Ampliar tu casa ganando una estancia llena de luz natural suena francamente bien. Pero no suena tan bien lo que puede costarte... Hacer un cerramiento y aislar convenientemente el espacio del frío y el calor tiene su precio... y su truco para hacerlo bien y que no acabe siendo un espacio poco confortable que termine su vida útil como trastero.
¡Ojo con el confort térmico!
Olvídate de un cerramiento sencillo, es decir, del que se hizo durante años, que consistía en colocar ventanas sobre el peto o la barandilla del balcón o la terraza, sin más intervenciones. Ten en cuenta...
- En verano: perderás la sombra que el alerón de la terraza le daba al espacio, así que tendrás que instalar un toldo o bien persianas o cortinas que te protejan. Y, si recibes muchísimo sol, incluso tendrás que pensar en aire acondicionado.
- En invierno: si los cristales no son dobles, tendrás frío. Y cuidado con las ventanas correderas, porque aíslan peor.
¿Una buena solución para ambos casos? Los cristales Guardian Sun. Filtran la radiación solar mejorando el confort y ahorrando en aire acondicionado en verano, y evitan que la calefacción se escape en invierno.
Consulta antes los estatutos de tu comunidad y la normativa urbanística de tu ciudad. Te ahorrarás problemas
Ciérralo para disfrutarlo (de verdad)
Si te chiflan las terrazas y disfrutar del exterior, ciérralo. ¿Estamos locos? No. Todo lo contrario. Porque cerrando tu balcón podrás disfrutarlo incluso en invierno. Y en verano, abriendo el cerramiento, seguirás teniendo un espacio al fresco (o al sol); para ello, lo mejor (si puedes) es crear un cerramiento de techo a suelo y que puedas abrir en acordeón, conseguirás abrirlo completamente al exterior cuando llegue el cálido verano.
Intégralo bien
Ten en cuenta que cuanto mejor puedas integrarlo en el espacio al que pertenece, más lo aprovecharás y más metros ganarás. Un ejemplo concreto: si se trata del balcón del salón, una reforma que elimine las puertas de acceso del salón al que antes era el exterior, integrará mejor los metros ganados. Y más: pintar el espacio del mismo color que el salón e igualar el pavimento de los dos espacios, también ayudará.
Y ahora, la última pregunta antes de decidirte: ¿Ya sabes qué uso le darás? Piénsalo muy bien y decóralo a conciencia para estar a gusto. El mejor antídoto para ganar una estancia más y blindarte ante el "efecto almacén".