25 cabeceros de cama que aprovechan el espacio e inspirarán tu próxima reforma

Este cabecero de cama lo tiene todo. Es capaz, elegante y ligero visualmente. Y es que, además de la hornacina revestida de madera, toda la parte superior se ha cerrado con armarios "invisibles", perfectos para guardar ropa de cama. Al tratarse de una estructura a medida, se integra de manera natural en este dormitorio pequeño pero práctico. 

Este cabecero es el robamiradas de este dormitorio. Las decoradoras Chone de la Sotilla y Patricia Palacios, de Deulonder, idearon un cabecero muy original: el pavimento de roble sube por la parte alta de la pared y contrasta con las vigas claras. Unas hornacinas hacen de estanterías y mesillas de noche. Y la parte baja, para que fuera más confortable en el caso de leer en la cama, se ha forrado con una tela gris, a modo de arrimadero. 

Este cabecero ha sido la clave de la distribución de esta mega suite de 40 m². Organiza el espacio, separando la zona de cama del baño, y le da un protagonismo especial a la cama. La decoradora Asun Antó aprovechó para integrar las mesillas a modo de hornacina, que completó con un pequeño cajón, y revistió el sobre de madera, que da un contrapunto deco y lo protege de roces y golpes. ¿Y el toque especial? El papel pintado de finísimas rayas, que suma mucho estilo al espacio. 

La decoradora Blanca Ferré Ibáñez ideó un cabecero de cama que ocupa lo mínimo pero viste de manera personal este dormitorio. Se trata de un diseño de DM, que recorre de punta a punta el dormitorio, que además de integrar las mesillas a modo de hornacina, se ha decorado con molduras, lo que le da un plus decorativo. Su sobre sirve de repisa extra para cuadros y demás objetos decorativos. Inspírate en estas ideas para decorar la pared del cabecero.

En dormitorios amplios con un gran ventanal a pie de cama, una opción muy práctica es redistribuir el espacio y situar la cama en una posición central, así desde la cama se tiene una mirada limpia al exterior. Y esto es lo que hizo la decoradora Asun Antó en este dormitorio. Ideó un gran cabecero a modo de murete que ayuda a zonificar e integra, por el lado de la cama las mesillas voladas, y en el reverso dos completos armarios zapateros. 

Este cabecero moderno lo tiene todo... ¡y más! De DM lacado en blanco, se prolonga en L con una cajonera alta y un banco equipado con cajones a modo de zapatero. Los detalles de madera contrastan con el blanco y le da un plus de calidez. 

En espacios pequeños, el ingenio es el mejor antídoto ante la escasez de metros. Y en este dormitorio, el arquitecto Rafael Fullana aprovechó el murete sobre el que se apoya la gran cristalera que separa la zona de día de la de noche de este pequeño loft para convertirlo en cabecero. Una mini hornacina sirve de mesilla de noche sin restar ni un cm útil. 

La decoradora Cristina Pérez aprovechó el espacio de este dormitorio con un gran cabecero multifunción. De obra, integra dos hornacinas que se han protegido un cristal, y una gran librería, perfecta para tener en orden y a mano desde libros hasta objetos decorativos. En blanco, resulta ligera a pesar de su gran volumen. 

Este cabecero nos gusta por su originalidad. Desde su color topo, que contrasta con las paredes neutras y le da carácter, hasta su mesilla de noche, que siendo volada es un diseño muy capaz gracias a su tamaño XL. Y es que, en lugar de equipar la cama con dos mesillas mini, en este caso se ha optado por solo una y grande, lo que ofrece mayor practicidad. 

En dormitorios grandes, una solución práctica y original es ubicar la cama en una posición central, como ha hecho aquí la decoradora Blanca Tey. "Llenas" el espacio, y creas un espacio perfecto para ubicar el vestidor, que disfruta a su vez de intimidad. La decoradora, además, le dio más profundidad al cabecero y lo aprovechó por la parte del vestidor como cómoda, siendo un práctico dos en uno. 

Este cabecero viste con encanto este dormitorio. De punta a punta, es un diseño tipo murete revestido con listones de madera, que le dan un aire country, y la decoradora Bàrbara Serra lo completó con un sobre de madera, que contrasta y suma calidez. Las mesillas, pintadas a juego, son exentas, pero quedan visualmente muy integradas. 

La decoradora Anna Vendrell aprovechó los pocos metros de este dormitorio con un cabecero de madera que apenas resta espacio pero que viste de manera original la cama. Se trata de un panel alistonado y lacado en blanco que reviste, a modo de arrimadero, todo el frontal de la cama. Una mini balda sirve de mesilla. 

Es una opción genial para colocar la cama bajo la ventana y que la armonía sea la protagonista. Además, en esta ocasión, las mesitas de noche sobresalen, abrazando la zona de la almohada. Acogedor, ¿verdad?

Es la mejor manera de ganar espacio y, sobre todo, amplitud. Con un cabecero de obra, la habitación no perderá casi espacio, pero al tener las mesitas de noche integradas, se recupera el espacio que estas ocuparían. Incluso resulta más ligero y espacioso.  

¿No parece otra habitación? Lo que funciona en este dormitorio como cabecero no es más que una pared con molduras y la parte superior de cuarterones de cristal. No se come el espacio y se logran dos zonas diferenciadas.

En este coqueto y femenino dormitorio rústico, las vigas terminan en el cabecero y el cabecero termina en las vigas. Este recurso aumenta la sensación de verticalidad de la habitación y crea un nexo entre el techo y la cama.

Ni se ve ni se siente. Con un cabecero de obra de espaldas al baño de un dormitorio en suite parecerá que no está ahí y es el mejor recurso para que la separación que concede la puerta quede aún más marcada.

Este cabecero de obra tiene doble función: crear continuidad con el pasillo con el que se comunica y separar la zona de la cama de la del vestidor. Funcional y muy muy bonito. 

Si el cabecero de obra es muy estrecho, siempre existe la opción de añadir una mesita de noche. Eso sí, que tenga la misma anchura que la hornacina, el mismo color que la pared y que sea suspendido o volado. No perderás la sensación de ligereza.

En un piso pequeño, una estantería de obra que continúa en una estantería puede ser la solución para guardar todos los libros que tienes –pero siempre después de haberte konmarizado–.

En este dormitorio, se ha decidido dar continuidad al cabecero de obra con un mueble corrido en la esquina y la pared. Conclusión: muchísimo espacio de almacenamiento y esa sensación de acogimiento que tanto te gusta.

¿Acaso hay mejor manera de aprovechar el espacio que quita un cabecero de obra? Si lo conviertes en una estantería podrás colocar algún libro o los vinilos, si eres un amante de la música en su sonido más auténtico. También puedes colocar unas cestas a modo decorativo. Lo importante es no saturarlo de cosas. Descubre otros proyectos que también suman metros.

A falta de espacio de almacenamiento, inventiva y resolución. ¿Y qué me dices de los muebles doblemente funcionales? Una manera de rentabilizar el espacio de tu dormitorio con un cabecero de cama es hacer en la parte superior un armario. Deja un hueco para una balda y colocar adornos y cuadros que le den el toque deco. Mira más detalles de este supercabecero.

Un cabecero de obra puede estar revestido de madera, como en este acogedor y veraniego dormitorio con puertas al exterior. Con el techo de madera con un acabado similar se consigue darle continuidad y cerrar el conjunto de una forma muy cálida y agradable.

Cuando hay un saliente en la pared, encaja la cama en medio y utiliza cada uno de los lados a modo de estanterías. De hecho, si las baldas están integradas en la pared, mejor. Ligero, práctico y decorativo.