55 vitrinas perfectas para que reine el orden de forma estilosa y bonita
Vajillas, libros, colecciones... Una vitrina te ayuda a guardarlos con mucho estilo. Y lo mejor: quedan bien en cualquier lugar, desde el salón a la cocina. Aquí tienes una selección perfecta. Vitrinas de cristal, antiguas, blancas, de madera... Encontrarás una (y dos) para tu casa ¡seguro!
Las vitrinas son perfectas para quienes buscan combinar funcionalidad y estética. Con sus puertas de cristal, permiten proteger y, al mismo tiempo, lucir tus piezas más especiales: desde tu vajilla favorita hasta libros o pequeños recuerdos familiares. Su versatilidad hace que sean un acierto en cualquier estancia, adaptándose tanto a estilos clásicos como contemporáneos.
En el salón, se convierten en un punto focal que añade carácter y personalidad. Una vitrina de madera maciza aporta calidez, mientras que las versiones de cristal con líneas modernas crean sensación de ligereza. Si las colocas en la cocina, serán tus mejores aliadas para tener a mano todo lo necesario mientras presumes de tu colección de platos o vasos.
Y no olvides los dormitorios o zonas de trabajo. En estos espacios, una vitrina es ideal para mantener el orden sin renunciar al estilo. Elige una con puertas opacas si prefieres ocultar el contenido o decántate por una con cristal si quieres dar protagonismo a tus objetos. ¡Un mueble tan bonito como práctico siempre encuentra su lugar!
Vajillas, recuerdos, textiles... Una vitrina es mucho más que un mueble: es el lugar donde el orden se encuentra con el diseño. Además, encajan en cualquier rincón, desde el salón hasta el dormitorio. Aquí te traemos una selección irresistible. Vitrinas modernas, rústicas, de cristal, o con aire vintage... ¡Descubre cuál será la próxima estrella de tu casa!
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Una vitrina verde muy retro
Empotrada, en la cocina, es la típica alacena rústica a la que se le ha dado una nueva vida con una sencilla mano de pintura. Chalk paint es la mejor elección para ello por su acabado natural y el color verde menta, una apuesta fresca y con un toque muy retro.
Vitrina recuperada por Pia Capdevila. Taburete, de Bambú Bambú. Pavimento, de Equipe Cerámica.
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La protagonista del comedor
Una vitrina puede, por sí sola, decorar un espacio. No necesita más. Como esta. Es una pieza antigua, en madera clara y con fondo blanco, lo que hace que, a pesar de su tamaño, resulte muy ligera y no abigarre el espacio.
Vitrina antigua, en el Estudio Hoc Volo. Aplique de pared de Aromas del Campo.
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Vitrinas simétricas para la chimenea
Tener una chimenea es tener un tesoro. ¿Un método para destacarla? Custodiarla por dos vitrinas iguales. Además, el hueco oscuro de la chimenea agradece el cristal de las puertas y el fondo blanco de las vitrinas. Un conjunto de piezas que se compensan.
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Sin puertas para tus colecciones
¿Tienes una colección y no sabes cómo exponerla? Esta es una opción muy decorativa: una alacena abierta, sin puertas. El color blanco no compite con las piezas y las hace destacar.
La mesa ovalada y extensible es el modelo Provence de Taller de las Indias. Las sillas son de Oficios de Ayer.
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Una vitrina como librería
Puedes guardar tus libros en una clásica estantería de baldas abiertas o hacerlo con estilazo con una vitrina como esta. Además, las puertas acristaladas te permiten ver todos los libros y a la vez, resguardarlos del polvo.
Vitrina adquirida en Berenis Antigüedades.
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Puertas de cristal arriba y abajo
Las puertas de cristal aligeran las vitrinas muy grandes. Aquí son un acierto especialmente ya que la vitrina es muy voluminosa y ocupa toda la pared del salón.
Sofá Grondlid, de Ikea. Mesa de centro, de Mercader de Venecia. Consola blanca, de Sacum. Mesa auxiliar, de Merc&Cía y alfombras Adum, de Ikea. En la zona de lectura, butaca y puf, de Ikea. Librería de teca, de India&Pacific. Mesa auxiliar redonda, de Little House.
