Cómo combinar el sofá con la mesa de centro sin temor a equivocarte

Si tu salón es generoso, entonces podrás poner muchos asientos. En este de la imagen, el estudio ST Interiorismo dispuso no uno ni dos sino tres sofás iguales en beige que invitan a la conversación. Como la distancia entre los extremos es mucha, colocaron cuatro mesas de centro idénticas, en metal y madera, para que todos pudiesen llegar a ellas sin problemas. Así el centro se aligera y el resultado es elegante y natural.

Si quieres darle a tu salón un estilo más desenfadado, opta por sofás diferentes: en forma, material y color. Es lo que ha hecho en este salón rústico Carme Caubet: dos son de chenilla beige y un tercero de terciopelo gris. ¿Y qué mesa poner entonces? Una versión original, discreta y ultraligera de los modelos en metal negro y madera. Al disponer de varios pisos favorece el almacenaje.

Natalia Zubizarreta sugiere para un salón clásico actualizado esta combinación de éxito: unos sofás blancos de lino con formas redondeadas y patas a la vista y una peculiar mesa de centro de estructura ligera y sobre de  bandejas. Estas con asas permiten transportarlas con facilidad. Cierran la zona de estar dos butacas de terciopelo verde que le dan el toque chic. 

En este salón la discreción del sofá neutro contrasta con la fuerza de la mesa de madera clara y maciza, la gran protagonista. Un diseño de las interioristas Loreto Prieto y Elena Llorente, de Le Design 4U, que armoniza con las repisas de los bancos mirador en las ventanas. ¡Cuánta calidez!

Todo aquí tiene un aspecto soft. El sofá está tapizado en blanco, a juego con los pufs que enmarcan el espacio de forma natural, sin cerrar el paso. Para acompañarlos, la interiorista Synne Brendmoe, de Antima Homes, ha diseñado una mesa de centro compacta y blanca. Está hecha a base de cubos unidos que pueden separarse o no, según necesidad. El resultado es un salón depurado, amplio y luminoso. 

Las mesas de centro de fibras naturales ayudan a dar un toque cálido y acogedor. El interiorista Pablo Álvarez de Lara ha elegido una mesa compacta de fibra que puede utilizarse como un asiento más o como superficie de apoyo. Es rectangular y está situada a la misma altura que los asientos de los sofás. Tapizados en lino gris, se han ubicado enfrentados.

¿Un truco? Si quieres darle más estabilidad a la mesa, ponle un cristal encima o unas bandejas de madera. 

Otra combinación en total white pero diferente a las anteriores. En esta ocasión Natalia Zubizarreta ha optado por un sofá esquinero a medida que encaja a la perfección para disfrutar de las vistas. Lo ha acompañado con una mesita ovalada para dar dinamismo. La eligió ligera y blanca, como el puf y la alfombra. ¡El equipo perfecto para este mini salón tan luminoso!

El sofá de formas redondeadas y brazos estilizados agradece unas mesas sostenibles como estas: de madera recuperada. Se han puesto dos piezas estrechas, tipo banco, que unidas parecen una sola mesa rectangular. Y separadas hacen que el espacio no se recargue.

¿Cómo decorar tu salón rústico? Una opción clásica con un toque actual es la que nos brinda Deulonder Arquitectura Domèstica. Ha optado por dos sofás enfrentados, en lino gris, en torno a la chimenea. Y en medio, una mesa muy especial. Se trata de un diseño del estudio: de madera con una única pata central y puf escondidos en sus extremos. Así el suelo siempre se mantiene despejado.

Si el piso entero tiene 32 m², imagínate lo que mide este salón. Con estas proporciones, el sofá y la mesa no pueden ser muy grandes. Gabriela Conde eligió un modelo blanco de respaldo alto, que lo separa del office, y una mesa taburete muy útil que, al ser de madera, da calidez al ambiente. ¡Blanco y madera, qué gran pareja!

¿Más ideas para actualizar un salón clásico? Por ejemplo esta que nos sugiere Ignacio Dávalos. Como el salón era cuadrado ha enfrentado dos sofás idénticos en lino blanco. ¿Y la mesa? Un puf redondo y poderoso. Su tapizado en terciopelo verde capta la atención, a juego con la trasera de la butaca.

Para reforzar su función de apoyo ha dispuesto unas mesitas auxiliares muy ligeras, en cristal y dorado. Cuando no son necesarias se mantienen ajenas en los extremos del sofá. ¡Súper elegante!

Cuando uno tiene una pieza tan especial como esta mesa de madera con historia, el sofá debe ser lo más discreto posible para no sobrecargar el ambiente. Sylvia Preslar diseñó un modelo blanco que casi ni se ve enterrado bajo los cojines. 

¡Qué moderno es este salón! Y práctico. Dos sofás cama blancos con ribete negro desenfundables y dos mesitas en dorado y mármol son capaces de elevar el nivel del estar. De nuevo, blanco y negro. ¡El estilo nórdico funciona!

El sofá es recto, con patas que lo elevan y lo hacen más estilizado y ligero. Y el espacio es pequeño. ¿Solución para las mesas? Redondas para ocupar menos visualmente. Aquí la interiorista Ángeles Rodes ha colocado dos distintas, una de madera muy original y otra de patas finísimas que la hacen parecer más alta de lo que es. Ambas van en consonancia con el ambiente informal y relajado.

¡Cuánto nos gustan las mesas nido para decorar un salón! ¡Son tan polivalentes! En esta ocasión, se han elegido de líneas rectas y en madera de roble clara. Para contrastar y como el salón es amplio, se ha optado por un sofá de terciopelo en gris oscuro que da carácter al estar.

Los sofás son claros, sí, pero los remaches oscuros. Ligan perfectamente con las patas negras de las mesitas de centro. ¿Y por qué dos? Porque son más pequeñas y en un salón grande como este es una buena idea poder juntarlas o separarlas.

El sofá es un clásico de toda la vida, con los brazos algo curvados hacia el exterior. A un estilo así le corresponde una mesita también clásica. Las de madera y sobre de cristal nunca fallan. Y el cristal, además, da ligereza en un espacio donde los sofás toman tanto protagonismo con su color oscuro.

Son piezas impactantes. Como la de esta mesa de centro. Dan carácter y definen el estilo de una casa. Un sofá en gris claro y de formas rectas es su pareja perfecta porque la madera oscura ya llena por sí sola el espacio.

Sofá de obra blanco y mesa de centro en azul. Y como sobre, una madera que parece rescatada del mar para seguir con el aire marinero y algo hippy de este salón desenfadado.

Dos mesas que puedas mover y poner en diagonal consiguen que el salón más alargado no lo parezca tanto. Si además son redondas, compensarán un sofá muy largo.

Un sofá blanco y una butaca clásica en beige quedan genial con una mesa de centro con carácter. Esta lo tiene: es una bandeja negra sobre patas delgadas en dorado.