Tendencias en puertas correderas 2024: 14 FOTOS e ideas ingeniosas y llenas de estilo que te inspirarán en tu próxima reforma

¡Que se note su presencia! ¿Sabes dónde instalar una puerta corredera? En este proyecto, la combinación de paso entre estar y zona de trabajo nos encanta. Se trata de un par de hojas correderas, de acabado ciego con cuarterones moldurados y todo lacado en un tono gris intenso que contrasta con las tonalidades neutras de los espacios y la madera de roble natural del marco.

Con una estética moderna, estas puertas correderas de cristal tienen dos características que las hacen muy especiales: el vidrio estriado -que deja pasar la luz, pero distorsiona lo que se ve a cada lado- y su diseño de suelo a techo. Las puertas correderas quedan fijadas por una guía empotrada en el techo.

Porque estas puertas correderas están realizadas con un biombo antiguo de madera convertido en puertas con cuarterones de cristal y unos tiradores en negro. Realizar puertas correderas de otros elementos es un valor añadido que aporta personalidad al espacio. ¡Aquí hay historia! Parecen decir las puertas.

Con el objetivo de cerrar la cocina y aislarla respecto al resto del espacio pero con continuidad visual. Por eso se escoge en este cerramiento el cristal transparente. Es un trabajo de cerrajería en negro con un fijo central a media altura y dos puertas correderas que se recogen en el elemento central cuando se abren los dos pasos a la cocina.

En este comedor, un gran cerramiento con perfil de madera natural con tinte gris lavado y cristal acapara miradas. A través de una puerta corredera de idéntico acabado se comunica este espacio con la cocina. La hoja corredera queda integrada en tabique cuando se abre, de manera que desaparece de la vista.

En este caso, un cerramiento a medida lacado en color blanco y con grandes cuarterones de cristal transparente crean un espacio de paso, como recibidor, independiente del salón-comedor. Gracias a esta solución, la zona de acceso a la vivienda gana en estilo y luminosidad. De frente, un elemento fijo y a un lado, la puerta corredera con la que cerrar o abrir espacios. Es importante elegir guías para las puertas correderas que incorporen sistema de freno para no dar golpes.

Este tipo de puerta corredera es un clásico. Se denomina tipo granero y se caracteriza por un cuerpo de madera tosca, antigua, bruta, sin tratar. Con herrajes, generalmente en negro; como la guía vista sobre la que se deslizan las hojas.

Se trata de una puerta corredera que se desliza sobre un fijo y que prácticamente no se deja ver. En este caso, nos gusta su ligereza y delicadeza. Se trata de un diseño minimalista que apuesta por un fino perfil en blanco que enmarca una hoja de cristal.

Si bien todas las puertas correderas conceden metros a la estancia al eliminar el recorrido que haría una puerta batiente, en el caso de las estancias pequeñas, es un acierto. Esto también nos encanta de este tipo de puertas. ¡Cómo transforman el espacio! Aquí se trata de una puerta corredera integrada en tabique en laca blanca con molduras.

Recuperar de algún mercadillo, de una casa antigua, de la propia obra o de un anticuario es una idea que nos fascina. Una puerta corredera joya es aquella que tiene historia y que se convierte en un elemento que acapara miradas. Como esta, con cristal en la parte central, zona inferior ciega con moldura y pintada en un azul profundo con tirador tubular en latón envejecido.

Una doble puerta corredera con presencia. Un gran paso que comunica el recibidor con el salón. Las dimensiones del espacio y su ubicación, conceden relevancia a las puertas elegidas en este proyecto: dos hojas clásicas lacadas en blanco con tiradores tubulares.

En este otro proyecto, la doble hoja corredera tiene una función muy diferente a la que acabamos de ver. Se trata de una doble hoja lisa que separa la zona de descanso en un dormitorio del espacio de juegos. Al eliminar las guías inferiores, la continuidad del suelo es total y mucho más estético el resultado.

Cuando un cerramiento se diseña con varias hojas correderas, es posible desplazarlas y ubicarlas donde mejor convenga en cada caso. Se puede "cerrar" por completo un frente o agrupar las hojas en el centro o en un lateral. En función del diseño previo y del espacio hay que decidir en qué punto del cerramiento se agruparán las hojas cuando abran. La elección del tipo de guía también está en función de estas decisiones.

En este caso, entre comedor y cocina se diseña un cerramiento con doble puerta corredera de apertura central. Cada hoja se desplaza sobre un fijo, todo de idéntico diseño con perfil lacado, parte inferior ciega moldurada y cuarterones de cristal transparente. El cerramiento se convierte en una pared acristalada al diseñarse de suelo a techo con guías empotradas.