marrón clarito al crema.
Y también caben muchos nombres que lo han ido adaptando a épocas, estilos y modas: castaño claro, blanco roto, crudo, topo, arena... En cualquier caso, siempre es un buen telón de fondo para muchas escenas diferentes. Aunque tiene fama de soso, también tiene la suerte de combinar con casi todo. ¡Lo demostramos!
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Salón con sofás y mesa de centro, de Coton et Bois.
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¿Por qué nos gusta el color beige?
El neutro elegante. El beige es un color versátil que encaja en cualquier estancia en la que se quiera un extra de calidez y armonía. Y su gran cantidad de matices –desde blanco sucio a ocre anaranjado, pasando por un castaño claro– hace que combine perfectamente muchísimas tonalidades, también neutras.
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Salón con sofá y estores, en Matèria. Butacas, en capitoné, en Coton et Bois. Mesa de centro y mesa auxiliar, en Becara. Lámpara de pie, en Sacum. Alfombra, en Francisco Cumellas.
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El origen del color beige
Esta curiosa palabra procede del francés, que significa ‘sin teñir’. Y es que el referente original de este color era la lana original sin teñir. Si tuviéramos que definirlo podríamos decir que es un naranja muy muy claro, con una saturación muy débil.
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Salón con sofá, de Miki Beumala. Mesa de centro, de India&Pacific. Mesa auxiliar, de Coton et Bois. Alfombra, de Carolina Blue. Lámpara de pie Tolomeo Mega, de Artemide. Mesa auxiliar, de Coton et Bois.
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La innegable calidez del color beis
Escríbelo como quieras: beige o beis. La RAE acepta ambas opciones. Y úsalo también como quieras. El beige en las paredes será un éxito, pero también si lo utilizas en la tapicería del sofá. Y no falla si empleas ambos consejos, como se ha hecho en este salón. Mientras que para las paredes se ha elegido un beige con un matiz más oscuro, el sofá luce un blanco roto que se acerca peligrosamente al beige. ¿El resultado? Luminoso y cálido a partes iguales.
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Sofá con puffs y sofá, de Gervasoni.
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Beige: elegancia y simplicidad
Esta tonalidad, siempre de moda, destaca por la sensación de acogimiento que ofrece, calentando los ambientes con su simple presencia. Incluso, si se emplea solo en los textiles decorativos. De hecho, en cortinas y cojines es un color que siempre acierta. Se trata de una alternativa perfecta al color blanco y, en sus tonalidades más suaves, es uno de los favoritos para salones atemporales.
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Salón con sofá rinconero, de Veneris. Mesa de centro, de madera y metal, de Pilma, lámpara de pie, alfombra y sillón de mimbre, en Sacum.
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El beige también es moderno
Aunque está asociado a decoraciones sobrias, de corte clásico y un aroma a pasado, encaja igual de bien en ambientes más modernos y contemporáneos, en los que los artificios están de más. Como en este salón. Tanto las paredes como los muebles lucen esta delicada tonalidad que, con el verde agua de los cojines y las lámparas –tanto la de pie como la de sobremesa–, ve refrescado el ambiente y consigue un punto más moderno.
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Dormitorio con cabecero de DM con las mesillas integradas, diseño de Pia Capdevila. Aplique de Faro y cuadros de Sacum.
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El color perfecto para el dormitorio perfecto
Color arena, piedra, arena, caramelo, cáscara de huevo o tostado. Al beige lo llamamos de mil y una maneras, pero siempre pensando en la armonía y calidez que transmite. Además, con la combinación adecuada elevará el nivel del dormitorio y aumentará su elegancia.
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Salón con sofás de Gemma Berenguer, mesa auxiliar y alfombra de India&Pacific, butaca de Crimons y espejos de Sacum.
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El color beige es un gran recurso para los rústicos
Aporta luz en espacios con ventanas pequeñas, puede extenderse a los techos, como en este casa, sin perder altura, es ideal para paredes con textura o técnicas decorativas... De hecho, si se dan todas estas condiciones, es cuando más luce su atractivo.
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Salón con sofá, butaca, mesa de centro, mesa auxiliar y papel pintado de Casamance Instan en Acevedo Muebles. Alfombra de Deco&Living.
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Dale un toque de ocre
Algunos creen que es un color un poco soso o sin personalidad. Pero si eres tan fan que te va el total look, necesitarás un pequeño contrapunto. Si tu beige tiene amarillos, le irán de perlas los ocres y los mostazas. Así ganará vitalidad.
