¡Hola! Soy Natalia Zubizarreta, interiorista, y hoy quiero enseñaros el salón de mi casa. [En el vídeo sobre estas líneas podréis ver algunos de mis trucos para decorarlo con estilo 😉] Tengo absolutamente claro lo que necesitan nuestros clientes del estudio y para ellos, tomo las decisiones con facilidad, pero para mi casa, hubo un momento en el que me desesperé ¡y casi le encargo el proyecto a otro interiorista! ¡Jajaja!
Vivo en un piso con dos habitaciones y dos baños en Getxo, mi municipio de toda la vida, concretamente en un barrio residencial llamado Neguri. Es en esta zona donde los grandes empresarios de la industria del siglo XX hicieron sus casas con un marcado estilo inglés clásico, de ahí que la fachada de mi casa, tenga ese estilo también. Por ello, para ser respetuosa con el estilo del edificio y de la zona, busqué un estilo clásico en la casa. Vivo con mi perrita Tacha (comparto custodia con mi madre). Tacha es una santa y duerme en cualquier superficie mullida de la casa: ya sea camas, sofás, butacas... ¡Allá donde hay algo mullido ahí está ella!
Mi truco para ganar luz
Para dotar al piso de ese estilo clásico que comentaba, aposté, entre otras cosas, por enmoquetar toda la casa. Sé que a priori enmoquetar una casa con un perro puede parecer muy poco inteligente, pero si no hacía la prueba de resistencia en mi hogar ¿dónde si no? Además, la moqueta en color claro era la forma de aportar luz y uniformidad además de calidez al piso.
Se trata de un piso en una primera planta, donde no siempre entra mucha luz natural, por lo que opté por colores claros, también en la moqueta. Para correr menos riesgos, elegí un material sintético. Eso sí, con efecto de fibra natural muy agradable a la pisada y preparada para oficinas de alto tránsito. Llevo dos años con ella, se limpia con amoniaco y a pesar de diversos accidentes, está fenomenal. La calidez, luz y paz que me aporta no la cambio por nada.
Dos claves: el sofá y la librería
El sofá es de estilo desenfadado en tejido de lino natural, de muy buena calidad y desenfundable, ya que de esta forma, ya sea por mi perrita, como por lo descuidada que pueda ser yo o mis invitados, no ando sufriendo cada vez que se mancha. De hecho tengo dos fundas y voy cambiando.
Para vestir el salón y darle empaque, diseñé una gran librería a medida de pared a pared que recoge la chimenea original de leña. La fabriqué de obra y la pinté en la misma pintura plástica mate del resto de las paredes para que quedara totalmente integrada. No hay nada que me parezca más romántico y bonito que los libros en un comedor, de ahí que decidiera crear esta gran librería que abarcara la zona de comedor.
Mi manía: esconder la TV
Por último, sé que las hay en todas las casas y yo misma la uso de vez en cuando, pero no me gustan los salones donde la televisión está muy visible o es protagonista. Por lo tanto, en mi casa opté por colocarla en una esquina al fondo con un brazo extensible y orientable, de esta forma, se puede ver desde varios puntos del salón y cuando no quiero verla, la meto hacia adentro.
¡Ah! En el salón he apostado por estores de tipo paqueto para tapar la persiana, en lino y algodón, con algo de mezcla en color blanco, y los completo con unas caídas en el mismo material, muy ligeras, que visten las ventanas sin recargar y además fomentan el paso de luz.
mi salón de estilo "clásico moderno"
Destacan en mi casa las piezas de mobiliario antiguas recuperadas. Os cuento que pasé los veranos de mi infancia en la villa Indiana de mi familia del año 1896. Esto hizo que se me apasionen los elementos del estilo de la época. Destacan la cómoda de madera del hall, que originalmente era oscura y brillante, la cómoda del comedor que teñí de negro y las sillas de comedor de un antiguo palacio Segoviano que decapé y tapicé.
Todas estas piezas se combinan con elementos modernos como la lámpara colgante negra de Marset del comedor, la de sobremesa Tizio de Artemide, los cuadros, la iluminación… y por supuesto también me he pegado el capricho de tener algunos iconos de iluminación como es la lámpara de pie TMM de Santa Cole que tengo en la butaca junto a la TV.
¿Un último secreto? Me gusta invertir en artistas emergentes u obras de cierto valor, eso sí, cambio los cuadros cada dos por tres porque siempre dudo con su ubicación. Últimamente, vamos bien porque llevo unos tres o cuatro meses que no los he cambiado y estoy contenta ¿estaré madurando?
¡Espero que os haya gustado mi salón! Otro día os enseño más estancias de mi casa. ¡Nos vemos!
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