Pisos pequeños: 15 veces en las que las puertas correderas solucionaron problemas de espacio
Unas puertas correderas siempre ahorrarán espacio y salvarán metros, pero en pisos pequeños, esta máxima cobra nuevo sentido. Estos ejemplos son el mejor ejemplo
15 ejemplos en los que las puertas correderas sumaron espacio en un piso pequeño.
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Las puertas correderas son siempre un acierto. Y es que sea como sea tu piso, con ellas se saca mayor partido al espacio. De hecho una puerta corredera aprovecha, al menos, un metro cuadrado, que con una puerta abatible quedaría desaprovechado. Pero cuando hablamos de decorar pisos pequeños, esta verdad gana mucho más sentido. Estos 15 ejemplos son buena muestra de ello.
Sofá de Fama Sofás, mesa de centro de roble de Zara Home, muebles de cocina de Santos, taburetes de Icons Corner y lámparas de Ineslam Iluminación.
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Conectados: sí, pero no
Cuando los metros escasean, abrir la cocina al comedor es todo un acierto. Pero si no te convence del todo la idea, apuesta por una solución intermedia que permita tener unidos y separados los espacios al mismo tiempo. Una puerta corredera de cristal que sustituya la pared puede ser una buenísima opción para conseguir ambos objetivos. Y todo sin renunciar al espacio y la amplitud.
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Sofá a medida con colchoneta y cojines de Miki Beumala. Aplique de Little House. Alfombra de Muy Mucho. Estor de Margarita Ventura. Plantas de Colvin.
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¿Una habitación o dos?
En este piso pequeño, una puerta corredera fue la solución planteada por la interiorista y estilista de El Mueble, Olga Gil-Vernet, para separar estas dos estancias que permanecen unidas cuando la corredera está abierta. El cuarto del fondo es el dormitorio y zona de trabajo de una de las hijas de la propietaria, que visita la casa familiar esporádicamente. Cuando está, la puerta permanece cerrada, mientras que cuando no, la puerta abierta amplía el espacio, uniéndolo con fluidez al salón.
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Dormitorio con puerta corredera.
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Fusionada con el color
Además de aprovechar el espacio, una puerta corredera puede ser la clave para conseguir un dormitorio homogéneo y equilibrado. Si te decantas por un color oscuro y no quieres que el tono de la puerta desentone con el dormitorio, una puerta corredera puede ser la opción. Así el acabado que da al pasillo no chocará con la decoración y todo tendrá una imagen armónica.
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Mobiliario, diseñado por Sacum. Taburetes, de Pilma
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Dejando que viaje la luz
Una puerta corredera es la mejor opción para aprovechar el espacio en cualquier piso pequeño, pero si además la eliges con un panel de cristal no habrá impedimentos para que la luz viaje cómodamente por todo el piso, de lado a lado. En este piso, vemos cómo la luminosidad que baña el salón llega hasta la cocina con equilibrio y sin obstáculos.
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Sofá de Matèria, butaca de Mavi Lizán, vitrina de Carolina Blue, consola de India & Pacific, mesa de centro de La Maison, alfombra de BSB, cojines de Filocolore, Zara Home, La Maison y Linum
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Potencia el efecto de los techos altos
Hay muchas viviendas y pisos antiguos de escasas dimensiones donde la belleza de los techos altos es digna de admiración. Y para disfrutar de toda su belleza, nada como unas puertas correderas que dejen que la mirada viaje hacia arriba. Además, así se aprovecha mucho más el espacio y los pasos entre estancias quedan más equlibrados.
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Papel pintado, de Flamant.
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No hagas obra
Para instalar una puerta corredera, tienes varias opciones. Puedes decantarte por una puerta en casoneto o colocarla sobre raíles, como en este dormitorio. Si, además, las puertas originales contaban con unas bonitas vidrieras en su parte superior, ¡mantenlas! Conservarás la belleza original de tu casa, al mismo tiempo que sacas todo el partido al espacio.
