La madera oscura vuelve a las casas actuales, aunque quizás nunca se ha ido del todo. Lo hace, en parte, gracias a otras tendencias de decoración que no abrazan el minimalismo y abogan por el exceso y la mezcla, y también porque sencillamente tiene mucho que aportar a cualquier ambiente. 

Omnipresente en su versión clara, sus variaciones más intensas, entre las que se encuentran el nogal, el caoba, el ébano, el palisandro, el cerezo o el roble oscuro, enriquecen nuestros interiores con un aspecto elegante. Aunque vinculada siempre a una estética clásica o rústica, lo cierto es que una buena opción en todos los estilos , siempre que se sepa usar. Y es aquí donde empieza el problema.

Porque, sin duda, es algo más difícil de utilizar que la clara y, si se hace mal, puede producirse un efecto rebote que convierte su elegancia y clase en aire viejuno, típico de casa de la abuela sin reformar, que empequeñece y empobrece las estancias. Por eso, estas 8 claves acabarán con tus prejuicios, incluso si tu piso es pequeño, y lograrán que puedas incorporarla a tus espacios y disfrutar de su belleza y personalidad.