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Una vitrina para aligerar la cocina
¿Te gustan los muebles gris oscuro pero te da miedo que puedan llenar demasiado la cocina? Una vitrina es la solución: da ligereza al mobiliario y ayuda a decorar la cocina.
Mobiliario de Masmirstudio. Silla, en Sit Down. De Cristina Mas Mir.
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Recuperada y en una esquina
Una típica alacena rústica de esquina se llevó aquí hasta esta cocina de aire rústico para decorar un rincón sin uso y darle calidez y a la vez, practicidad. Pintada de un verde grisáceo destaca en la pared color arena.
Vitrina recuperada por Josep Curanta.
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Patinada para darle "años"
La vitrina ideal para guardar (y mostrar) vajillas tan preciosas como esta. Si tú también tienes una vajilla heredada que merece la pena ser vista, una vitrina es la pieza que necesitas. Patinada, como esta, ganará "antigüedad" con mucho estilo.
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Una vitrina en el mueble del desayuno
Si tienes espacio en tu cocina para un office como este, lo tendrás para una vitrina que te ayude a organizar lo que necesitas para los desayunos. Tazas, platos, cereales... Una forma de tenerlo todo ordenado, a mano y bonito.
Mesa, banco y mueble, diseñados a medida por Gud.
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Entre rústica e industrial
La mezcla de madera y hierro siempre funciona. Aquí, se ha rebajado el peso "industrial" con unos listones finísimos que no impiden ver el interior de la vitrina. Y al pintar el fondo de blanco, también se le ha restado dureza.
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Integrada con la pintura
En vez de decorar la pared con cuadros, hazlo con una vitrina, como aquí. Te dará un plus de almacenaje, llenará la pared sin abigarrarla y, si pintas su fondo como la pared del comedor, conseguirás integrarla mejor en el espacio.
El suave verde de las paredes pertenece a la carta de Farrow & Ball.
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Una vitrina como separador
¿Cómo separar el comedor del salón en una misma estancia? Con una vitrina. Al ser baja, se podría haber dejado la vitrina sin pared ni techo, pero aquí se optó por acabar el tabique para aprovecharlo con radiadores escondidos y colocando un espejo que da intimidad sin restar luz.
Mesa de Mercantic, sillas de Luzio y vitrina de India & Pacific.
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Grande y empotrada
Esta alacena tiene muchísima capacidad, pero al estar empotrada, no llena el espacio. Las puertas, pintadas de verde suave, dan un toque campestre muy dulce al comedor.
Mesa realizada por Antic Daviu Quera y sillas, en Azul-Tierra.
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Aquel antiguo mueble de salón...
Hoy es una librería estupenda con parte abierta y otra cerrada con una vitrina. En ella puedes guardar los libros que quieras proteger más, los más especiales. Al ser de corte antiguo y madera oscura, los libros blancos le dan ligereza y la modernizan.
Sofás, de Cover Decoración Bilbao. Mesas auxiliares y lámparas, en Bazar. Cortinas, en Tapicerías Toral. Alfombra beige, en KP. Espacio decorado por Natalia Zubizarreta.
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maisons du monde.
Una vitrina muy original
Se llama Harvey y es de Maisons du Monde (399 €). Combina puertas y cajones con frentes de madera, metal y cristal.
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Como una vitrina expositora
Está claro. En una vitrina puedes guardar de todo. Aquí, la variedad es tan grande que le ha venido bien que la vitrina sea muy discreta. Aunque larga, es bajita, de madera lisa, blanquecina y sin molduras. Ideal para no llenar demasiado el espacio.
Mesa, sillas y vitrinas de Teklassic.
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Una vitrina de madera envejecida
Perfecta para piezas de vajilla con historia. Si quieres conseguir un look como este, apuesta por pintura chalk paint y luego, líjala de forma irregular hasta que salga el color original de la pieza. ¿Te gustaría ver más ideas de pinturas envejecidas? Aquí tienes unas cuantas.
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Un mueble de salón reconvertido en vitrina
Pero sin cristales y con mucha gracia. ¿Sin cristales? Sí. En su lugar, rejilla de gallinero. Es el comedor de la estilista Conchita Crespo, que necesitaba una pieza especial para guardar su colección de porcelana húngara y reconvirtió esta antigua pieza en una vitrina muy personal.
