A pocas estancias de la casa les sienta tan bien el invierno como al dormitorio. Y es que es durante esta estación del año cuando apetece más estar acurrucado en la cama y los "solo 5 minutos más" parecen eternizarse. Con lo calentitos que estamos bajo esa nube de mantas y demás, ¿quién se levanta?

De hecho, lo que más abrigamos en invierno del dormitorio es la cama. Pero también podemos subir la temperatura de esta estancia sin grandes cambios. Si tienes ropa de verano e invierno para la cama, ¿por qué no tener una cortina para cada estación? Un recurso muy útil, sobre todo, en zonas donde los inviernos y los veranos son severos, lo agradecerás en invierno, porque ganarás un extra de aislamiento y confort, y también en verano, si optas por telas muy livianas.

Otra opción es vestir el suelo con alfombras, sobre todo si cuentas con un pavimento frío, ya sea cerámico o de piedra. También puedes abrigar visualmente el dormitorio revistiendo la pared del cabecero con papel pintado –los hay de diseño textil que resultan muy acogedores–, con lamas de madera si buscas darle más personalidad o pintar esa pared de un color intenso, que arrope más el espacio. Y los pequeños detalles también cuentan, como las velas, que crearán además una atmósfera más íntima y agradable. Las hay led que simulan muy bien las naturales y son más seguras.