15 salones muy bonitos que debes ver antes de volver a casa

¡Es esencial! Para lograr un salón bonito piensa que todo cuenta. Y decorar el techo es una de las claves que logra hacer más confortable el espacio. Los revestimientos de madera son nuestros preferidos. Fíjate en este resultado de estilo atemporal, con elementos más actuales y otros -como el techo y las puertas molduradas- más tradicionales. Entre la madera del pavimento y del suelo, muchos tonos neutros.

Porque son otro de esos básicos que en El Mueble te aseguramos que funcionan a la hora de decorar con estilo y encanto un salón. ¡Hay muchas maneras de llevar la fibra natural al espacio! Con pantallas de lámparas, alfombras vegetales, algún auxiliar como un puf, mesita o butacas… En función de hacia qué estilo quieras que se incline la balanza decorativa tendrás que decorar con más o menos fibra.

¿Qué tienen los salones de estilo rústico o campestre que nos gustan para vivir todo el año? Y no importa dónde se encuentre ubicada la casa. Llevar esta línea al salón lo convierte en uno de los más bonitos que puedas contemplar. Incorpora algún mueble recuperado, detalles en madera, telas de arpillera, lámparas con pie de madera torneada o cerámica… Apuesta por las tonalidades tierra y lograrás el resultado que ves aquí.

¿Quién dijo que el gris es un color frío? Este salón demuestra que el color gris es el aliado perfecto para llevar la modernidad al espacio. Para caldearlo nada como la presencia de la madera natural: lo aclara y aporta calidez. Además, combina bien con textiles en tonos más claros y con cualquier nota de color porque es un neutro.

Un salón que tienes que ver antes de volver a la rutina es este. Porque te va a apetecer reproducir su estilo relajado en tu casa para alargar la sensación de verano y de vacaciones. Las telas de algodón y lino le dan ese aire desenfadado. ¡La arruga es bella! Ese carácter artesanal, slow, con cierto aire exótico… Lo que tienes que hacer es decorar con fundas los sofás, darle mucha luminosidad con los tonos escogidos, incorporar alguna pieza llamativa y especial (esta mesa de centro es un tesoro), delimitar con una gran alfombra o varias superpuestas y completar la zona con asientos auxiliares.

Rebosa modernidad, pero sin que resulte fría o impersonal. ¡Este ejemplo de salón lo demuestra! Líneas sencillas en los diseños, limpias. Tonos claros y madera pulida, trabajada. Superficies y frentes lisos, sin molduras. Solo el revestimiento alistonado de la pared crea cierto contraste y enriquece el ambiente. Para que resulte más moderno, incorpora notas en metal lacado en color negro, en pequeñas dosis. Aquí está presente en las patas del sofá, el aplique de la pared, la bandeja sobre la mesa y la lámpara en la bancada de la pared principal.

Este salón no pasa de moda. Es de los que siempre gustan y pueden sentirse recién decorados ahora o dentro de 10 años. Un par de sofás en tono claro, mesas auxiliares que dan apoyo y permiten colocar bonitas lámparas de sobremesa con las que crear la ambientación necesaria, una gran mesa de centro que invita a reunirse alrededor a tomar algo, charlar o jugar y líneas poco marcadas. Combina los diseños rectilíneos del mobiliario con otros curvos. Busca el equilibrio y lograrás esa atemporalidad.

El uso de la pintura texturizada de las paredes en este salón hace que se sienta muy de tendencia. Este tipo de acabado se logra con pinturas que simulan el acabado pétreo, con grano, cementoso… Son pinturas muy sufridas y resistentes que puedes elegir en distintas tonalidades. Aquí se ha apostado por el predominio de colores neutros y madera. El blanco se reserva para el techo y carpintería interior. La exterior contrasta en negro, a juego con el detalle del vano enmarcado de acceso a este bonito salón.

Porque tiene la elegancia de los salones clásicos de siempre, pero se siente confortable y luminoso. Ni oscuro ni pesado. Para lograrlo, evita el mobiliario oscuro y los textiles estampados. Juega solo con tejidos en colores claros y lisos. Hace match la madera natural o lavada. Incorpora alguna pieza envejecida, espejos, molduras o diseños en el mobiliario más ornamentados y labrados (como los de estilo isabelino). Aquí, la mesa de centro, la cómoda, la chimenea y la mesa auxiliar tipo velador guardan similitud en el diseño, de inspiración clásica, pero todas en maderas claras.

Un espejo con algún efecto en su acabado (envejecido o ahumado, por ejemplo). Molduras, ya sean en el techo o en las paredes (puede ser en una sola pared) más o menos ornamentadas según el estilo. Una alfombra que configure a la vista el área de estar y cojines con los que dar el estilo final deseado al conjunto tanto en color como en estampado.

¡Con vida! Hay salones que los ves y los sientes demasiado de exposición. Y otros que invitan a hacer vida en ellos. Ese matiz se logra creando rincones especiales con butacas o sillones, por ejemplo. Incorporando pufs o reposapiés que invitan a acercarlos a la mesa de centro. Con una mesa de centro precisamente que sea generosa en dimensiones (en ella, hay espacio para servir el picoteo). Y con la cantidad de cojines suficiente para mullir y dar confort sin sentir que allí no queda hueco para sentarse.

Porque las piezas icónicas no defraudan nunca. En un salón puedes incorporar distintas piezas icónicas como aquí, un sofá Chester que admite el tapizado que quieras. Pero también el diseño puede estar presente a través de lámparas, por ejemplo; o una butaca. Las líneas redondeadas y clásicas del inconfundible Chester se combinan con otras más sencillas, en un salón que abusa de los colores claros (marfil, blanco, arena, beige…) y donde no falta el almacenamiento con una librería a medida en la pared, lacada en blanco.

Este es un ejemplo de salón familiar que no podía faltar en esta galería. Porque está pensado para que pueda sentarse toda la familia cómodamente. En este tipo de espacios es importante que haya suficientes asientos. Escoge los sofás de las dimensiones adecuadas y luego, sencillamente, apuesta por los muebles menos voluminosos y de línea más básica. Si escoges mesas de centro que puedas mover, tendrás la opción de despejar la zona para jugar allí. Aquí el mobiliario que destaca es la bancada de madera y las dos mesas nido redondas de madera. Lámparas, alfombra, cortinas y cuadros completan este bonito salón que demuestra que menos es más.

Y para eso, sea grande o pequeño en dimensiones, adosa los muebles más voluminosos a las paredes. No escojas sofás especialmente altos de respaldo. Las líneas bajas de los asientos que decoren tu sofá lo hacen más apetecible visualmente. Los sofás de los salones más bonitos lo llenan todo pero de manera equilibrada. Puedes aligerar su diseño con un modelo sin reposabrazos, por ejemplo. Y su línea sencilla se anima con las telas de los cojines. ¡Merece la pena hacer una buena inversión en este sentido!

Antes una base neutra y sencilla, es posible darle elegancia y un plus de estilo al salón para hacerlo más bonito con determinados recursos:

• Molduras y revestimientos de pared poco usuales como panelados, espejados o, incluso, azulejos
• Una pieza recuperada que muestre su historia
• Metales: ya sea latón o metal negro, en el estilo que desees, ponen contraste
• Muebles lacados

Y más que con "algo concreto", un salón bonito se siente más estiloso con una mezcla de varios de ellos. Ese cuidado al detalle, a los libros sobre una mesa, a un jarrón con flores cuidadas, a textiles perfectamente coordinados… ¡Hacen de tu salón el más bonito!