Nos gustan los muebles de herencia
No decimos que en otros países no hereden, pero sí que en España nos gusta guardarlo todo y darle valor a muebles que usaban nuestros antepasados. De ahí que muchas cocinas tengan mesas tocineras, trabajemos en el escritorio de nuestro padre o tengamos a pie de cama ese bául que estaba en el desván. ¡Aquí no se tira nada! Y sabemos que la casa de nuestras abuelas puede estar llena de tesoros.
Le damos un nuevo uso a todo
Este punto está muy relacionado con el anterior. No solo damos valor a los muebles antiguos, sino que los transformamos en algo muy distinto para darles nueva vida. Así podemos convertir la antigua máquina de coser de la abuela en una mesa auxiliar única o le cortamos las patas a una mesa tocinera para que sea una mesa de centro. Y es que, aunque no nos lo creamos, somos muy manitas y desde que el chalk paint llegó a nuestras vidas todavía más. Ne pierdas las transformaciones de estos muebles:
Tenemos azulejos y suelos de toba
Los azulejos artesanales en paredes y suelos son otra de las características de la decoración Made in Spain, según nuestra directora de estilismo Magda Martínez. En países como España o Portugal nos encantan los antepechos de azulejos para la cocina y tenemos una larga tradición de artesanos. Y lo mismo con los suelos de toba, muy típicos en las casa de pueblo. Y eso en el resto de Europa no se estila nada.
Decoramos con fibras: antes era de pueblo ahora es cool
También tenemos mucha tradición de cestería y por eso los muebles y complementos de fibras hace muchos años que decoran nuestras casas. Y no solo en verano. "En España somos amantes de las fibras" afirma la estilista Sol Van Dorssen, de Vestir tu casa. Las alfombras de sisal no pueden faltar en las casas de campo o las butacas de mimbre en toda terraza que se precie. Se trata de una tradición que también le debemos a nuestro clima benigno. Los muebles de mimbre no resistirían un verano lluvioso como el inglés.
Las cortinas son imprescindibles en casa
En nuestro tema de 13 costumbres domésticas españolas que en otros países son extrañas ya hablamos de las persianas, grandes desconocidas en buena parte de Europa. Pero ahora es el turno de las cortinas. Una casa sin ellas la vemos desnuda, como que le falta algo. Y eso es porque las necesitamos para regular la entrada de luz y hasta protegernos del frío en invierno. Según explica la interiorista Paula Duarte en otros países nada de cortinas tupidas: "La luz escasea en invierno y lo que se pretenden es capturar la mayor cantidad de luz posible. Para ellos priman la luz antes que la intimidad".
Cortinas con cuerpo y estampadas
Sobre cortinas lisas o estampadas, en eso no nos podemos de acuerdo. Hay zonas mediterráneas en las que triunfan los linos y algodones lisos y quizás en el interior y el norte gustan más las cretonas estampadas ¿Un clásico que no falla? Las cortinas de flores, por supuesto. Así nos lo explica nuestra directora de estilismo de casas, Inés Cusí. Estas 15 propuestas de cortinas estampadas seguro que te inspirarán.
Nos gustan los armarios empotrados
Según la interiorista Paula Duarte este tipo de muebles a medida no son muy usuales en otros países (ella misma vivió en Alemania). Como según ella tampoco lo son "las cocinas amuebladas, ya que en otros países se llevan los muebles de una casa a otra, añadiendo o quitando elementos para adaptarlas al nuevo hogar". En España somos más de muebles para toda la vida y quizás nos cambiamos menos de casa que en otros países.
En España somos amantes de las colecciones
Nos encaprichamos de un objeto y lo coleccionamos. Podemos llenar vitrinas con ellos (como figuritas, objetos de cristal, jarrones...) o las paredes (sombreros, platos, espejos...). Algo que seguro que a Marie Kondo no les gustaría ni un pelo. Lo mismo que tener un tocadiscos antiguo sobre el aparador, porque aunque no funciona queda bonito, o coleccionar vinilos que nunca escuchamos. Lo dicho, somos unos nostálgicos (y acumuladores).
Tenemos un gran mueble que va de pared a pared
Aunque estemos en un piso pequeño la tradición manda que tengamos un panelado de madera que incluya librería o vitrina, cajones en la parte inferior... y si es de madera mejor que mejor. Lo de tener una boiserie en casa siempre nos ha gustado mucho. Una tradición que en los países de Sudamérica no se estila nada.
Encalamos para soportar el calor
Otra vez el clima define el aspecto de nuestras casas. Lo vemos en el Sur, el Levante y el Mediterráneo las casas con fachadas encaladas en blanco son muy estéticas pero también una protección para soportar mejor el calor en los meses de verano. Nada que ver con el norte de Europa.
Nos gustan las alfombras
Ya hemos dicho que las de fibras quedan genial en las casas de campo, pero como dice Inés Cusí las alfombras de lana son un imprescindible en las casas más urbanas y señoriales. En España tenemos una amplia tradición de artesanos en la fabricación de alfombras como la Real Fábrica de Tapices con más de 300 años de experiencia en la fabricación y restauración de alfombras.
Aún tenemos galanes de noche, camareras...
Son muebles que aunque parecen de otra época (y lo son) nos gusta ter en casa por, de nuevo, ese punto nostálgico y de no tirar nada que tenemos. Los galanes de noche tenían sentido cuando en la mayoría de trabajos de oficina había que ir con traje. Así no se arrugaba y estaba perfecto. Otros muebles que nos resistimos a dejar en la baúl de los recuerdos: la mecedora, el reloj de cuco, el paragüero... ¿Tienes alguno?