La lectora Lucía Carrasco vive en Motril (Granada) y, hace poco más de un año, unió dos pisos antiguos de 90 m2 y 150 m2 y los reformó por completo. "La cocina, al igual que todo el piso, ¡es totalmente nueva! La hicimos con mucho mimo y diseñada al detalle, dándole muchas vueltas a mis revistas", introduce. Mide 30 m2 y tiene una gran cristalera con marcos negros que la une al salón.
En casa son cuatro: ella, su marido, su hija y su perrito Lupo. Pero les encanta invitar a familia y amigos a cenar y, "aunque a veces preparo la mesa del comedor del salón, siempre acabamos todos metidos en la cocina. Parece como si tuviese un imán y es el centro de la casa. Hacemos mucha vida en ella y por eso no quería desvincularla del salón, ya que son las dos estancias en las que pasamos la mayor parte del tiempo", explica.
Tenía dos objetivos clarísimos. ¿El primero? La gran cristalera que la separa del salón. ¿El segundo? "Que el suelo, sí o sí, sería hidráulico, hecho artesanalmente y a nuestro gusto. Siempre me han enamorado este tipo de suelos tradicionales que vemos en casas y edificios antiguos y era un toque que no podía faltar en mi hogar", confiesa. Otra cosa que tenía clara, era que quería una buena iluminación en función de cada momento.
Optaron por el color blanco porque "nos parece que da más luz y alegría. Que los frentes acabasen siendo de cristal, fue algo que surgió durante el proceso. Me gusta muchísimo la combinación del color blanco con la madera, así que la isla y una de las paredes están paneladas en roble", continúa. Le hacía ilusión colocar el fregadero entre las dos ventanas y "por supuesto, ¡que hubiese mucho verde! Soy una enamorada de las plantas y me transmiten mucha energía".
La encimera la fabricaron en corian, porque "aparte de la suavidad y limpieza que transmite, es un material muy resistente y duradero. La pieza de la encimera de la isla la elegimos oscura (porcelánico imitando a la pizarra) al igual que la pared frontal y un pilar, para hacer un poco de contraste y no resultara tan monótona". Como siempre comen en la cocina, anexaron a la isla una parte baja volada muy práctica para el día a día.
Los electrodomésticos, "debían de tener un bonito diseño (los que están a la vista son en negro), buena calidad y última tecnología. Así que nos decantamos por la marca Siemens y estamos encantados ¡Solo nos falta la cafetera!", bromea al recordar el premio que se llevará la ganadora del concurso a la mejor cocina.
"Llevo toda mi vida viendo revistas de El Mueble en casa gracias a mi madre, que siempre la ha seguido y es una enamorada de la decoración, y esta era exactamente nuestra intención cuando la diseñamos. Por lo que estamos muy contentos con el resultado", concluye.