A las tradicionales mecedoras y hamacas de jardín les han salido descendencia. Y sus bisnietos parecen dispuestos a tenernos a todos muy colgados. Fuera, pero también dentro de casa. Porque a las mecedoras, que nos tenían con los pies en el suelo, se les han sumado los columpios, las sillas colgantes, los bancos...

Pero aunque parezca que esto de las sillas colgantes para interior es un invento de lo más novedoso, ya en los 50's los diseñadores daneses Nanna y Jorgen Ditzel crearon la icónica Egg Chair (en la imagen), introduciendo un nuevo concepto en la historia de los muebles: las sillas suspendidas.

Egg chair

Y es que instalar una silla colgante en el salón o en el dormitorio no solo es una opción que ocupa poco, comparado con la tradicional hamaca, sino que además da carácter y personalidad a cualquier espacio. ¿Te atreves?