Mesa y sillas, en Mis en Demeure.
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En perfecto orden
Una vitrina realizada en dos piezas simétricas nos da espacio para guardar, en un lado, la cristalería y, en el otro, la vajilla. Y una vitrina ordenada hace que el resto de la sala también se vea más ordenado.
Mesa y alacena, de Brocante Rocamora y sillas de Ikea.
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Grande y en blanco: decorar dando luz
Solo las sillas la acompañan en el color. Una alacena en blanco, por grande que sea, nunca se verá enorme y conseguirá añadir luz a cualquier espacio.
Mesa de El Corte Inglés, sillas de Mis en Demeure y alacena de Flamant, a la venta en Casa y Campo.
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Con pies de metal
Es la vitrina Thinh de Kave Home (1.299 €). De madera de acacia blanqueada, pondrá un toque actual a cualquier rincón. Mide 95 x 40 x 187 cm.
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Con fondo de papel
Hemos visto vitrinas integradas en el espacio con pintura. Pero hay otra forma igual de bonita de hacerlo: con papel pintado. Aquí, se ha empapelado el fondo como la pared de la estancia ¡y mira qué efecto!
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Una vitrina librería con mucho "aire"
¿No te gustan las librerías muy llenas? Ordénalas colocando libros en vertical y apaisados. Conseguirás una vitrina bonita y a la vez muy ligera para decorar cualquier rincón sin abigarrarlo.
Mesa de centro, de Chehoma. Alfombra, de Zara Home. Mesa velador, de El Candelabro.
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Para guardar... ¡y cubrir el radiador!
Mucho hay que señalar de estas vitrinas y todo, interesante. Fíjate: primero, en el color, claro. Si quieres que se vean, es una buenísima opción. Luego, la tela de gallinero en vez de cristal, material que las hace más campestres. Y para acabar, esa puerta convertida en cubreradiador. Genial.
Espacio de Paz González de Aguilar.
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Ordenar con cabeza
Hay que ordenar con cabeza si quieres que tu vitrina siempre se vea bonita. Tras las puertas de cristal, coloca las piezas más bonitas y reserva las menos vistosas para la zona de almacenaje con puertas opacas.
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Una vitrina "urbana"
Vitrina no es sinónimo de clásico. Esta tiene un estilo más urbano y con tanto hueco para guardar tras puertas opacas va perfecta para el salón: así, se puede ocultar todo aquello que afea a la vista o provoca desorden.
Vitrina, en India & Pacific. Lámpara, en Cado. Cajonera diseño de la decoradora. Sobre el sofá, da un toque cálido el cojín en color rosa pálido. Es de Filocolore y está confeccionado en lino. La alfombra de yute es de Filocolore.
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Con una pátina envejecida
Es el modelo Avignon de Maisons du Monde (699 €). Mide: 105 x 40 x 180 cm.
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Una vitrina hecha a medida
En este office quedaba una pared irregular que podía aprovecharse con una vitrina a medida. Por ella bajaba una gran tubería cubierta por una columna. Se pintó igual que el fondo y se adaptó el fondo de los estantes y del cajón de abajo para sortearla sin problema. Y tras los cristales, todo se ve ¡perfecto!
Alacena del Estudio de Mónica Garrido, realizada por Carpintería Hermanos Tapias. Mesa y sillas, de Habitat. Pavimento que imita el mosaico hidráulico, de Azulejos Peña.
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Madera y fibras, la pareja perfecta
Se lleva lo ecléctico. Puedes tener una vitrina de madera y que el resto de la decoración no tenga nada que ver con ella. Pero también puedes acompañarla por fibras. Es una pareja que nunca falla. Calidez a partes iguales.
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Una vitrina en el alto
Queda bien, ¿verdad? ¿Y lo mucho que permite guardar? Lo ideal es meter lo que no uses muy a menudo para evitarte incomodidades. Un mueble así a lo alto va genial que sea vitrina para que sea más ligero a la vista.
Vitrina de Belén Campos. Papel pintado, en La Maison. Mesa y sillas, de Antique Boutique.
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Dos vitrinas gemelas
Simetría en todo. En la forma de la vitrina y en lo que contienen. El secreto para que se vea tan ordenado: que incluso en el interior van a la par con piezas en blanco y azul turquesa.
