Normalmente, asociamos los cabeceros de forja a dormitorios rústicos, pero lo cierto es que estas piezas encajan con distintos estilos decorativos: desde ambientes clásicos, románticos y delicados hasta propuestas más modernas y actuales. Los diseños también han evolucionado y, además de los modelos tradicionales decorados con adornos y rosetas, es fácil encontrar cabeceros de forja de líneas estilizadas que se adaptan a las nuevas tendencias. Ten cuenta que, sea cual sea el diseño y el material del cabecero que elijas, este siempre será el elemento principal de la decoración del dormitorio y, aunque marcará en gran medida el estilo de la decoración, es importante acompañarlo de elementos que te ayuden a recrear la estética que quieres para el refugio más personal de tu casa.
Dormitorio decorado por Helena de Juana. Cabecero, de Antic Viñas. Mesita de noche, de India & Pacific. Lámpara, de Light & Living.
Las mesitas de noche
Elegir el mobiliario a juego es cosa del pasado. Y en este caso, mejor porque las mesitas de noche que acompañen a tu cabecero de forja serán siempre de otro material. Pero ¿de cuál? Céntrate en modelos de madera y, si vas a poner un diseño metálico, que sea una pieza especial, un mueble antiguo que sume personalidad y estilo.
Si el cabecero es blanco, lo ideal es que las mesitas sean también sean blancas. Aunque eso sí, para darle un toque más dinámico, mejor que sean diferentes. ¿Qué tal si, en lugar de una segunda mesita, pones un velador?
Los cabeceros de forja en color negro con mesillas de madera en acabado natural te ayudarán a recrear una estética contemporánea. Y si estas tienen frentes de rejilla, mucho mejor. Pero si lo que realmente buscas es un estilo rústico chic, atrévete con piezas antiguas de madera pintada con efecto envejecido. ¡Quedan ideales!
Otros muebles
Además de las mesitas de noche, seguro que en tu dormitorio tienes pensado incluir otras piezas de mobiliario, como una cómoda o un banco a los pies de la cama. Está claro que siempre serán distintos al cabecero de forja y, puesto que vamos a mezclar, habrá que escoger diseños con una línea más neutra para no saturar.
Los bancos que mejor van con los cabeceros de forja son los modelos con estructura de madera y asiento de fibras naturales como enea o ratán. Una cómoda de madera, sin ornamentos, sencilla y funcional, será el complemento perfecto para cualquier dormitorio. Si las mesitas de noche también son de madera, procura unificar por tonalidades. Es decir, puedes decorar el dormitorio con muebles de diferentes maderas, siempre y cuando tengan un colorido similar. Las maderas claras, en acabado natural, como el haya, el abedul o el pino, pueden convivir juntas perfectamente.
Cabecero de forja, en Serrallería Mase. Mesita de noche, en Aquitania. Banqueta, cortinas y alfombra, en CHM Studio.
La pared del cabecero
La mayoría de los cabeceros de forja son diseños con mucha presencia visual. Por eso, conviene cuidar la decoración del frente donde se apoya la cama para evitar que el ambiente quede recargado. Esto no significa que tengas que dejar la pared blanca; solo que seas discreta.
- Papeles pintados. Por mucho que te enamores de un estampado tropical, con hojas de palmeras y animales salvajes, tu cabecero de forja resaltará aún más sobre un diseño con motivos más sutiles. Las flores son el print por excelencia para este tipo de muebles. Los estampados pequeños quedan perfectos en decoraciones frescas y campestres, mientras que los motivos más grandes son más apropiados para interiores contemporáneos. En este caso, ya sean grandes o pequeñas, lo suyo es que las florecitas vayan sobre un fondo neutro.
- Pintura. Otra idea es destacar la pared del cabeceropintándola de un color distinto al resto de las paredes. Aquí, tienes más donde elegir, ya que puedes optar por una gama de colores suaves o tonos pastel, o bien subir la decoración con tonos más potentes. En este caso, te tocará aligerar con textiles blancos.
Dormitorio decorado por Jeanette Trensig.
La ropa de cama
La cama es la gran protagonista del dormitorio. Por eso, los textiles que elijas para vestirla tendrán un peso importante en el resultado final. Si se tratara de un cabecero tapizado sería tan fácil como jugar con el color de la tela en cojines y plaids, pero los cabecero de forja, que lo más frecuente es que sean blancos o negros, admiten muchas más posibilidades. Y esto es justamente lo que puede complicar la elección de la ropa de cama.
Apunta este truco: de base, opta por un tono neutro como blanco o beis, que encaja en todos los estilos, y añade pinceladas de contraste con los cojines –no metas más de tres colores diferentes– y un plaid en la misma gama cromática a la de algunos de los cojines.
Ahora toca definir estilo. Los tonos crudos son los más indicados para crear un ambiente clásico y sosegado, mientras que los colores llamativos te ayudarán a sumar un punto contemporáneo a la decoración. Para darle un aire desenfadado al dormitorio, apuesta por un juego de cama de cuadros o flores y combínalo con textiles en los colores del estampado, pero en dos o tres tonos más subidos.
Y por supuesto, siempre tejidos naturales de lino o algodón.
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