A veces se habla sin propiedad de parquet y tarima como si fuera lo mismo. Incluso se confunde tarima con suelo laminado. Y aunque son tres revestimientos que llevan la apariencia de la madera al interior de una casa, son muy diferentes. En este artículo nos centramos en la tarima, también llamada tarima flotante -que es un suelo de madera-, haciendo referencia a su modo de instalación; aunque añadimos comparativas con parquet y laminado para que queden claras las diferencias. Desde la empresa de reformas DosDesign nos ayudan a aclarar todos los aspectos que necesitas saber: cuánto cuesta, qué es, por qué y cuándo elegir tarima… Comenzamos con 3 preguntas clave:
¿Qué diferencia hay entre el suelo laminado y la tarima flotante?
La tarima flotante es un suelo de madera natural y el laminado es un suelo que la imita pero es sintético. Aunque se logra con ambos llevar la apariencia de la madera, en diferentes tonalidades y acabados más o menos veteados; no tienen el mismo tratamiento ni características.
¿Qué grosor tiene la tarima flotante?
Como estándar, el grosor de una lama de tarima está entre 6 y 12 mm. En cuanto a largos y anchos hay variedad como ocurre con los suelos laminados. Esas diferencias influyen en el precio y en el resultado estético una vez instalada.
¿Qué es más caro: un suelo de parquet, de tarima o laminado?
El parquet es madera y es el tipo de suelo más elevado de precio entre estos tres tipos. A continuación en precio estaría la tarima y en último lugar el suelo laminado.
¿Cuánto cuesta la tarima flotante?
- Madera maciza de pino: 140 €/m2. Desde Dos Design aclaran que el precio final depende también del estado en el que se encuentre el suelo.
- Tarima flotante de madera multicapa: 110 €/m2.
- Laminado: hay modelos desde 18-27€/m2 hasta 68 €/m2.
Diferencia entre laminado y tarima
Desde Dos Design nos explican las diferencias entre estos tipos de suelos, partiendo de que la tarima es un suelo de madera, como el parquet, mientras que el laminado no es madera. El parquet, según su instalación, puede ser encolado o flotante y este último es el que se denomina tarima flotante.
El parqué -y por tanto la tarima- puede ser macizo o multicapa. El macizo se compone únicamente de diferentes tipos de madera maciza. Al tratarse de una pieza de madera de un grosor entre 18 y 23 mm se puede acuchillar varias veces a lo largo de su vida -en cada acuchillado se reduce el grosor-. Y el parquet multicapa se compone de una lámina de madera maciza superior de un grosor mínimo de 2,5 mm, y debajo de esta, va una lámina de otro material que aporta estabilidad y una última lámina que suele ser de chapa y actúa de base. "La durabilidad del parquet multicapa es más reducida, ya que se puede acuchillar menos veces dado que el grosor de la capa maciza es menor", señalan desde Dos Design.
Una vez explicada la composición de un suelo de madera como es el parquet, viene el matiz de su instalación: "se puede hacer bien encolado o flotante -explican desde Dos Design-; siendo encolado cuando se pegan las piezas al suelo, y flotante cuando no se pega y se instala sobrepuesto en el suelo existente, que hace de base". Se puede poner si es necesario algún aislante y/o base extra de otro material que lo amortigüe para evitar ruidos. Esta característica de flotante hace que se denomine el suelo de madera tarima flotante.
"Un laminado, que también se instala flotante, como la tarima, es un suelo que se compone de varias láminas de diferentes materiales, empezando por una capa transparente que aporta la resistencia al uso y que suele tener una textura que imita el tacto de la madera para darle más credibilidad al acabado. A continuación tenemos la lámina impresa que simula la madera y después hay una lámina de material duro que le aporta la rigidez y finalmente una última que aporta resistencia a la humedad". Los laminados, por tanto, parecen madera pero no lo son. Debido a esta característica, no se pueden acuchillar.
¿Existen tipos de tarima flotante?
Hay multitud de acabados de tarima flotante según el tipo de madera y barniz o tinte que se aplique. Al tratarse de madera admite tintes y barnices para lograr el acabado final.
Cuando se trabaja la madera se debe pulir, cepillar y barnizar. En función de esos tratamientos y técnicas, el suelo de madera adquiere un acabado y textura diferentes. ¿Has oído hablar del cepillado tridimensional? También conocido como cepillado 3D por su efecto. Es un cepillado irregular que provoca irregularidades en el suelo. La superficie puede ser lisa o cepillada. La tarima puede ser de roble, roble ahumado, haya, arce, alerce, merbau, jatoba, nogal, pino, cerezo… Como madera que es, estas son algunas de las más utilizadas para la tarima. Se puede pintar y teñir.
¿Cómo se instala la tarima?
La tarima o parquet pueden ir encolados -es decir, pegados con un adhesivo específico extendido de manera uniforme por la superficie- o con instalación flotante, que coloca la tarima directamente sobre la solera u otro suelo existente. "En la instalación flotante, al ir la tarima sobrepuesta sobre el suelo original, normalmente hay que nivelar con pasta niveladora", recuerdan los expertos consultados. Si la tarima es maciza y no se quiere nivelar la base con pasta, se puede rastrelar, "que consiste en poner rastreles sobre los que se fija la madera. Este método es costoso y conlleva mucho trabajo, pero en ocasiones es la mejor opción cuando no se quiere modificar el suelo base".
¿Cuál es su mantenimiento?
Como cualquier suelo de madera se puede acuchillar para eliminar marcas y arañazos y, posteriormente, barnizar. Pero dado el grosor de madera de la capa final, solo se puede realizar unas pocas veces. Para su limpieza diaria, lo mejor es barrer o aspirar y pasar la mopa.