Lo que estaba de moda en los 90, ahora hace que mi casa se vea moderna y estilosa

Los cuadros vichy han vuelto con fuerza, gracias a su delicadeza y estilo atemporal. En los 90, los vimos en cortinas, sillas y sofás, siendo el estampado estrella de la época. Ahora, puedes incorporarlos de forma más sutil, en cojines, ropa de cama o manteles, para añadir un toque rústico y elegante a tu hogar. Te recomendamos optar por piezas en tonos neutros como beige, rosa empolvado o arena, con contrastes suaves.

En los 90, mezclar estampados era lo más: flores, rayas y todo tipo de combinaciones en diferentes colores y tamaños. Aunque esa moda parecía haberse perdido, ¡ha vuelto para quedarse! Anímate a probarla con la regla de "tres escalas": elige un estampado que te guste y acompáñalo con telas en tonos similares pero de diferentes tamaños. Por ejemplo, si te enamoras de un cojín con flores pequeñas, combina con otros con flores medianas y grandes. También puedes añadir cuadros vichy, que como vimos, están de vuelta.

Hemos estado años huyendo de los muebles de madera al natural, optando por otras opciones en blanco o en colores más neutros. Sin embargo, ahora es el momento de decirle sí a la madera natural, como se hacía en los 90 años. Estos muebles transmiten esa calidez que tanto nos gusta y los puedes colocar haciendo contraste con las paredes en tonos claros como el beige o el crema, para que la madera resalte aún más. 

Como los cuadros vichy, las rayas han vuelto a ser tendencia. Antes se ponía en todo: las cortinas, los muebles tapizados, las paredes... Ahora puedes apostar por ponerlos en lugares estratégicos, como por ejemplo, en un sillón tapizado, en un cojín o en las paredes. Las puedes incorporar en una combinación de tonos suaves, como el azul cielo y el beige, que darán un toque muy elegante a tu casa sin sobrecargar ningún espacio. 

Las flores nos encantan. Las pondríamos en todos los rincones de casa, por eso estamos fascinadas con que vuelvan a ser tendencia. Y es que estas llenan de vida toda la casa. Apuesta por flores frescas de colores vibrantes, como las rosas o las amapolas, y ponlas en jarrones de cristal en tu salón o en tu dormitorio. Si prefieres algo más discreto, pon ramas de plantas en blanco o en beige. También puedes optar por flores secas que aportan un toque más elegante y duradero.