Unidad (o no) en los revestimientos entre la cocina y el salón-comedor
- Al abrir la cocina al salón o comedor puedes elegir el mismo suelo para todos los ambientes. Consigues unidad y sensación de continuidad.
- ¿Puedo poner madera en la cocina? ¡Sí! Hay tarimas específicas ignífugas e hidrófugas. Y revestimientos cerámicos que imitan el acabado de la madera.
- También puedes cambiar de revestimiento en el suelo de la zona de la cocina y ayudarás a marcar ambientes. Por ejemplo, con un suelo hidráulico.
- En las paredes de la cocina prescinde de azulejos. La pintura plástica se puede lavar con un paño. Si se trata de proteger la pared… en la zona de cocción o delante del fregadero instala el mismo material que la encimera o una tira de azulejos que no llegue hasta el techo.
Cuando se trata de un espacio abierto entre la cocina y el salón-comedor, la elección del revestimiento juega un papel crucial en definir tanto la estética como la funcionalidad del área. Optar por un único tipo de suelo en ambas zonas es una excelente manera de generar continuidad visual y cohesión en el diseño, haciendo que el espacio parezca más amplio y fluido. Esta opción es particularmente recomendable en viviendas pequeñas o cuando se busca un ambiente minimalista y despejado.
La idea de utilizar madera en la cocina puede parecer arriesgada, pero hoy en día existen soluciones que combinan la belleza de este material con la resistencia que requiere un entorno como la cocina. Las tarimas ignífugas e hidrófugas son opciones perfectas, ya que soportan bien el calor y la humedad, manteniendo su aspecto natural. Además, los revestimientos cerámicos que imitan la madera son otra alternativa, logrando el mismo efecto estético, pero con mayor durabilidad y facilidad de mantenimiento.
Por otro lado, diferenciar el suelo de la cocina del del salón-comedor puede ser una estrategia muy efectiva para delimitar los espacios sin necesidad de muros o barreras físicas. Un revestimiento hidráulico, por ejemplo, no solo añade carácter a la cocina, sino que también ayuda a señalar el cambio de uso del espacio. Este contraste puede resultar interesante en viviendas donde se busca crear ambientes diferenciados, pero dentro de un concepto abierto.
En cuanto a las paredes, la tendencia actual se inclina hacia soluciones prácticas y estéticas. Si bien los azulejos han sido durante mucho tiempo la opción predilecta para las cocinas, en los últimos años, la pintura plástica lavable ha ganado terreno. Ofrece una apariencia más moderna y versátil, además de ser fácil de limpiar. Sin embargo, en zonas específicas que requieren más protección, como la parte trasera de la encimera o el fregadero, una tira de azulejos o el mismo material de la encimera, pueden ser opciones funcionales que añaden un toque decorativo sin recargar el espacio.
Al considerar la continuidad o diferenciación en los revestimientos entre la cocina y el salón-comedor, otra alternativa interesante es el uso de transiciones suaves entre los materiales. En lugar de un cambio abrupto entre dos tipos de suelos, puedes optar por una transición gradual, donde las baldosas del área de cocina se mezclen visualmente con la madera o el laminado del salón. Este enfoque creativo puede lograrse con patrones geométricos o combinaciones de colores, lo que aporta un detalle estético muy original y atractivo.
El uso de alfombras o tapetes es otra forma inteligente de crear separación visual entre la cocina y el salón-comedor en espacios abiertos. Colocar una alfombra en la zona del comedor o en el salón puede suavizar la transición entre los ambientes y añadir calidez, sin necesidad de cambiar el revestimiento del suelo. Las alfombras de materiales lavables o fáciles de limpiar, como las de vinilo o fibras sintéticas, son una opción práctica para estas áreas que a menudo están expuestas a derrames y manchas.
En cuanto a las paredes, el uso de paneles de madera o revestimientos de piedra natural en el salón-comedor puede generar un contraste interesante con las superficies más funcionales de la cocina. Estos materiales aportan una textura y profundidad que elevan el diseño del espacio, mientras que en la cocina podrías optar por acabados más prácticos, como pintura lavable o azulejos discretos. Esta combinación de materiales añade carácter a cada zona, sin perder la unidad general del ambiente.
La iluminación también juega un papel clave en la cohesión de estos espacios. Si bien no es un revestimiento en sí, la elección de una iluminación coherente puede ayudar a unificar las áreas de la cocina y el salón-comedor. Optar por luces empotradas en ambas zonas o por luminarias colgantes con un diseño similar contribuirá a una sensación de continuidad, mientras que los puntos de luz focalizados, como lámparas sobre la isla o la mesa del comedor, pueden ayudar a diferenciar las funciones de cada espacio.
Finalmente, los accesorios decorativos y el mobiliario también pueden ayudar a integrar los revestimientos. Usar colores y materiales en las sillas, mesas o estanterías que complementen el suelo o las paredes de la cocina y el salón permitirá que ambos espacios se sientan armoniosos. Por ejemplo, si tienes suelos de madera en el salón y baldosas en la cocina, elegir muebles con detalles en madera en ambos ambientes puede ayudar a enlazarlos visualmente, creando un flujo natural entre ellos.
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