Butacas y mesas de centro, de Oficios de Ayer. Espacio decorado por Isabel Flores.
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Colorista y "antigolpes"
¿Antigolpes? Pues sí, porque las puertas se esconden en los laterales o en la parte superior de la vitrina. Un sistema muy práctico para una vitrina-librería muy divertida que decora dándole un punto muy original a la estancia.
Son piezas de The Room Studio.
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Una vitrina en el comedor
Una de las mejores fórmulas para ordenar la vajilla en una alacena es que los platos estén todos en una misma zona y se genere como una línea visual. Aunque tengan diferentes tamaños, quedará bien, de hecho, todavía se verá más alegre.
Mesa y sillas, de Cad Interiorismo. Lámpara de techo, en Pluslight Bcn Aparador, en India & Pacific. Papel pintado, de Flamant. Espacio de Bárbara Sindreu.
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Y una para el estudio-comedor
La interiorista Marta Tobella trabaja aquí: en su comedor. Es decir, tiene un espacio multifuncional. Una vitrina fue una solución perfecta para decorarlo. Por una parte, es un mueble asociado al salón comedor y por otra, podía utilizarlo para ordenar sus papeles y libros. Ideal, ¿no?
Mesa, sillas de mimbre y lámpara de pie, en Sacum. Vitrina, en Mercantic.
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Una vitrina marinera
El azul es definitivo, claro. Pero también las puertas con tela de gallinero en vez de cristal. Si hubiesen sido de cristal, la vitrina se hubiera visto más elegante. Con la red, gana rusticidad y desenfado.
Vitrina realizada por Carpintería Vidal con pintura de Farrow & Ball. Lámpara de techo, de sobremesa y alfombra, de Cassai Home & Fashion. Catalina Socías.
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¿Piezas en diferentes alturas? ¡Alegre desenfado!
No te preocupes si, al ordenar tu vitrina, tienes piezas de distinto tamaño y material. Hay quien lo prefiere todo igual y perfectamente alineado, pero en la variedad también está el gusto: combina piezas altas y bajas, le darán movimiento y la harán más alegre.
Vitrina de madera de Mercader de Venecia. Espacio de Bárbara Sindreu.
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De aire clásico
Pero muy personal gracias al suave tono verde de la madera. Decora el comedor, pero no con vajilla (que sería lo que cabría esperar) sino con libros, lo que da un punto muy elegante al espacio.
De Carla Roteaeche y Ana Pardo. Mesa y sillas, de Maisons du Monde.
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Dos iguales para la cocina
Permiten aprovechar hasta el techo la pared de la ventana y a la vez, actúan de separador visual de la zona de office de la de trabajo. Al ser vitrinas de puerta entera y cristal alargado, provocan el efecto óptico de hacer que el espacio se vea más alto.
Mobiliario diseño de Deulonder Arquitectura Domèstica. Sillas, de Flamant, en Luzio.
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En la cocina, un aparador-vitrina
Es la vitrina ideal para este espacio. Bajo una pared de cristal, da almacén extra a la cocina a la vez que la decora. Y para darle protagonismo, dos lámparas que la iluminan desde el techo.
Aparador, de Antic Rocamora. Lámpara de techo, de Pomax. Espacio, de Pia Capdevila.
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Vitrina y estantería, a juego
Queda bien esta combinación en hierro y madera. Muy urbana. Aquí, la vitrina cuenta con unos cajones en madera para guardar la cubertería. Un toque cálido que le va que ni pintado a la cocina del diseñador de Kökdeco Héctor Aguirre.
Estantería, de Muebles Ébano. Vitrina, de Arpa. Proyecto de Kökdeco.
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Una vitrina siempre da calidez
Que una cocina total whiteno parezca un laboratorio tiene mucho que ver con el tipo de muebles elegido. Si tienen molduras, ya ganas. Pero si, además, añades una vitrina, tienes la calidez asegurada.
Mobiliario de madera lacada de Deulonder Arquitectura Domèstica. Encimera de Corian.
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Una vitrina para el estudio
¡Qué gran idea! Un mueble de obra y unas puertas acristaladas antiguas. El resultado es una vitrina con mucho estilo para guardar los papeles y libros que necesitas en tu estudio.