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Salón con mesa de centro de Meritxell Ribé en The Room Estudio y cuadros de Sol Fábregas.
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Le puedes añadir casi cualquier color
Y esta foto demuestra esta teoría. Si te gusta el arte, el color beige también es un buen marco para hacer lucir los cuadros.
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Salón con alfombra de Gancedo, mesa de centro y auxiliar de Calattini y lámpara en La casa de la abuela.
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Si te pierde el blanco, ponle beige
Si te encantan los sofás blancos, las cortinas blancas, los muebles blancos... elige el beige. Los resaltará sin quitarles ni un ápice de protagonismo.
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Salón con mesas tipo nido de Zara Home.
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Destellos dorados y sofisticados
No te creas que el beige no se puede poner de gala. Parece que no, pero también le pegan los acabados brillantes, y más si se junta con piezas doradas.
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Sofá beige con cojines de tonos cálidos.
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Acompañando a los tierras
Ese es su entorno natural. Un sofá beige revive con: los naranjas, rojizos, ocres... Con un toque étnico.
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Comedor con mesa y lámpara de techo de AzulTierra, sillas de Ikea y alfombra de Gra.
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Para cubrir, decapar o envejecer la madera
Es, sin duda, la mejor opción si queremos conservar parte de la calidez que nos regala la madera. Reforma realizada por Cristina Carbonell.
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Dormitorio con cabecero de Union Square, mesitas de noche, lámpara de pie y alfombra de Rivièra Maison.
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Un lugar para la calma
Eso será un dormitorio donde convivan el blanco y el beige. No hay mejor color para una manta.
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Salón con alfombra de lana de KP, sofá, mesa, cortinas de Lares Decoración.
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Alfombras luminosas y sufridas
Evidentemente, muchas alfombras de fibras vegetales también se visten de beige, pero si te gustan las de lana y no te atreves con el blanco, son la alternativa perfecta.
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Salón con butaca de Ikea tapizada con tela de tercipelo de Gancedo. Sofá de Caravane en Filocolore, mesas de centro de La Maison, alfombra de BSB.
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Un sofá tan versátil como el blanco o más
Podemos jugar con todas las gamas de colores y estilos. ¡Incluso con los rosas! Y con un plus, nos facilita el trabajo en invierno cuando buscamos calidez.
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Salón con mesa de centro y sofás de Gimeno Mobiliario, y tapizado de Güell-Lamadrid. Alfombra en Gra.
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El beige hace buena pareja con...
Si buscas destacar una pared con otro color, el beige también puede ser una buena compañía, especialmente para los tonos naturales.
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Cocina con mobiliario de Topcuines, encimera de TST y taburetes de Cristina Carbonell.
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Una alternativa al blanco en la cocina
Porque sigue aportando la sensación de amplitud y limpieza que tanto nos gusta. Con un plus de carácter y calidez.
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Salón con sofá a medida según diseño de Júlia Casals, con tela de Güell Lamadrid. Mesa y sillas, de Arxe. Lámparas flexo, de Punto Luz.
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También le va lo industrial
Incluso los muebles de diseño. Úsalo para compensar, para calentar, espacios que podrían quedar demasiado fríos o para evitar contrastes muy duros. En este caso, se ha evitado el juego de blanco y negro para crear una atmósferas acogedoras una zona de trabajo que no recibe la luz directa.
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Salón y comedor con sillas de la Silla Colonial.
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El color beige lo tiene todo: es cálido y luminoso
Por eso es un básico en decoración. Es igual de luminoso que el blanco y es mucho más cálido, especialmente si contiene un poco de amarillo en su composición.
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Salón con mesas de centro diseñadas por el estudio Del Pino & Del Valle, alfombra de KPY mesa auxiliar en DM Interiors.
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Beige: un color con mil matices y nombres
El beige es un color difícil de definir que navega entre el marrón y el naranja claro. Un blanco roto o sucio, un castaño claro, un crudo, arena...
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Comedor con sillas y cortinas de Alfonso Torredeflot y mesa de Mercader de Venecia.
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Un gran amigo de la luz
Todos los colores se transforman según la luz que reciben, pero la familia de los beige más. Pueden pasar tan desapercibidos como un blanco si reciben mucha luz o verse anaranjados con el atardecer, pasando por el amarillo o el gris.
