Apostar por una forma de cocinar sostenible, basada en el reaprovechamiento ayuda a reducir los desperdicios de alimentos útiles y, por tanto, también el impacto medioambiental. En esto también tiene peso el incorporar prácticas ecológicas a la cocina. Así que si aplicas estos consejos que te hemos dado para no tirar nada en la cocina, estarás consiguiento:

  • Reducir el consumo energético: compras menos productos porque aprovechas más y contribuyes a reducir el número de plantas que cultivar, cosechar, transportar y refrigerar.
  • Disminuyes las emisiones de gases de efecto invernadero: se generas menos desperdicios orgánicos, habrá menos alimentos que terminen en los basureros y que, por tanto, al descomponerse emitirán menos gases.
  • Ahorras dinero: aprovechas al máximo las verduras -ya hemos visto cómo se pueden utilizar tallos, raíces y peladuras para hacer concentrado de caldo- así que necesitas comprar menos y "alargas" el uso de un mismo ingrediente que solo compras una vez.