Silla y cuadro, en Sacum. Espacio de Marta Prats.
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En color verde
Es la vitrina Alvina de La Redoute (559 €). Pondrá una nota de color a la cocina o el comedor.
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Siempre quedan bien
Las pongas donde las pongas y sean del material que sean. Mira aquí: no hay una pieza igual a otra en este salón. Y en cuanto a maderas, las hay naturales y pintadas. La vitrina siempre encajará bien en espacios eclécticos, así que, a la hora de elegirla, sigue solo tu impulso.
Sofá, de Matèria. Butacas, de Mavi Lizán. Vitrina, de Carolina Blue. Consola, de India & Pacific. Mesa de centro, de La Maison.
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Para cazadores de tesoros
Bolas del mundo, jarrones chinos, detalles antiguos... Esta vitrina de pared a pared es perfecta para cazadores de tesoros. Su color blanco hace que no compita con lo que alberga y su luz interior, a la vez, ayuda a destacar el interior.
Vitrina de Catalina Socias.
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Rectas y en madera
Muy urbanas, suman calidez a este comedor decorado por Meritxell Ribé en el que el color gris de las paredes lo baña todo de sobriedad. Las puertas, acristaladas de arriba a abajo, las hacen muy muy ligeras a pesar de su tamaño.
Vitrinas, de Taller de las Indias. Sillas, de Crearte. Lámparas de techo, de Karman. Mesa, de The Room Studio.
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Una gran vitrina
¡Tremenda vitrina, esta! Es la reina del comedor (con permiso de las lámparas). Elegantísima, gana desenfado con un detalle mínimo: colgar las tazas del estante superior. ¿Estás de acuerdo? Cuca Arraut
Mesa y vitrina diseño de Cuca Arraut. Lámparas de techo realizadas por Vaporetto. Sillas, de Maisons du Monde.
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En negro
El negro es uno de los colores de moda. Y un comodín perfecto. Siempre queda bien, lo pongas con el color que lo pongas. Aquí, al ser dos vitrinas bajas y con mucho cristal, no resultan pesadas.
Mesa extensible, de Ikea. Sillas de mimbre, de Sacum.
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Con puertas correderas
Es la vitrina Tess de Kenay Home (999 €). Perfecta para espacios de pocos metros.
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Pequeña y cuadrada
Aligera las paredes de este estudio, plagadas de estantes. Y da un espacio perfecto para esas piezas especiales que no quieres que se llenen de polvo.
Mesa de madera natural, de La Maison. Silla, de Carolina Blue. Librería realizada a medida por Blanca Figueras.
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Vitrinas discretas
Con espejos traslúcidos o entelados, estas vitrinas consiguen ocultar lo que no quieres que se vea. Ideales si pretendes que el espacio se vea ligero y, a la vez, poder guardar sin miedo a que se vea desordenado.
Sillas, de Little House. Lámpara, de Taimo.
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Metálica y ligerísima
Esta es una vitrina perfecta incluso para un pasillo. Alta, estilizada, no pesa porque no hay nada en la parte inferior más que un estante. Y arriba, cristal por todos los lados. Perfecta cuando no tienes mucho que guardar pero quieres una pieza con mucho estilo.
Espacio de Natalia Zubizarreta.
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Una vitrina alacena esquinera
¿Un rincón muerto? Una vitrina alacena como esta puede darle juego y un plus decorativo. Son ideales para casas rústicas. Crean un punto de interés en la estancia y regalan espacio extra.
Lámpara, de Antic Corçà. Proyecto del estudio Lizarriturry Tuneu.
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Vitrina en pequeño formato
¿Que no tienes mucho espacio para colocar una vitrina? Mira aquí: es una pared entre dos balcones. Y la vitrina es realmente pequeña. Pero decora como el mejor cuadro. Al ser bajita permite ponerle también piezas encima como si se tratara de un aparador.
Sí, somos fans de las vitrinas, pero también de otras piezas que marcan estilo (como ellas) y ayudan a guardar muchísimo. Hablamos de cómodas y aparadores. Las dos forman, junto a las vitrinas, el trío perfecto para conseguir una casa más ordenada y personal. ¿Te apetece ver también una selección de nuestras piezas favoritas? ¡Ahí va!