Una puerta antigua, unas contraventanas, un espejo, unas baldas... pueden convertirse en un cabecero súper especial. Sobre todo, si son piezas antiguas que, además, tienen el añadido de la belleza del paso del tiempo, quizás un valor sentimental... Si tienes unas puertas como estas, bastará con que las limpies y, si quieres, les des una cera incolora para protegerlas pero poco más, ya que con la madera al natural es como luce más. Para más seguridad, siempre debes fijarlo a la pared con algún anclaje. Aquí tienes más ideas de cabeceros originales.