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Panel acristalado de aluminio, diseño de Ju´lia Brunet Interiorisme y realizado por Sistema Midi de MB.
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Una solución ingeniosa para un dormitorio en suite
Puede que aunque tu piso sea pequeño, el dormitorio principal cuente con un baño en suite. Qué mejor manera de separar los espacios y crear amplitud que con una pared acristalada y una puerta corredera. Lo único que tienes que tener en cuenta es que en esa pared tendrán que desaparecer todos los mecanismos, como enchufes o interruptores, pero el baño ganará en luminosidad y amplitud.
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Cocina con mesa y sillas de Andreu World, lámpara de techo de Vibia en Susaeta Iluminación, muebles de cocina de Santos Estudio Bilbao y campana empotrada en el techo de Gutmann
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Todo al blanco
En este piso, además de unir los espacios con una gran cristalera con correderas, se ha tratado de hacer que el espacio sea más amplio gracias al indiscriminado uso del blanco. Y es que, aunque las puertas correderas son la mejor opción en un piso pequeño, serán necesarios otros trucos decorativos que te ayuden a que la luminosidad sea la protagonista.
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Espejo, de Maisons du Monde. Alfombra, de La Maison.
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Ideal para cocinas semiabiertas
En cocinas semiabiertas, donde las paredes están acristaladas y el espacio escasea, una puerta corredera permitirá aprovechar cada centímetro. Y no solo de la cocina, sino también del pasillo, que quedará liberado sin la presencia de una puerta abatible.
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Cocina con comedor y pequeño baño separado por puerta corredera.
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Escondiendo el baño
En este pequeño apartamento, el acceso al baño está completamente camuflado. Apunta esta solución: una puerta corredera con el mismo acabado que el mueble de la cocina es una genial idea para que el acceso al aseo pase por completo desapercibido.
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Salón con puertas correderas que separan el dormitorio.
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La perfecta solución cuando no hay pasillos
Las distribuciones en pisos antiguos pueden ser angostas y no tener demasiados pasillos. ¿Qué hacer para sacar partido al espacio y no malgastarlo? ¡Apostar por puertas correderas! Así el acceso al dormitorio seguirá aportando privacidad, pero con la seguridad de que aprovechas cada centímetro.
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Papel pintado y espejo, de Leroy Merlin. Zona de lavabo, diseño de las decoradoras Elisa Martínez y Odone Elorza, de Estudio Martínez Elorza.
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La solución perfecta en baños pequeños
Generalmente, la puerta del baño se abre hacia el interior, encontrando obstáculos como el inodoro, el lavamanos o la ducha. Para evitarlo, y sacar partido a cada centímetro disponible, apuesta por una puerta corredera que no se coma ni un solo centímetro.
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Recibidor con papel pintado y puerta corredera.
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Separando el recibidor
Si quieres que el recibidor quede separado del salón, pero sin comerse el espacio de este último, una solución es una puerta corredera que aproveche el espacio. Elige una carpintería en blanco para que la luminosidad y la amplitud no se vea condicionada.
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Proyecto decorativo, de Dijous. Lámpara de techo y alfombra, de Filocolore. Silla, en Sacum.
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Juntas pero no revueltas
Si dos habitaciones infantiles están separadas por una pared, pero quieres unirlas, unas puertas correderas entre ambas estancias son la solución perfecta. Y no habrá problema si los hermanos se pelean, las puertas se cierran, ¡y listo!
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Sofá, modelo Sandbacken, de IKEA. Mesa de centro de Sacum. Alfombra, de Zara Home.
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Mucho salón, poco dormitorio
Es habitual en los pisos pequeños que las zonas de día estén en un solo espacio y sean amplias, mientras que las zonas más privadas suelen ser más pequeñas. Para evitar empequeñecerlas aún más, unas puertas correderas son la mejor opción. Y, aunque estas impiden peor el paso del sonido o la luz, si vives solo o en pareja en un apartamento, no será un problema.