Todos conocemos el típico piso de pasillos interminables y distribuidores sin sentido que no hacen más que hipotecar unos metros de por sí escasos. Este piso de Sant Cugat era uno de ellos. Hasta que llegó la decoradora Marta Tobella, de Sacum, que vio precisamente en esas zonas muertas una oportunidad de oro para regalar metros a los espacios de uso: "Anexionando el pasillo del recibidor, el distribuidor de los dormitorios y el lavadero el piso ha crecido exponencialmente", explica Marta. Y es que, con la nueva distribución "no perdemos ni un cm, aprovechamos enterito todo el piso".

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