Los 7 mandamientos de la revista El Mueble para decorar un dormitorio: claves para una habitación PER-FEC-TA

La pared del cabecero es la más importante de la habitación, por eso debe cuidarse mucho su decoración. El de la imagen está realizado con lamas de parqué recuperado y blanqueado. Es un diseño de la interiorista Jeanette Trensig. Según la decoradora Natalia Zubizarreta, se siguen llevando los diseños de enea y rejilla. También los maxicabeceros tapizados, especialmente si son de terciopelo, que dan un plus de confort si sueles leer en la cama.

¿No tienes claro de qué material elegir el cabecero de cara a su limpieza y conservación? "Si el cabecero es desenfundable, lino y algodón son un acierto. De no serlo, lo más práctico para su mantenimiento es la polipiel, o el terciopelo, muy resistente", explican desde Gancedo.

¿Necesitas más ideas? Rematar el cabecero con un tabique de cristal es una opción muy útil para separar visualmente la zona de cama del vestidor, por ejemplo, sin renunciar a la claridad. Elegante y práctico.

Si tienes la oportunidad, no lo pienses y apuesta por un cabecero a medida para tu dormitorio. Son atemporales, ocupan poco espacio y son fáciles de renovar: basta una mano de pintura. Además, te resuelven uno de los problemas más habituales: el almacenamiento. En apenas 20 cm puedes integrar las mesillas y disfrutar, además, de una práctica repisa donde poder colocar los objetos decorativos que más te gusten.

Uno de los materiales más habituales para la fabricaci��n de cabeceros es la madera. Sin duda es la manera más fácil de aportar calidez y carácter al dormitorio. Además, no pasa de moda. Aquí, se ha subido la madera del suelo hasta el cabecero: da continuidad visual y el efecto es más envolvente.

Para que una mesita de noche sea cómoda, debería tener una altura similar a la del colchón. Aunque tradicionalmente se elegían a juego con el cabecero, puedes optar por un juego que contraste o incluso elegir dos mesillas diferentes entre sí. Lo importante es que combinen con el resto de la decoración. Las que tienen cajones ayudan a mantener el orden. ¿Te planteas poner una cómoda? Natalia Zubizarreta comenta que "Si te cabe, no lo dudes: completa el almacenaje del armario –para ropa doblada, lencería y complementos–, y son muy decorativas".

Sí, a la iluminación indirecta. "Evita iluminar el dormitorio con una lámpara de techo central, porque la luz te acabará deslumbrando y no resultará agradable", sostiene la interiorista Natalia Zubizarreta. Las luces indirectas de apliques o lámparas de sobremesa son perfectas para un ambiente relajante y un efecto más vestido. ¿Quieres luz en el armario? Basta con un foco de unos 5 W cada 80 cm aproximadamente, y separado unos 15-20 cm del armario. Elígelos orientables y con luces cálidas.

El lino es uno de los materiales preferidos a la hora de elegir cortinas, ya que posee una resistencia a la rotura casi el doble que el algodón. "Forra las cortinas, siempre tendrán mejor caída", nos aconsejan desde Gancedo. Apuesta por "los tonos marrones, caldera, rosas y verde complementados con otros más neutros, como negro, gris, o beis. En cuanto a los diseños, se siguen llevando los motivos animales, vegetales y los geométricos de gran formato", añaden.

Siempre que puedas llévalo hasta el techo, es la manera de aprovecharlo al máximo, y la parte menos accesible destínala a maletero. En cuanto al diseño, apuesta por integrarlo porque así no tendrá tanto protagonismo y no te agotará visualmente", aconseja la interiorista Natalia Zubizarreta.

"En general, para los dormitorios los colores más recomendables son los fríos –azules, verdes y violetas–, ya que favorecen la relajación y un buen descanso. Si quieres combinarlos con un tono más intenso y cálido, nuestra recomendación es reservarlo solo para la pared del cabecero: la destacarás sin recargar en exceso", según Jotun. El beis es un tono neutro, cálido y sereno con el que siempre aciertas, puesto que ayuda a ampliar y crear atmósferas naturales. Por su parte, el gris es elegante, un acierto seguro. Transmite serenidad y paz. Los empolvados son tendencia. 

Si no quieres pintar, siempre te queda la opción del papel pintado. En un dormitorio pequeño, los papeles lisos o de motivos pequeños y claros son el mejor aliado. Reserva los grandes estampados o los murales para estancias amplias donde puedan apreciarse en su totalidad. Los papeles con efecto textil dan un extra de confort y encajan en cualquier tipo de dormitorio.

"Algodón, bambú o lino son tejidos idóneos para épocas de calor. Los tejidos más confortables para los frioleros –y más propios del invierno– son la franela, la coralina y el poliéster", nos explican desde La Mallorquina. "Siempre debe ser apetecible, porque la cama es la que genera esa agradable sensación de dormitorio. Nuestra recomendación es colocar las almohadas, dos cojines de 60 x 60 cm y, según el tamaño de la cama, dos de 50 x 50 cm. Y un plaid o una colcha a pie de cama", apunta Zubizarreta. "Los tonos neutros (blancos, grises y piedra) vuelven con fuerza. Resáltalos añadiendo color en los complementos, como cojines y plaids", según Textura.