Ya sea por ahorro en la factura de consumos como por la sostenibilidad y cuidado del planeta, seguro que te interesan las cuestiones relacionadas con el aislamiento de tu casa. Cuidando determinados aspectos, considerando una serie de prácticas y escogiendo adecuadamente los materiales, lograrás un hogar más confortable acústica y térmicamente.
En España, los edificios son responsables de aproximadamente el 30% de las emisiones de CO2, según apuntan diversos estudios.
Desde la entrada en vigor de la actualización del nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE), las iniciativas legislativas nacionales y europeas se enfocaron en ahorrar energía y fomentar las energías renovables. En definitiva, se busca mejorar la eficiencia energética de las viviendas, así como reducir el consumo de energía primaria no renovable -la que proviene del petróleo, el carbón, el gas-.
Materiales para aislar una casa
Más allá de prestar atención al estado de las ventanas para que a través de ellas no se pierda calor ni frío, y de las puertas de interior (y principal de entrada), que también ayudan a aislar una estancia, nos centramos en otros materiales y prácticas decorativas, que debes conocer y que favorecen un correcto aislamiento.
Materiales tradicionales para paredes y techos
1. LANA DE ROCA. Quizá el material más conocido para aislar una casa. Sirve para insonorizar y aislar térmicamente y se usa tanto en paredes como en techos. Se instala en el interior de tabiques de ladrillo y placas de cartón yeso. Uno de los fabricantes de lana de roca para aislar viviendas, Rockwool, indica que es la solución más “coste-eficiente” frente a otras soluciones. "Aporta valor en acústica y protección contra incendios, sin olvidar su reciclabilidad una y otra vez", indican.
2. CELULOSA INSUFLADA. También se trata de un material que añade confort acústico. Se puede incorporar a un hogar en un día de manera efectiva. Se realizan perforaciones pequeñas en las paredes que tienen cámara y se insufla la celulosa, que está tratada para ser ignífuga.
3. CORCHO PROYECTADO. Es un eficaz absorbente acústico, usado para tejados, cubiertas y revestimientos finales de fachada. Es un material ecológico que amortigua el ruido de impacto y es impermeable.
4. MALLAS PARA EL AISLAMIENTO EXTERIOR. Se trata de mallas de refuerzo del sistema de aislamiento térmico exterior (SATE). Saint-Gobain Weber acaba de lanzar la primera malla de SATE tridireccional del mercado, una malla de fibra de vidrio con tratamiento superficial antialcalino diseñada especialmente para los morteros de refuerzo.
Los materiales ecológicos para aislar cada vez suenan más en construcción y reformas. Son la alternativa sostenible perfecta para reducir el consumo de energía en casa.
Las soluciones aislantes ecológicas colaboran en el aislamiento térmico y acústico de una casa con materiales 100% renovables. Entre las opciones están: corcho, cáñamo o paneles textiles, todas ellas de fácil manipulación e instalación.
MATERIALES PARA AISLAR EN EL SUELO
El suelo de tarima o laminado de madera ayuda a aislar la casa del ruido, así como térmicamente. Bajo un suelo laminado se instalan bases que pueden ser de diferente tipología para lograr un mayor aislamiento en el sentido que lo precise la vivienda. Sin olvidar las alfombras (bajo las que puedes colocar bases que sumen aislamiento).
MATERIALES Y PRÁCTICAS DECORATIVAS QUE FAVORECEN EL AISLAMIENTO INTERIOR
Cualquier superficie de madera ayuda a mejorar el aislamiento acústico de cualquier estancia. Se sentirá más confortable porque se absorben los ruidos. Una buena idea para insonorizar la casa es revestir paredes y techos con listones de madera, o decorar con vigas de madera en el techo. No pienses solo en suelos de madera.
También debes saber que las estancias con pocos textiles y paredes y superficies muy lisas, provocan que el sonido rebote. Para que se absorba, las paredes con texturas ayudan. Los panelados tipo alistonados o palillería de madera -los hay con una capa de fieltro que queda entre la pared y la madera y aumenta las propiedades- eliminan la reverberación. Lo mismo sucede con los tejidos (alfombras o tapices) o una librería repleta de libros.
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