3 cocinas pequeñas de IKEA con muchas ideas para aprovechar el espacio: en 3 estilos diferentes y con soluciones muy ingeniosas

Hay pisos tan pequeños que a veces resulta difícil ser optimistas a la hora de sacarlos partido. "¿Cómo va a caber aquí la cocina?", nos podríamos preguntar perfectamente viendo este espacio vacío. Pues sí, según entras en esta casa, lo que debería ser el recibidor se ha convertido en una coqueta cocina de estilo escandinavo que cumple con las necesidades básicas del día a día. ¿Cómo? Gracias a prácticas ideas de almacenaje y muebles con alas abatibles, como la mesita del desayuno.

Esta mini cocina de aspecto artesanal combina un módulo blanco y ligero con almacenaje abierto arriba, para restar peso visual, y cerrado abajo. Aparte, a modo de separador de espacios, se ha colocado otro armario de pared en un azul klein, con una mininevera debajo, que la delimita perfectamente.

Lo que nadie podría imaginar es que, justo al lado del mueble azul, está la puerta de entrada de la casa. En muy pocos metros cuadrados se ha creado un recibidor con percheros y baldas altas, una zona de trabajo al lado de la ventana y se ha colocado la escalera para subir a un dormitorio en doble altura. Si esto no es optimizar el espacio...

Tener una cocina pequeña sin sacrificar el espacio de almacenaje es un gran reto cumplido con creces en este espacio. Aquí, aprovechando su altura, se ha planificado una cocina de líneas suaves con panel incrustado en color blanco mate, que siempre es un buen aliado para zonas que se quieren ampliar visualmente. Los armarios altos tienen interiores perfectamente organizados y se ha colocado unos estantes con poco fondo en una pared, a priori, poco "aprovechable", para colocar elementos de decoración. Además, se ha optimizado hasta el último centímetro de pared, como vemos con el riel de utensilios, que aporta ese toque de cocina tradicional y a la vez permite tener todo más a mano.

En esta pequeña cocina son todo sorpresas, y es que existen soluciones de almacenaje inesperadas ¡por encima y alrededor de la ventana! Como vemos, las ollas y las sartenes se convierten casi en elementos decorativos que recuerdan a las cocinas de antaño. Se cuelgan con ganchos en un riel, mientras que los recipientes se colocan en un pequeño estante. En el carrito con ruedas, que se puede acomodar en cualquier lugar, se puede llenar con el resto de cosas. A pesar de hacer buen uso de todos sus recovecos, esta cocina conserva su aspecto tradicional y su sencillez.

Pocos elegirían el color negro para dar vida a una cocina de pequeñas dimensiones. Se dice que es un color que, mal utilizado, crea sensación de agobio, de opacidad, de "efecto tunel" si la zona es muy estrecha, como ocurre en los pasillos. Sin embargo, bien gestionado da lugar a cocinas con mucha clase. La clave está en saber cómo y con qué combinarlo. En este caso, con un frente bicolor que da un punto de brillo y luminosidad y crea una línea horizontal para alargar visualmente el espacio. Por otro lado, con el toque de la madera en la encimera, para romper con la monocromía y crear calidez frente a la frialdad del negro.

La isla de cocina presume del mismo estilo rústico y establece un área acogedora para desayunar o charlar. Además, su vocación 3 en 1, hace que también pueda convertirse en un espacio adicional para trabajar y para almacenar, ya que uno de los frontales tiene baldas poner cestos, ollas, libros... Este tipo de muebles multifunción son muy importantes cuando las dimensiones de la cocina no son demasiado grandes. En lugar de restar espacio, esta isla aporta estilo y funcionalidad.

La iluminación también es vital para crear ambientes, por eso, una lámpara colgante de estilo industrial ofrece ese toque moderno que acompaña al color antracita, creando un juego de contrastes perfecto con el cuadro clásico de la Mona Lisa. También al fondo, una mezcla de armarios y cajones crea la zona de almacenaje definitiva para colocar el resto de utensilios. En una cocina, nunca sobra el espacio para mantener las cosas en orden.