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Salón con butacas y alfombras de Sacum, suelo de roble de Parquets Nadal.
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El beige es también un gran todoterreno
Funciona en todos los espacios de la casa, con o sin luz, grandes y pequeños. Y se adapta a mil tonos de materiales y madera. En ese sentido es mejor que el blanco que puede contrastar demasiado con maderas oscuras, por ejemplo.
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Salón con sofá y velador de Velafusta, mesa de centro y sillas de Cottage Little House.
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El beige se crece junto al blanco
Cuando el color beige es muy claro prácticamente pasaría desapercibido si no le pusiéramos un poco de blanco al lado. Crean una composición sutil y de suma elegancia.
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Salón con sofá de India& Pacific, mesa de centro de Cottage Little House, butacas de Isa de Luca, baúl de mimbre de Sacum.
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Los naturales y neutros
Uno de los grandes logros de este color es que es muy fácil de combinar con éxito. Dentro de la llamada gama de los naturales o neutros, puedes moverte entre lisos y estampados, claros y oscuros, y funcionará, creando suaves matices.
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Sofá beige con cojines con detalles negros.
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Pero también se puede poner radical
Como el mundo del gris le queda muy cerca, el sofá beige puede lanzarse a las combinaciones en blanco y negro.
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Zona de paso con cómoda de madera y, sobre ella, una estrella de Madrid in Love.
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Y luce bajo los clásicos
Los tonos crudos que contienen algo de negro y se acercan a los tonos grises acogen sin frialdad las piezas más especiales como esta cajonera antigua.
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Detalle de mesa de centro de madera junto a un sofá beige.
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El lino natural es un básico
Una de las telas más utilizadas en cortinas y tapizados. Aporta un poco de textura, deja pasar un poco la luz y tiene este bonito color intermedio que juega con blanco, con tierras, con grises...
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Dormitorio con cabecero y mesita de noche de Coton et Bois, lámpara de sobremesa de India&Pacific.
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Un clásico a rayas
Verticales, anchas y combinando dos tonos de beige, es una de las combinaciones más usadas para dar vida a una pared, en este caso el frontal del dormitorio. Podemos pintarlas, pero existen muchos papeles pintados como en esta caso.
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Dormitorio infantil con papel pintado, lámpara flexo y alfombra de Acevedo Muebles.
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Para huir de los estereotipos de color
Si no quieres entrar en los juegos de colores de niño y de niña , como buen color neutral, será ideal para las habitaciones infantiles. Y después, le puedes añadir toda la alegría que quieras. Aquí, un papel pintado a rayas de colores lo consigue.
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Mobiliario de Cubic, encimara de Silestone y grifería de Franke.
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Para calentar una cocina blanca
O como color para contrastar el mobiliario blanco de tu cocina. También puede ser una buena excusa para introducir aires más campestres, como la campana.
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Baño diseñado por Clara de Castro, el lavamanos integrado es de Silestone, el pavimento hidráulico de Zelart y el revestimiento de Azulejos Peña.
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El baño ideal
Es perfecto para espacios pequeños con poca luz. No solo en piedras y mármoles clásicos, muchas colecciones de cerámicas lo contemplan. Y también funciona con materiales más actuales o rústicos como el microcemento.
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Salón con escritorio, silla de mimbre y lámpara flexo de Coton et Bois.
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Si te gustan los zócalos, los resaltará
De forma sutil, claro. Como el resto de carpinterías en blanco, puertas, escaleras...
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Salón con mesa de centro de Mercedes Urquijo. Cuadro del pintor ruso Badri y estrella de Madrid in Love.
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Dar vida a los techos y molduras con beige
El cambio de color los destacará y los convertirá en protagonistas, así como las carpinterías clásicas en marcos, puertas y ventanas. En las paredes, puedes conseguir que cojan más volumen y presencia en beige, que si las pintas en blanco.
Ventajas del color beige en decoración
El color beige lleva décadas en nuestra paleta. Tomado en ocasiones como un color serio y aburrido, lo cierto es que es versátil, acogedor, cálido y muy luminoso. De hecho, es la mejor alternativa si el color blanco resulta demasiado frío y una de las estrellas entre los neutros.
Y entre sus virtudes no solo destaca por su amplio abanico de posibilidades, sino también por la cantidad de tonalidades que ofrece. Desde las más suaves y delicadas, que bien podrían confundirse con alguna tonalidad más oscura del blanco; a las que se presentan con más fuerza en tonos tierra, que casan con soltura con tonos marrones, pero también fríos como azules o verdes.
