"Me llamo Ana, tengo 30 años y soy de La Coruña, donde vivo actualmente. Además, soy lectora de El Mueble, ¡especialmente ferviente desde que me compré mi casa!". La casa de Ana es la protagonista del artículo de hoy.
"El piso está decorado con un look clásico, colores neutros y algunos toques cálidos en madera de roble. En el salón, el toque de color y calidez lo da el sofá, en tono rosa empolvado. Al lado del balcón, que aporta muy buena luz, hay un rincón para leer con una butaca orejera", detalla Ana.
"En junio de 2019 me mudé a este pequeño piso de La Coruña, que compré unos pocos meses antes. Después de unos 6 años viviendo en Europa, siempre en pisos de alquiler, me moría de ganas por tener el mío propio. Un hogar donde yo pudiera escoger todo y en el que todo estuviera en perfecto estado", confiesa nuestra lectora.
"No tardé mucho en encontrarlo. De hecho, ¡fue el primer y único piso que fui a ver en persona! Se adaptaba perfectamente a lo que estaba buscando, y además se encuentra en la misma calle que la casa de mis padres, mi hermana y mi mejor amiga", explica Ana.
"Mi parte favorita de la casa es la cocina, por sus ventanales y su luminosidad. Para ella he escogido acabados en blanco y en madera, con las encimeras en mármol y puertas con molduras", reconoce nuestra lectora.
"El piso tiene unos 60 m2, ¡por lo que me he estudiado a fondo vuestros especiales pisos pequeños! Sin embargo, como vivo sola, tengo todo el espacio que necesito: un salón cocina, un dormitorio, un baño, un segundo dormitorio que uso como despacho y dos balcones (¡a los que les he sacado mucho rendimiento este año!), describe.
"El protagonismo en el dormitorio se lo llevan las molduras de la pared. Funcionan como cabecero de la cama, enmarcando la cama, las mesitas de noche y los apliques, que ayudan a ahorrar espacio en las mesitas", sigue contando Ana.
"Una de mis piezas favoritas es este secreter antiguo, un mueble de segunda mano que he restaurado, pintándolo con pintura a la tiza en color verde oliva y cambiando los tiradores por unos de concha", revela nuestra lectora.
"El segundo dormitorio ha sido la gran sorpresa de este año, ya que ha pasado de ser la habitación con menos uso a un pequeño despacho que uso todos los días. Al empezar a trabajar desde casa, he improvisado este pequeño despacho bajo la ventana", afirma la protagonista de este reportaje.
"En el cuarto de baño predominan tonos más claros, para compensar la falta de luz. El mueble suspendido aporta ligereza", concluye Ana.