Consejos para decorar tu casa con color beige
Si quieres incluir el color beige en la decoración de tu casa tienes varias formas de hacerlo: bien como color predominante o como complementario de otro. En cualquiera de los casos, ayudará subir el nivel de la estancia, haciéndola más elegante, pero también la calidez. Si te quieres lanzar, te proponemos varias opciones:
Color beige en las paredes: si tu salón rebosa luz natural, una buena alternativa al blanco (que puede resultar luminoso en exceso) es el beige en las paredes. Tanto si tu sofá es gris, como blanco, marrón o negro, el resultado será cálido y no perderás luz en la estancia. Además conseguirás hacerla algo más elegante y sofisticada. El beis es lo que tiene.
Color beige en los textiles: en el sofá, la ropa de cama o las cortinas. El beige será un complementario perfecto para unas paredes blancas. El truco está en añadir algún color más en los detalles, como adornos, jarrones, cuadros, cojines o la manta del sofá. El negro es una opción si persigues la sobriedad, pero si quieres añadirle luz, mejor amarillo o verde.
Color beige en los detalles: esta opción funciona a la perfección cuando la base es otro neutro con la misma fuerza. En un sofá blanco o negro, el efecto será similar: suavizará su imagen y calentará la estampa.
10 tonalidades que combinan con el color beige
Una de las grandes virtudes del color beis es que encaja igual de bien con colores fríos como con calientes. ¡Pero también con los neutros! Hacemos un repaso de sus mejores parejas de baile:
Beige y blanco: es la elegancia garantizada. Tanto si quieres suavizar el beige como si quieres darle más calidez al blanco, esta combinación no falla. Ambos aportan luminosidad y agrandan los espacios. Y funcionan en cualquier estancia: desde la cocina, pasando por el salón y hasta el dormitorio.
Beige y gris: sobriedad en su justa medida. Si te gustan los ambientes serios, elegantes y sofisticados, esta es tu mezcla. Lo ideal es emplear una tonalidad de gris más oscura, aunque también queda estupendo con los más suaves. El beige servirá para dar la calidez a los espacios que muchas tonalidades del gris no son capaces de lograr.
Beige y negro: conseguirás un toque moderno y aplicas toques de negro a una base beis. Aunque siempre conviene incluir algún color más. Lo ideal es que sea un beige más oscuro, como un tono tierra o castaño. ¡Verás qué estilazo!
Beige y marrón: al fin y al cabo, el mismo color pero en gradaciones muy diferentes. Y se combinan a la perfección. Esta mezcla conseguirá ambientes muy naturales, acogedores y cálidos.
Beige y azul: perfecta combinación para refrescar un ambiente elegante e, incluso, dotarlo de un punto muy vital. El uno aporta lo que le falta al otro. Y puede emplearse de diferentes maneras: con un beige claro con un azul oscuro el ambiente será muy elegante; mientras con un beige más oscuro, tirando a tierra, y un azul medio o pastel el ambiente será fresco y muy natural.
Beige y amarillo: el beige no deja de ser un amarillo muy muy muy suave. Por eso, con los tonos más potentes de amarillo consigue dotar de luminosidad al beige sin perder su elegancia propia.
Beige y rosa: la mezcla más romántica por excelencia. La suavidad y delicadeza del rosa encuentra la calidez en la elegancia del beige. Y lo mismo vale un rosa fuerte que uno más suave. El resultado será arrebatador.
Beige y rojo: elegante y actual, pero con un punto clásico. Si te asusta incluir el rojo, un color con mucha presencia y vitalidad, su combinación con el beige suavizará el efecto.
Beige y verde: funcionan igual de bien que el beige y el azul, con resultados similares en términos de elegancia, frescura y calidez. Pero si quieres que en la estancia haya una conexión más presente con la naturaleza, esta es tu mezcla. Arena y verde, no falla.
La batalla con y contra el blanco
Son los dos colores básicos en decoración para pintar, para las telas... Si te cuesta decidirte, algunos de los beneficios del beige sobre el blanco son:
Admite muchos colores jugando a la combinación o al contraste.
Convive con todos los tipos de madera y materiales, algo que no puede decir el blanco.
Aporta calidez.
Más sensación de luz cuando no hay luz.
Y podríamos seguir... Pero para qué discutir si juntos forman la pareja perfecta.